El Sistema Canovista y la Crisis de 1898

El Sistema Canovista y la Constitución de 1876

La oposición al sistema

En 1874, el general Manuel Pavía dio un golpe de estado contra el gobierno de la I República. Se impuso un régimen militar, presidido por Serrano, pero no se formó. Al mismo tiempo, Antonio Cánovas del Castillo conseguía la adhesión de las élites, la clase media y el ejército, para proponer la Restauración de la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII, hijo de Isabel II.

El 1 de diciembre de 1874, Alfonso XII firmaba el Manifiesto de Sandhurst. En él se presentaba el nuevo sistema político:

  • Una monarquía liberal con derechos individuales básicos (libertad, propiedad e igualdad jurídica).
  • Centralización del Estado.
  • Tradicionalismo católico.

Además, se proponía una restauración pacífica y sin intervención militar. Pero el general Martínez Campos se pronunció en Sagunto en diciembre de 1874 y proclamó al príncipe Alfonso de Borbón rey de España. El gobierno de Serrano no opuso resistencia.

El nuevo régimen sería de carácter conservador. Se suprimieron la libertad de expresión y la libertad de cátedra. Cánovas quería la estabilidad política. Puso fin a la III Guerra Carlista (1876), y suprimió los fueros vasco-navarros. También se puso fin a la Guerra de Cuba. En 1878 se firmó el Convenio de Zanjón, de cara a una futura autonomía.

Se integraron otros partidos, como el Liberal Fusionista de Práxedes Mateo Sagasta (liberales y demócratas). Se quería alejar del ejército en la vida política, limitándolo a sus tareas profesionales. Y la elaboración de una nueva constitución (1876).

El turno de partidos

Lo que se denomina Sistema Canovista consiste en un modelo de alternancia política, como admirador del modelo inglés, entre dos grandes partidos. Los dos grandes partidos que debían alternarse en el gobierno eran:

  • Partido Conservador, de Cánovas del Castillo. Contaba con el apoyo de la oligarquía.
  • Partido Liberal, de Sagasta, que contaba con el apoyo de la clase media.

La mecánica de este turno pacífico consistía en el falseamiento del proceso electoral a través del reparto previo de las circunstancias. También participaba el caciquismo, muy extendido en la zona rural. (Oligarquía y caciquismo como garantía del poder).

Los resultados electorales no respondían a la voluntad popular sino a los intereses de los políticos del momento (Cánovas o Sagasta).

La Constitución de 1876 era de carácter integrador y ha sido la más duradera, desde ese momento. Vigente hasta 1923. De su contenido destaca:

  • Declaración de derechos individuales fundamentales. Permitía el culto privado de otras religiones, pero la confesionalidad era católica.
  • Reforzar el poder del monarca con la soberanía compartida Rey-Cortes. También asumía la Jefatura del Ejército con la finalidad de evitar los pronunciamientos militares y la intromisión del Ejercito en asuntos políticos.
  • Bicameralismo. Congreso, elegido por sufragio, y Senado, no electivo, pertenecientes a las corporaciones del Estado o dueños de grandes fortunas, y con cargo vitalicio.
  • Centralismo. Quedan bajo el control del gobierno los ayuntamientos y diputaciones.

Leyes como la de asociación o imprenta no se introdujeron en la Constitución. Se desarrollarían mediante leyes orgánicas posteriores, dependiendo de la inclinación ideológica de los gobiernos.

Quedaron marginados amplios sectores políticos y sociales (). Las fuerzas de oposición al régimen eran numerosas y no eran una alternativa sólida al encontrarse divididos y, a veces, enfrentados.  Con la Ley de Asociaciones, aprobada en 1887, las organizaciones obreras no se recuperaron. Lo mismo ocurría con los republicanos y su división entre centralistas y federalistas. No era posible su evolución hacia el gobierno.

La Guerra de Cuba, el conflicto bélico contra EEUU y la crisis de 1898

La Guerra de Cuba

Los gobiernos de la Restauración intentaron mantener intacto el imperio colonial. Pero, a finales del siglo XIX, las Guerras de Ultramar supusieron la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

La opinión sobre las guerras coloniales estaban divididas. Los partidos dinásticos las apoyaban, pero el resto de los grupos políticos las rechazaban. El alto coste humano y el sistema de redención de quintas, que permitía a los ricos evitar el servicio de armas, mientras la gente humilde tenia que ir por obligación.

La Guerra de Cuba empezó en 1868 hasta 1878, cuando se firmó el Convenio-Paz de Zanjón. El gobierno se comprometía a abolir, de manera escalonada, la esclavitud. Otorgar también una amplia autonomía al territorio. El retraso en aplicar las medidas provocó un nuevo levantamiento en 1895 dirigido por José Martí, que contó con el apoyo masivo de la población negra y mulata.

El gobierno español envió 200.000 soldados al mando del general Weyler, que empleó una durísima represión, a través de las reconcentraciones. Los rebeldes triunfaron en 1898, debido a la intervención del ejército de los EEUU, que destruyó la Armada española con la excusa del supuesto hundimiento del acorazado estadounidense Maine por parte de España.

Al mismo tiempo, en 1896 se produjo la insurrección en Filipinas. España respondió con la represión y la ejecución de su líder, José Rizal. Los insurrectos consiguieron la independencia con ayuda de EEUU, tras la derrota española en Cavite.

La Paz de París se firmó en 1898. Por ella, España reconocía la independencia de Cuba, así como el protectorado estadounidense de Puerto Rico y Filipinas y la entrega de Hawai a los EEUU. En 1899, España vendía a Alemania las Islas Carolinas y Marianas, en el Pacífico.

¿Por qué perdió España su imperio de ultramar?

  • Por la tardía adopción de medidas autonomistas.
  • Por la falta de apoyos internacionales, debido a una política exterior aislacionista.
  • Por la intervención militar de EEUU, en apoyo de los independentistas.

La crisis de 1898

La crisis de 1898 significó para España muchas consecuencias, en distintos aspectos:

A nivel ideológico

En el mundo intelectual y en la opinión pública. Se exaltaron las ideas nacionalistas. Algunos explicaban la decadencia de España por la pérdida de los valores tradicionales, como Ramiro de Maeztu o Miguel de Unamuno, que se reflejaron en la Generación del 98.

Nace el Regeneracionismo, movimiento intelectual que analizó las causas de la decadencia de España como nación, atribuyendo la responsabilidad a la Restauración y su modelo político, basado en la oligarquía y el caciquismo. Su principal representante fue Joaquín Costa.

A nivel económico

Se perdieron materias primas que resultaban baratas, como el azúcar o el tabaco.

A nivel político

Los nuevos líderes de los partidos dinásticos eran ahora Antonio Maura (conservadores) y José Canalejas (liberales). Mantenían el sistema de la Restauración, pero asumiendo algunas propuestas regeneracionistas.

A nivel internacional

La pérdida del peso internacional en España era evidente, mucho más en un periodo de colonialismo. España empezó a intentar la colonización del norte de África, como compensación de las pérdidas territoriales de su imperio. Además la imagen del Ejército se había desgastado.