El Teatro Comercial que Triunfa y las Tentativas Renovadoras

EL TEATRO COMERCIAL QUE TRIUNFA

1ª. La comedia Benaventina

Jacinto Benavente es la figura más representativa del momento. Su obra maestra Los intereses creados encierra una visión crítica de los intereses burgueses, pero siempre dentro de unos límites, ya que eran los espectadores de su teatro.

2ª. El teatro en verso

A principios de siglo, el teatro poético recordaba aún al teatro posromántico e iba asociado a una ideología tradicionalista. En este apartado hay que recordar a Francisco Villaespesa (Doña María de Padilla) y a Eduardo Marquina (Las hijas del Cid). También cabe destacar en este apartado las obras escritas en colaboración de los hermanos Machado, La Lola se va a los puertos.

3ª. El teatro cómico

Aquí tenemos la comedia costumbrista y el sainete. Los hermanos Álvarez Quintero llevan a escena una Andalucía tópica y sin problemas, donde todo el mundo es bueno y reina la gracia. Destacan los sainetes El patio. Carlos Arniches compuso sainetes de ambiente madrileño, con un habla castiza, como El santo de la Isidra. Luego está lo que él llamó tragedia grotesca, en la que mezclaba lo risible con lo conmovedor, haciendo una crítica a las injusticias, como en La señorita de Trevélez. De calidad inferior a los anteriores podemos citar a Pedro Muñoz Seca, quien creó el género cómico llamado astracán. Son unas piezas descabelladas, cuyo único fin es arrancar la carcajada del espectador, muestra de ello es La venganza de Don Mendo.

TENTATIVAS RENOVADORAS: GENERACIÓN DEL 98 Y GENERACIÓN DEL 27

Los dramaturgos de la Generación del 98

Aunque autores del 98 como Unamuno o Azorín merecerían un estudio detenido, destaca especialmente Ramón María de Valle Inclán. Fue éste un hombre complejo y contradictorio que fue evolucionando desde posturas tradicionalistas hasta interesarse cada vez más por los problemas sociales y políticos. Su trayectoria se puede dividir en varias etapas:

  1. Ciclo modernista. Destaca su obra El Marqués de Bradomín, basada en la estética modernista propuesta por Rubén Darío.
  2. Ciclo mítico. Partiendo de su Galicia natal, Valle-Inclán crea un mundo mítico e intemporal, sus personajes se mueven por las fuerzas del mal: la avaricia, la lujuria y la muerte deciden los destinos de los protagonistas. A este período pertenece la trilogía Comedias bárbaras.
  3. Ciclo de la farsa. Es un grupo de comedias recogidas en un volumen titulado Tablado de marionetas, en las que contrasta lo sentimental con lo grotesco.
  4. Ciclo esperpéntico. Aquí destaca la obra titulada Luces de bohemia. A lo largo de quince escenas, se recogen las últimas horas de Max Estrella, un poeta ciego y fracasado, quien en compañía del cínico Don Latino de Híspalis recorre durante una noche un Madrid absurdo, brillante y hambriento, un mundo habitado por borrachos, periodistas, políticos, burgueses, etc. Es el esperpento, una nueva manera de ver el mundo, que deforma y distorsiona la realidad para presentarnos la imagen real que se oculta tras ella.

Los dramaturgos de la Generación del 27

Caben destacar tres facetas en la dramática de esta generación: una depuración del “teatro poético”, la incorporación de las formas de vanguardia y el propósito de acercar el teatro al pueblo. De nuevo aquí podríamos detenernos en figuras de la talla de Pedro Salinas, Rafael Alberti, Miguel Hernández o Alejandro Casona. Sin embargo, nos centraremos en el teatro de Federico García Lorca. Lorca lleva al teatro los temas que desarrollará en su poesía: el destino trágico de ciertos personajes, las pasiones condenadas a la soledad, la muerte, el amor imposible, los abismos de la esterilidad, la castrante sociedad convencional, la denuncia del egoísmo humano, etc. Todo esto nos lleva a afirmar que el tema central de toda su obra es la FRUSTRACIÓN DEL HOMBRE.

