El Sistema Político de la Restauración (1875-1923)
La Restauración, periodo iniciado a finales de 1874, se divide en tres momentos: la reposición borbónica con Alfonso XII (1875-1885), la Regencia de María Cristina (1885-1902) y el reinado de Alfonso XIII (1902-1931) hasta el golpe de Primo de Rivera en 1923.
1. Alfonso XII (1875-1885)
La I República acaba con el golpe de Pavía a comienzos de 1874, dando paso a un Gobierno Provisional presidido por Serrano. Los graves problemas existentes –guerras carlista y cubana, cantonalismo y agitación social- serán aprovechados por Cánovas para presentar, en el Manifiesto de Sandhurst, la idoneidad de Alfonso XII para revertir la situación. Tras el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto (diciembre de 1874), Alfonso XII es proclamado rey. El nuevo sistema político se apoyará en tres pilares:
La Constitución de 1876
Convocadas Cortes por sufragio universal, estas elaboran un proyecto constitucional que recogía los aspectos más destacables de otras Constituciones anteriores, en especial la herencia moderada de la de 1845 e incorporando aspectos relevantes de la de 1869, en lo referente a derechos y libertades fundamentales. Con 89 artículos, sus puntos clave eran la monarquía constitucional y hereditaria; la división de poderes, un sistema bicameral, Estado confesional católico, pero con libertad de culto; derechos y libertades, un solo Fuero para todos los españoles. No se fija el tipo de sufragio, pero la ley de 1878 (Cánovas) estableció el voto censitario, limitado a los mayores contribuyentes, que será sufragio universal masculino en 1890, con Sagasta. Esta Constitución de 1876 estará en vigor hasta 1923, es decir, hasta el golpe de estado de Primo de Rivera, aunque no será abolida hasta 1931, con la implantación de la II República.
El bipartidismo
Sistema político basado en la existencia de dos únicos partidos: el partido conservador de Antonio Cánovas del Castillo; y el partido fusionista de Práxedes Mateo Sagasta, heredero de los ideales de 1869.
El turnismo
O alternancia en el Gobierno de los dos partidos dominantes, recurriendo al caciquismo: control de una zona por un cacique que cuidaba las elecciones para que ganara el partido que debía hacerlo, en una corrupción electoral con prácticas como el encasillado y el pucherazo. El sistema funciona desde 1881, pero se oficializa en el Pacto del Pardo (1885), tras la muerte del rey.
En los primeros años del reinado de Alfonso XII se pone fin a los dos conflictos que España mantenía:
El fin de la tercera guerra carlista (1876)
Tendrá como consecuencia la Ley Abolitoria de los Fueros Vascos de 1876. En 1878 recuperaremos cierta foralidad con los Conciertos económicos (el “cupo”).
La Guerra de Cuba
Iniciada en 1868 termina con la Paz de Zanjón (1878), con promesas luego incumplidas o tardías, que llevarán a que en 1895 el conflicto estalle otra vez, con el “Grito de Baire”.
2. La Regencia de María Cristina de Habsburgo y el turno de partidos
La muerte de Alfonso XII en 1885 da paso a la Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902). En aras de mantener la sucesión monárquica y la estabilidad política Cánovas y Sagasta reafirmaron en el Pacto del Pardo (1885) el funcionamiento del turnismo político. Sagasta, que ya había formado gobierno entre 1881-1883, formará cinco gobiernos hasta su retirada en 1901. Con él se aprobaron leyes que democratizaron el régimen: Ley de libertad de reunión y expresión (1881), Ley de prensa (1883), Ley de libertad sindical (1887) y, fundamental, la introducción del sufragio universal masculino (1890). Por su parte, Cánovas forma gobierno entre 1890-1892 y 1895-1897. 1898 marca la liquidación de nuestro imperio colonial. Así, en 1895, de la mano de figuras como José Martí, estalla de nuevo la insurrección en Cuba (“Grito de Baire”), una dura guerra en la que los rebeldes cubanos contarán con el apoyo de EE.UU. – su presidente McKinley declarará la guerra a España tras la explosión del Maine en La Habana – lo que harán también en Filipinas cuando estalle la insurrección. Tras las derrotas españolas en Cavite y Manila y en Santiago de Cuba, España firmó la Paz de París (diciembre de 1898): España cedía a EE.UU. Puerto Rico, Filipinas y la Isla de Guam. Cuba se independiza bajo la “protección” estadounidense. Este “Desastre del 98” golpeó la conciencia nacional española y contribuyó al desarrollo del “Regeneracionismo”, un sistema de pensamiento que criticará un sistema necesitado de reformas y que impedía la modernización del país, necesidad puesta de manifiesto por Joaquín Costa en su obra Oligarquía y caciquismo (1901). Varios grupos políticos, sociales e ideológicos configuran la oposición al sistema, con escaso éxito.
