La Política Exterior de Bismarck
Tras la unificación de Alemania en 1871, la política internacional desarrollada por Bismarck tuvo como propósito mantener a su país como potencia hegemónica de Europa. Para ello tejió una serie de alianzas internacionales conocida como “Sistema Bismarckiano”, que tenían tres objetivos:
- Aislar diplomáticamente a Francia.
- No competir con Gran Bretaña por cuestiones coloniales.
- Mantener a Austria y a Rusia dentro del mismo sistema de alianza para evitar una guerra entre ellas por la cuestión de los Balcanes.
Sin embargo, con la dimisión de Bismarck en 1890, la política exterior alemana cambió. Su nuevo emperador, Guillermo II, lanzó una ambiciosa política conocida como “Weltpolitik”.
La Weltpolitik y el Deterioro de las Relaciones Internacionales
La “Weltpolitik” consistía en:
- El pangermanismo: Es decir, la aspiración a unir todos los pueblos de cultura alemana dentro de Alemania, lo cual significó una vinculación política y militar al Imperio Austríaco. Como consecuencia, Rusia llevará a cabo un acercamiento a Francia, con la que firmará una alianza en 1893.
- Alemania inició una ambiciosa política naval con el propósito de presionar a Gran Bretaña y forzarla a un nuevo reparto colonial. Esta inició un acercamiento a Francia, con la que había mantenido rivalidades coloniales, firmando con ella la Entente Cordial en 1904.
En 1907 se unieron la Entente Cordial y la alianza franco-rusa, naciendo la Triple Entente.
Las Crisis Marroquíes
En 1904, Francia y España firmaron un acuerdo secreto para establecer un doble protectorado sobre Marruecos. Ante esto, Alemania se negó a un mayor engrandecimiento colonial de Francia, lo que desató una crisis internacional en 1905. Para intentar solucionarla, se convocó en 1906 la Conferencia de Algeciras, donde se puso en manifiesto la soledad de Alemania, mientras que Francia contó con el apoyo de Inglaterra y Rusia.
En 1911 se reavivó la cuestión marroquí debido al envío de tropas francesas en apoyo del sultán. Alemania protestó al considerar que esto excedía los acuerdos de Algeciras. Finalmente, la diplomacia británica consiguió un acuerdo: Alemania aceptaría el pleno dominio de Francia sobre Marruecos a cambio de recibir una parte considerable del Congo francés.
Las crisis marroquíes demostraron la solidez de la Entente Cordial, a la que Alemania había intentado debilitar.
La Cuestión de Oriente y las Crisis Balcánicas
La cuestión de Oriente se refiere a la incapacidad del Imperio Turco de mantener el control político y militar sobre los antiguos territorios balcánicos, lo que provocó la independencia de nuevos países como Grecia, Serbia, Bulgaria y Rumanía, e igualmente los intereses opuestos de Rusia y Austria que terminarán provocando el conflicto.
El Imperio Ruso consideraba a los Balcanes una región estratégica, pero sobre todo deseaba influir y controlar a los pueblos eslavos que vivían en esta región. Este proyecto yugoslavo era rechazado por Austria porque suponía una amenaza a su integridad territorial. Esto se explica porque muchos pueblos eslavos se hallaban dentro del Imperio Austríaco y, para unirse a Serbia, tendrían que independizarse, provocando la fragmentación del Imperio Austríaco.
Las Tres Crisis Balcánicas
- Crisis de Bosnia (1908): Austria anexionó el territorio del Imperio Turco habitado en su mayoría por eslavos, con el propósito de alejarlos de las ambiciones de Serbia. Finalmente, la cuestión se zanjó diplomáticamente entre Rusia y Austria contra Francia e Inglaterra.
- Guerras Balcánicas (1912-1913): En 1912, Grecia, Serbia y Bulgaria formaron la Liga Balcánica para expulsar a los turcos de los Balcanes. Después de conseguirlo, surgieron desacuerdos entre Serbia y Bulgaria por el reparto de los territorios, lo que originó una nueva guerra en 1913. Serbia salió victoriosa y se propuso anexionarse la región de Albania. Sin embargo, Austria y Alemania, contrarias a cualquier engrandecimiento de Serbia, se opusieron. Finalmente, Francia y Gran Bretaña reconocieron la independencia de Albania.
- Crisis de Sarajevo (1914): El 28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando y su esposa fueron asesinados en Sarajevo, capital de Bosnia. Su autor fue un bosnio eslavo perteneciente a una sociedad secreta ultranacionalista yugoslava llamada la Mano Negra. Inmediatamente, Austria acusó a las autoridades de Belgrado de este hecho y envió un ultimátum con condiciones inaceptables para cualquier país soberano. Ante la negativa de Serbia, Austria le declara la guerra el 28 de junio y comienza a bombardear Belgrado. Ante este hecho, Rusia acude en ayuda de su tradicional aliado y le declara la guerra a Austria. En respuesta a ello, Alemania le declara la guerra a Rusia y, como consecuencia, los otros dos miembros de la Triple Entente (Francia e Inglaterra) le declaran la guerra a Alemania y Austria. Así comienza la Primera Guerra Mundial.