Cambios Sociales y Económicos
Crecimiento demográfico
El siglo XVIII fue una época de crecimiento demográfico y mejora del nivel de vida, especialmente en las ciudades. No obstante, su aspecto seguía siendo medieval, con murallas, puertas de la ciudad que se cerraban por las noches y populosos barrios extramuros.
La Revolución Industrial
El aumento de población exigió una mayor cantidad de alimentos, lo que favoreció el desarrollo de la agricultura e impulsó la Revolución Industrial: aparición de grandes fábricas, innovaciones técnicas, acumulación de capitales, generalización de las máquinas y aprovechamiento de nuevas fuentes de energía (vapor de agua, etc.). El auge de la industria ocurrió primero en Inglaterra y, poco a poco, se extendió al resto de Europa.
Mejoras en el comercio y en los medios de transporte
Se trazaron mejores y más modernos caminos, se perfeccionó la navegación y mejoró la marina mercante, y se construyeron nuevos puertos.
Las colonias
La prosperidad económica europea se debió en gran parte a las colonias, proveedoras de materias primas y metales preciosos y consumidoras de productos fabricados en las metrópolis, con el consiguiente desarrollo del comercio marítimo y de la burguesía mercantil.
Cambios Políticos
Despotismo ilustrado
En el siglo XVIII perduraron las monarquías absolutas, pero ahora fue la época del Despotismo Ilustrado, con la famosa consigna “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Los políticos ilustrados intentaron ciertas reformas encaminadas a separar el poder civil del poder religioso, mejorar la agricultura, impulsar la industria y modernizar la Administración. Todos estos cambios se produjeron en medio de guerras y conflictos continuos a lo largo del siglo.
La Revolución Francesa (1789)
El suceso histórico más importante fue la Revolución Francesa: el pueblo francés, harto de los abusos de la monarquía y los aristócratas y, siguiendo los dictados de los pensadores ilustrados, se levantó en armas y protagonizó una de las revoluciones más importantes de todos los tiempos. La Ilustración se convirtió en un movimiento contra el pasado y la tradición, que presupuso un cambio de mentalidad necesario para la modernización de Europa. Se consideró la educación como baluarte de progreso en toda sociedad libre y feliz; la ignorancia era sinónimo de esclavitud. Todas estas ideas desembocaron en la Revolución Francesa, que dio paso a una nueva era.
España en el Siglo XVIII
El siglo XVIII se inició en España con un cambio de dinastía. A la muerte del último Austria, Carlos II, sin heredero, se libró una batalla por la sucesión en el trono español entre Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, perteneciente a la casa de los Borbones, y el Archiduque Carlos de Austria. Tras el Tratado de Utrecht, que puso fin a la guerra, la dinastía borbónica se instauró en España, y con ella se implantaron las nuevas ideas renovadoras surgidas en el país vecino. Los Borbones adoptaron para gobernar el Despotismo Ilustrado; Felipe V, primero, y Fernando VI después, intentaron llevar a cabo, desde arriba, un reformismo total, luchando contra el estado de decadencia y atraso en que se encontraba el país. La plenitud de las innovaciones llegó con Carlos III. El Estado puso en marcha una serie de reformas.
Reformas políticas
Se produjo la centralización de la administración y el fortalecimiento del poder real frente a la Iglesia y la nobleza. Algunas de estas medidas trajeron graves consecuencias, como “El motín contra Esquilache” o la expulsión de los jesuitas.
Reformas económicas
Se promovió el desarrollo industrial y el ascenso de la clase media; se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País para estudiar y discutir medidas de índole económica en beneficio de la nación.
Reformas culturales
Una de las grandes preocupaciones de los ilustrados fue la educación. Intentaron la reforma de la enseñanza pública y de las universidades. A lo largo del siglo se fundaron importantes instituciones culturales: Biblioteca Nacional, Real Academia Española, Real Academia de la Historia, Academia de Bellas Artes de San Fernando, Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, Academia Sevillana de Buenas Letras… Tras Carlos III subió al trono su hijo Carlos IV. Estalló la Revolución Francesa y, con ella, se puso fin a todo el proceso ilustrado y se inauguró una nueva era. El impacto revolucionario provocó que ciertos innovadores españoles se inclinaran hacia el conservadurismo y la contrarrevolución.