Cultivó una gran variedad de géneros: la farsa, el teatrillo de guiñol, el “teatro imposible” de corte surrealista, la tragedia, el drama urbano o rural, etc. En cuestión de estilo, debe destacarse el uso de verso y prosa. En cuanto al lenguaje, en general, debemos hablar sobre esa convivencia entre la poesía y la realidad. Sus rasgos más patentes son la presencia de símbolos, de metáforas, comparaciones, así como las fuertes connotaciones emotivas, sensoriales e imaginativas.

LA OBRA

Tras ciertas obras juveniles, el éxito le llegará con La zapatera prodigiosa, que trata de una joven hermosa casada con un viejo zapatero. Tras su viaje a Nueva York, Lorca sufre una profunda crisis, que tiene mucho que ver con su condición de homosexual. De esta crisis nacieron las obras vanguardistas que él llamó “misterios” o “comedias imposibles”: El público y Así que pasen cinco años. La plenitud: Serán los años de “La Barraca”. En estas obras, la mujer ocupa un puesto central. También defenderá a otros grupos marginales como los gitanos, los negros, los judíos, etc.

  • En Bodas de sangre, basada en un hecho real, una novia que escapa con su amante el mismo día de la boda, muestra una pasión que no conoce barreras sociales o morales, pero que desemboca en la muerte, todo ello rodeado de odios familiares y venganzas.
  • Yerma es el drama de la mujer condenada a la infecundidad.
  • LA CASA DE BERNARDA ALBA. Tras la muerte de su segundo marido, Bernarda Alba impone a sus cinco hijas, como luto, una larga y rigurosa reclusión. Catalizador de las fuerzas encerradas en la casa será la figura de Pepe el Romano, pretendiente o novio de Angustias, pero enamorado de Adela. Tal es la situación de la que arranca en este caso Lorca. Se ha dicho que el tema central de la obra es el enfrentamiento entre autoridad y libertad. A esta temática central se une una serie de temas no menos importantes: la moral tradicional y la presión social sobre los individuos; las diferencias sociales, con lo que llamaremos el orgullo de casta; y, en fin, la condición de la mujer en la sociedad española de la época.

MODERNISMO

Los últimos años del siglo XIX suponen un enfrentamiento entre la ideología liberal (burguesía) y socialista (movimientos obreros). Paralelamente, se abre una crisis espiritual, ya que los avances científicos que empiezan a asentarse (la Tierra no es el centro del universo, teorías de Darwin, el subconsciente de Freud) no dan respuestas a los enigmas de la condición humana: qué es el hombre o el sentido de la vida. La respuesta de los intelectuales a esa crisis será el Modernismo. Literariamente este Modernismo fue un movimiento de ruptura con la estética vigente, el Realismo, y que se inició aproximadamente en 1880 en Hispanoamérica.

Las raíces del movimiento están en un profundo malestar con la civilización burguesa. Tanto en Hispanoamérica como en España, la pequeña burguesía se ha visto frenada por una poderosa oligarquía.

Los escritores, casi todos de origen pequeño burgués, traducen el malestar de su clase social e intentan bien oponerse bien alejarse del sistema. Las actitudes pueden ser de rebeldía política (como en el 98) o de aislamiento aristocrático y refinamiento estético (como el Modernismo). Suele ir acompañado de posturas como la bohemia (que desprecian las normas sociales burguesas). Hoy en día parece superada la separación entre Modernismo y 98 ya que ambos comparten preocupaciones, intereses y circunstancias.

