1. El Teatro Como Espectáculo
A principios del siglo XX, el teatro español se encontraba en una situación de contrastes, con un público mayoritariamente burgués que imponía sus gustos, lo que a menudo suponía una falta de calidad artística. Las compañías teatrales se formaban alrededor de una primera figura, y los autores escribían para un determinado intérprete, adaptando la obra a sus cualidades. Además, en España se adaptaron tarde las innovaciones técnicas en los locales teatrales, y a los empresarios les movía principalmente el afán de ganar dinero.
2. El Teatro Burgués (Triunfador)
Al iniciarse el siglo XX, seguían representándose dramas históricos de corte romántico y la alta comedia dedicada a la sociedad burguesa. También tenía presencia el género chico. En este contexto, destacan autores como José de Echegaray y Benito Pérez Galdós.
2.1 Jacinto Benavente
Premio Nobel en 1922, Jacinto Benavente empezó como promesa de renovación y con simpatías de la Generación del 98, pero su evolución ideológica le hizo perder apoyos. Entre sus obras destacan Rosas de otoño, Los intereses creados y La malquerida. Benavente acabó con los restos del drama posromántico y destacó por su habilidad escénica, ingenio y fluidez en los diálogos. Sus obras se caracterizan por la problemática burguesa, la reducción al mínimo de la acción externa y el protagonista colectivo.
2.2 Teatro Poético (Modernista)
El teatro poético surgió como reacción contra el teatro realista y utilizó recursos modernistas. Imitaba aspectos del teatro romántico y los dramas del Siglo de Oro, empleando el verso. Su ideología era tradicionalista. Algunos autores destacados fueron:
- Eduardo Marquina: Teresa de Jesús, En Flandes se ha puesto el sol y Las hijas del Cid.
- Francisco Villaespesa: La leona de Castilla.
- Manuel y Antonio Machado: La Lola se va a los puertos.
2.3 Teatro Cómico Popular
Las obras de teatro cómico popular gozaban de gran éxito entre el público. Se centraban en el sainete y la comedia costumbrista. Algunos autores destacados fueron:
- Carlos Arniches: Asociado a la imagen del Madrid castizo y sus costumbres. El santo de la Isidra (género chico), Don Quintín el amargao (sainete), Es mi hombre (tragedia grotesca).
- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero: El patio y El genio alegre.
- Pedro Muñoz Seca: Sus piezas tenían como objetivo hacer reír y se conocen como “astracanadas”. Hacía un uso continuado de juegos de palabras, situaciones disparatadas y deformaciones léxicas. La venganza de Don Mendo.
3. Teatro de Intenciones Renovadoras (No Triunfador)
Este tipo de teatro iba a contracorriente de los gustos burgueses, por lo que apenas consiguieron estrenar obras y tuvieron gran fracaso con el público.
3.1 Generación del 98
- Unamuno: Teatro sin concesiones al gran público, trataba de reflejar sus problemas existenciales. Sus obras La esfinge y Fedra son reelaboraciones del mito de Eurípides. Se propuso renovar el teatro español, pero no lo consiguió.
- Valle-Inclán: Su relación con el teatro madrileño empezó con su llegada a la capital. Fraguó un arte de ruptura y repudiaba el realismo de la época. Creó el esperpento. Comedias bárbaras y Divinas palabras fueron más allá de lo que le permitían las convenciones estéticas de su tiempo. Era partidario del teatro de muchos escenarios. Sus obras estuvieron condenadas mucho tiempo a ser teatro para leer. Es la máxima figura del teatro español de los últimos tres siglos. El teatro de esperpento: a partir de 1920 crea unas obras en las que mezcla lo trágico y lo burlesco. Luces de bohemia es la primera obra en la que usa el término esperpento. Entronca con el expresionismo europeo y es una crítica a la realidad española.
- Azorín: Sus piezas teatrales surgen con las vanguardias y la Generación del 27. Emplea la técnica cinematográfica. Temas: tiempo, muerte y personalidad. Old Spain y Brandy, mucho brandy.
- Jacinto Grau: El hijo pródigo y El señor de Pigmalión.
3.2 Generación del 27
Esta generación de escritores vio sus trayectorias truncadas por la muerte, modificadas por la guerra, la cárcel o el exilio.
- El teatro poético: Federico García Lorca: No escribió teatro en verso, con gran capacidad creadora y un lenguaje de gran intensidad imaginativa y riqueza de expresión. La zapatera prodigiosa (farsa), El público (comedias imposibles), Bodas de sangre (tragedia), La casa de Bernarda Alba (drama).
- El teatro del pueblo: Rafael Alberti: Noche de guerra en el museo del Prado, El adefesio y El hombre deshabitado. Miguel Hernández: Teatro de guerra.
- El teatro de vanguardia: Pedro Salinas: El director.
3.3 Otros Autores
- Max Aub: Escribe comedias de vanguardia y su tema central es la incapacidad del hombre para comprenderse y comprender la realidad. Los trasterrados.
- Alejandro Casona: Teatro de raíz poética con juegos entre la realidad, el sueño y la fantasía, unido a una tendencia pedagógica. Consigue el premio Lope de Vega por La sirena varada. Otras obras son La dama del alba y La barca sin pescador.
- Ramón Gómez de la Serna: Escribe teatro para los que no quieren ir al teatro. Los medios seres y El laberinto.