Los carlistas
Organizados con fuerza en el País Vasco y Navarra, nunca tendrán más del 3% en las elecciones.
Republicanos
Recomponiéndose tras el fracaso de la I República los republicanos se mostraron divididos. En 1908 Alejandro Lerroux funda el Partido Radical Republicano.
El regionalismo y nacionalismo
Especialmente en Cataluña y el País Vasco.
En Cataluña, Prat de la Riba fundó la Unió Catalanista (1891) de ideología conservadora y católica. En 1892 las Bases de Manresa reclaman el autogobierno y la división de competencias entre el estado español y la autonomía catalana. En 1901 nace la Lliga Regionalista de Francesc Cambó.
El nacionalismo vasco cristaliza en el PNV, fundado en 1895 por Sabino Arana con bases en un radicalismo antiespañol, la exaltación de la etnia vasca, la pureza racial y un integrismo religioso; propugnará la independencia de Euskadi y la creación de un estado independiente (7 territorios: Euskal Herria).
El movimiento obrero
Llega a España con el anarquista Fanelli y el marxista Lafargue. Escindido el movimiento desde 1872, el anarquismo, grupo mayoritario, defiende una ideología colectivista, libertaria, apolítica, anticlerical y revolucionaria; el socialismo, minoritario en España, mantuvo una ideología colectivista, anticlerical y antiburguesa, pero más moderada, defendiendo la lucha política. En 1879 Pablo Iglesias funda el PSOE; en 1888, nace la UGT.
La oposición intelectual
Cristalizará en el ya comentado Regeneracionismo.
3. La monarquía parlamentaria d Alfonso XIII (1902-1923). El 17 d mayo d 1902 era declarado mayor d edad Alfonso XIII. Con ello tenía asegurada su continuidad el régimen d la Restauración, basado en la Constitución d 1876 y en el bipartidismo, con nombres nuevos: Silvela, Fernández Villaverde, Maura y Dato en el Partido Conservador; y en el Liberal Montero, Ríos Moret, Canalejas y Romanones.
Lo 1ºs años d reinado fueron d una absoluta inestabilidad con 5 gobiernos conservadores (1902-1905) y otros 5 liberales (1905-1907). En 1907 Antonio Maura volvía al poder buscando reformar el sistema canovista, tratando d lograr q la democracia d las leyes pasara a la realidad. Para llevar a cabo el desguace del caciquismo, presentó ante el Congreso su malogrado proyecto d Ley d Administración Local, q autorizaba tb la constitución d Mancomunidades Regionales. A esta etapa corresponde tb la Ley Electoral d 1907, q establecía el voto como deber cívico obligatorio y pretendía acabar con la manipulación y el fraude electoral.
Maura se creará una fuerte oposición, principalmente en el bloque d izquierdas.. Pero el incidente q provocaría su caída fue la “Semana Trágica” d Barcelona (26 julio-2 agosto d 1909), cuyo detonante será la movilización d reservistas para enviarlos a Marruecos. La huelga general auspiciada x anarquistas y x demagogos radicales, derivó en un verdadero caos con episodios d anticlericalismo y toda clase d desórdenes. Restablecido el orden, se emprendió una fuerte represión q costó la vida al anarquista Francisco Ferrer Guardia, pedágogo y fundador d la Escuela Moderna, cuya ejecución provocó fuertes protestas en España y en el extranjero. El Rey, ante la situación, forzó la dimisión d Maura, q fue sustituido x Moret y éste, a su vez, x José Canalejas, la personalidad + relevante del Partido Liberal. Durante su gobierno, Canalejas tuvo q enfrentarse con to2 los problemas q tenía plantea2 España: el religioso, el d los movimientos obreros, el del regionalismo y el d Marruecos.