El Modernismo literario tuvo su origen en Hispanoamérica y recibió varias influencias como el parnasianismo francés, con su “arte por el arte”, el simbolismo, buscando significaciones profundas en la realidad o de autores como Bécquer o Poe. La temática parte de la desazón romántica. Se exaltan las pasiones y sobre todo la angustia, melancolía e insatisfacción por el mundo que lo rodea. El modernista huye de la realidad con la elegancia aprendida de los parnasianos. Se refugia en lo oriental o en mundos llenos de belleza; buscan lo aristocrático: París, sus cafés, la bohemia. Buscan la armonía frente a un mundo inarmónico. En el estilo usan las imágenes sensoriales, el color, la música, los efectos sonoros. Gran renovación métrica: uso de metros poco frecuentes: alejandrinos, dodecasílabos, cambio en los esquemas métricos tradicionales. El enriquecimiento léxico fue enorme: cultismos, ornamentación, sinestesias. Entre todos los poetas destacó Rubén Darío. Nicaragüense, viajó por Europa y América lo que le permitió difundir el Modernismo. Tres son sus obras más influyentes: Azul, con elementos propios del Modernismo: ritmo, exotismo, exaltación de lo americano frente a lo español; Prosas profanas, consolidación del Modernismo. Está lleno de princesas, cisnes y mundos alejados de la realidad; Cantos de vida y esperanza, supone un cambio, con temas más íntimos y humanos y defensa de la tradición hispánica. En España, dentro de la órbita modernista encontramos autores como Valle Inclán, que escribió sus Sonatas, protagonizadas por un don Juan “feo, católico y sentimental”, en un ambiente decadente. Juan Ramón Jiménez se adscribió en obras como La soledad sonora o Platero y yo. Además, Manuel y Antonio Machado también tienen obras modernistas.

El Grupo o Generación del 98 (Baroja, Maeztu, Azorín y Unamuno, a los que podemos añadir a Valle Inclán y Antonio Machado) se desarrollan en los mismos años que el Modernismo y se origina también por una reacción antiburguesa. Como ideas comunes al grupo:

  1. Entronque con las corrientes idealistas europeas: Schopenhauer, Kierkegaard (el dolor y la angustia son la esencia de la vida) o Nietzsche (exaltación de los impulsos vitales por encima de la razón e incluso de la moral).
  2. Preocupaciones existencialistas y religiosas.
  3. Preocupación por el tema de España: rechazo del atraso, exaltación del paisaje, gentes e historia, anhelo de europeización.

En cuanto al estilo podemos también sacar algunos rasgos comunes: sobriedad, gusto por las palabras tradicionales, subjetivismo, innovación de los géneros literarios. Gran desarrollo del ensayo y del periodismo. Valle Inclán tiene una producción muy variada. Además de su narrativa modernista, hay que destacar obras como El ruedo ibérico o Tirano Banderas. Azorín es un renovador de la narrativa: por un lado creó una novela ensayística donde se aúnan los dos géneros, y por otro, en sus obras pierde importancia el argumento a favor del lenguaje o descripción de ambientes, paisajes y tipos. Trata el tema de la decadencia española. Obras como La voluntad, Castilla. Unamuno presenta una variada producción que gira en torno a dos ejes temáticos: el problema de España y el sentido de la vida humana. Entiende la novela como un género para expresar sus ideas filosóficas y no para contar una historia narrativa: por eso la denominó “nivola”. Obras como Niebla o San Manuel Bueno mártir. Baroja fue un hombre solitario con una visión pesimista del hombre y de la vida que reflejó en novelas como El árbol de la ciencia. Concibió la novela como un género abierto que puede contenerlo todo. Sus novelas suelen aparecer en trilogías como Tierra vasca. Antonio Machado escribió en una primera etapa poesía modernista y simbolista como en Soledades, galerías y otros poemas. Se refugia en el yo interior para responder los enigmas del hombre: la muerte, el paso del tiempo y la existencia de Dios. Usa símbolos como la tarde o el camino. En su segunda etapa, experimenta un cambio: se abre al mundo, identificándose con los paisajes castellanos, en su obra Campos de Castilla. Denuncia la decadencia española, promoviendo el progreso por medio del esfuerzo y el trabajo.