El Teatro en la Antigua Roma

Teatro

En primer lugar hay que precisar el término ‘teatro’, y habría que hablar más bien del género dramático. Si recurrimos a la etimología, teatro procede del griego θεαομαι: ver, contemplar, observar, en latín spectre). Pero con el tiempo pasó a designar el edificio o sitio destinado a la representación de espectáculos, así como también al conjunto de producciones dramáticas. La palabra drama procede del griego δραω ‘hacer, actuar’. Con este término se designaba en la antigua Grecia un género literario que englobaba la comedia, la tragedia y el drama satírico. Además de la influencia griega, existía una tradición teatral romana primitiva de observar en distintas manifestaciones como danzas rituales tipo popular que se pueden míticas acompañadas de flauta realizadas por bailarines etruscos; ceremonias religiosas donde se recitaban los versus fescennini que en principio eran cantos de boda improvisados de carácter burlesco y licencioso; sobre todo, una manifestación teatral genuinamente itálica, la fabula Atellana, breve farsa improvisada de tono cómico satírico y representada por actores no profesionales provistos de máscara que encarnaban personajes arquetípicos Maccus (el tonto), Pappus (el viejo), Bucco (el bocazas), Dossenus (el jorobado), etc…; y por último, también hay que citar los mimos que se representaban en las floralia, fiestas en honor de la diosa Flora, que eran imitaciones licenciosas en las que se actuaba sin máscara.

En Roma

En Roma, el teatro fue considerado siempre un espectáculo, y las representaciones (ludi scaenici) tenían lugar en el marco de grandes fiestas públicas como por ejemplo los Ludi Romani, organizados en septiembre en honor de Júpiter. Al principio no existían teatros estables en Roma, y los actores actuaban allí donde había una fiesta. Más tarde se construyeron teatros desmontables de madera, y en el año 55 a.C. Pompeyo mandó levantar el primer teatro romano de piedra. La literatura dramática romana se clasifica en dos tipos fundamentales: tragedia y comedia. Esta división se basa en diferencias profundas de contenido, tono y lenguaje. Ambos géneros, al igual que sus modelos griegos, utilizan el verso como forma de expresión y suelen alternar partes dialogadas con las cantadas por el coro, acompañadas a veces de música y danza.

Subgéneros

Además de esta clasificación genérica entre tragedia y comedia, se puede hablar de fabula graeca (cothurnata) de tipo griego: tragedia de argumento griego; se caracterizaba porque los actores usaban el ‘coturno’ o bota alta, característica de los actores trágicos griegos. Fabula praetexta de tipo romano: tragedia de argumento romano. Toma el nombre de la ‘toga praetexta’, vestidura blanca con banda púrpura que llevaban los actores que la representaban, su carácter típicamente romano y también solemne (la llevaban los altos magistrados en las ceremonias) resultaba muy apropiado para la tragedia de asunto romano.

Comedia

Pero en este periodo el género que alcanzó más éxito y del que conservamos obras completas es la comedia, y sus autores Plauto y Terencio. Tito Macio Plauto (2517-184 a.C) fue un autor muy prolífico al que se le llegan a atribuir hasta 130 obras, si bien nos han llegado unas 21. Sus obras pertenecen al subgénero de la fabula palliata e imitan a los autores griegos de la Comedia Nueva Atica, en especial a Menandro. Pero el poeta hace de sus protagonistas auténticos personajes romanos que piensan y hablan como romanos. No se entretiene en la creación de caracteres elaborados sino que utiliza personajes muy estereotipados: el esclavo astuto, el hijo pródigo, la doncella raptada, el alcahuete avaro, etc, y los coloca en situaciones cómicas que provoquen la carcajada, aunque para ello recurra a situaciones escabrosas, chistes groseros, alusiones obscenas, etc, muy del agrado de su público.

Algunas de sus obras son:

  • Angfitrión: (Única de tema mitológico): Nacimiento de Hercules
  • Miles Gloriosus (el soldado fanfarrón)
  • Aulularia (comedia de la olla)
  • Captivi (los cautivos)

Plauto fue el autor más popular del teatro romano, lo que contribuyó a que su fama en muchos autores posteriores, perviviera a través de los siglos. Sus obras han influido e incluso han sido imitadas por grandes dramaturgos como Shakespeare (El mercader de Venecia), Moliere (El avaro), etc. Su influencia llega hasta nuestros días, incluso en el cine como la exitosa Golfus de Roma (1966) de Richard Lester. Publio Terencio Afro (190?-159 a.C), del que sólo conservamos seis comedias, es más fiel que Plauto al original griego. Su lenguaje, más cuidado, no tiene la originalidad de Plauto. Trata de sacar a sus personajes rasgos personales, mayor carga psicológica y un comportamiento ejemplar. Algunas de sus obras son: Hecyra (la suegra): joven matrimonio mal avenido. Adelphoe (los hermanos): Dos hermanos que se educan en ambientes distintos. Eunuchus (el eunuco): Parásito que hace una graciosa apología de su oficio.

Época Clásica

Durante la época clásica el género dramático no dio grandes figuras en la literatura latina, si bien no quiere decir que no se compusieran obras de este género, pero se vio eclipsado por el auge de otros géneros como la poesía lírica, elegía, sátira.