En 1912 Canalejas moría asesinado x un anarquista. A partir d ese momento los gobiernos se suceden siguiendo los usos del “turno”: conservadores con Eduardo Dato y liberales con Romanones y García Prieto. La inestabilidad d esos años culminará en la crisis d 1917. Las 3 fuerzas q la protagonizarán coincidieron en su actitud d oposición al ya inservible régimen d la Restauración, q precisaba d una urgente profunda reforma constitucional.a) Las Juntas Militares d Defensa. Fueron organizaciones formadas x la oficialidad del Cuerpo d Infantería, q exigían reformas q remediaran los males del ejército: ascenso a los gra2 militares x rigurosa antigüedad, poniendo fin a los privilegios del ejército d Marruecos, aumento salarial, etc., reivindicaciones recogidas en su Manifiesto del 1 d junio q, aunque no acogido con agrado x generales como Primo d Rivera, sí q supuso un ultimátum para el cambio d gobierno. Aunque no prosperó el gobierno q las Juntas proponían, provocó la caída d García Prieto y su sustitución x Dato. El enfrentamiento d las Juntas con el movimiento obrero, y la represión d la huelga q tuvo lugar después, frustraría el esfuerzo reformista q las Juntas Militares representaban. b) Asamblea d Parlamentarios. Ante la anómala situación d un Parlamento cerrado, diputa2 y senadores catalanes reuni2 en Barcelona amenazaron con convocar una Asamblea d Parlamentarios, si el Parlamento no abría. El gobierno interpretó esa petición como un intento d convocar Cortes, a la par q una nueva manifestación del separatismo catalán y rechazó la petición formulada x los parlamentarios. Obviando esta negativa del gobierno, se constituyó en Barcelona una Asamblea Extraordinaria, formada x parlamentarios d toda España, a la q concurrieron catalanistas. republicanos y socialistas, con la única abstención d los mauristas. La huelga d agosto d 1917, con los enfrentamientos entre Ejército y obreros, lo q hacía inviable el apoyo d ambos. provocó la disolución d la Asamblea d Parlamentarios, lo q suponía el fracaso d reforma constitucional. c) La huelga general d agosto d 1917. La tercera fuerza en la crisis del verano d 1917 fue el movimiento obrero. La huelga general q, a petición d Pablo Iglesias, debía ser pacífica, fue decretada x un comité d UGT y PSOE, con un manifiesto redactado x Besteiro q pedía un gobierno provisional, nuevas elecciones y la reunión d Cortes Constituyentes. La huelga produjo un parón total casi en toda España, especialmente en Madrid, Vizcaya, Asturias, Valencia y Zaragoza. El gobierno declara el estado d guerra y el ejército reprimió enérgicamente la huelga, q el 20 d agosto había terminado en toda España – en Asturias, donde se prolongó durante todo el mes.
El año 1917 había sido la última ocasión para reformar el sistema d la Restauración, pero había fracasado. Tras ello, el sexenio hasta 1923 será d gran inestabilidad política, producién2e 13 crisis totales y 30 parciales, con 23 gobiernos diferentes q no acertarán a resolver ning1 d los 3 viejos y grandes problemas: el nacionalismo catalán, el problema obrero y la cuestión d Marruecos, q a la postre será la q “dinamite” la situación.
Desbordadas las posibilidades del régimen, el último intento d la monarquía d Alfonso XIII iba a ser la dictadura militar iniciada con el golpe d Estado del general Primo d Rivera el 13 d septiembre d 1923. Después, el fracaso d la
dictadura traería irremediablemente la caída d la monarquía y la implantación d la República 14 d abril d 1931.