El Sexenio Democrático (1868-1874): Intentos democráticos
Triunfante el movimiento revolucionario, se formó un gobierno provisional presidido por el general Serrano. Convocadas elecciones a Cortes Constituyentes, dieron el triunfo a los progresistas y monárquicos-democráticos, sacando minoría los republicanos. La Constitución de 1869 será la más democrática y avanzada de todas las constituciones, no solo en España sino también en Europa.
Establecen el sufragio universal masculino, el derecho de reunión y asociación que hasta entonces no estaba reconocido y favoreció el movimiento obrero, también la libertad de cultos aunque el Estado pagaba los gastos a la Iglesia Católica. Se decidió que la forma política sería la monarquía.
Se buscó un príncipe extranjero según lo decidido por el general Prim; un demócrata y no perteneciente a los Borbones. Incluso le ofrecieron la corona al general Espartero, decidiéndose finalmente por el príncipe italiano Amadeo de Saboya, hijo del rey Víctor Manuel II que había conseguido la unidad italiana. Amadeo de Saboya aceptó ser rey de España.
El general Serrano acabó con las juntas revolucionarias formadas en su mayoría por republicanos que deseaban cambios radicales en la sociedad y economía, así como la república.
Amadeo I de Saboya
Llegó en enero de 1871, unos días después que el general Prim fuera asesinado por unos desconocidos a la salida de las Cortes. Por lo cual se vio privado de su principal valedor y apoyo. Su reinado solo duró dos años y se caracterizó por la inestabilidad, ya que no encontró apoyo suficiente en los diversos partidos políticos. Además, estalló la 3ª Guerra Carlista en el norte, y en Cuba se inició la Guerra de los Diez Años por el pretexto de un incidente sin importancia. Abdicó la corona española y se marchó.
La Primera República (febrero 1873 – enero 1874)
Con la marcha de Amadeo I de Saboya, las Cortes se reunieron en sesión extraordinaria, juntos el Congreso y el Senado proclamaron la República como régimen político que duraría desde febrero de 1873 a enero de 1874. Su primer presidente, Figueras, convocó elecciones a Cortes Constituyentes en las que triunfan los republicanos federalistas, cuyo líder Pi i Margall fue elegido como segundo presidente de la República.
Diversas ciudades como Valencia, Sevilla, Cartagena no esperaron a que las Cortes determinaran el federalismo en España, sino que se proclamaron independientes en un movimiento llamado Cantonalista. Para acabar con el desorden se nombró presidente a Salmerón, que acabó el movimiento cantonalista, pero no lo consiguió en Cartagena que continuó hasta 1874.
Salmerón dimitió porque no quiso firmar dos sentencias de muerte, siendo elegido el gaditano profesor de la universidad, Emilio Castelar. Castelar solicitó de las Cortes autorización para tomar medidas autoritarias para acabar con el desorden. Ante esta situación, el capitán general de Madrid, Pavía, entra en las Cortes con sus tropas expulsando a los diputados, terminado así la República.
Se formó un gobierno provisional presidido por el general Serrano, en el cual dominaban los conservadores que deseaban acabar con el periodo de desorden y dar estabilidad a España, que solo se conseguiría con la vuelta de los Borbones en la persona del hijo de Isabel II, el príncipe Alfonso XII, que estudiaba en la academia militar inglesa de Sandhurst.
El régimen de la Restauración. Características y funcionamiento del sistema canovista
Antonio Cánovas del Castillo, político malagueño, preparó la vuelta de Alfonso XII de Borbón. Para ello, el futuro rey firmó el Manifiesto de Sandhurst donde prometía gobernar para todos los españoles con ánimo conciliador. Los propósitos de Cánovas eran que la Restauración fuese de carácter pacífico y de acuerdo con la opinión del pueblo. Se vio perjudicado por el pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos con sus tropas, proclamando rey de España a Alfonso XII, que llegaría a España en 1875.
Cánovas había diseñado un sistema político donde la soberanía estuviera compartida entre el rey y las Cortes, con dos grandes partidos políticos: el Conservador, liderado por Cánovas; y el Liberal, liderado por Práxedes Mateo Sagasta, que se alternarían en el poder imitando al sistema inglés. La ideología de ambos era muy parecida; el Conservador formado por los antiguos liberales moderados; y el Liberal formado por demócratas y la izquierda de los moderados.
El Partido Conservador gobernó en 1876-1881, periodo en el cual se publicó la Constitución de 1876 que se caracterizó por su flexibilidad para ser compatible con el gobierno de los dos partidos. Principales características:
- Soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
- Reconocía derechos en apariencia como los de 1869.
- El rey convocaba y disolvía a las Cortes y nombraba a los ministros.
- Las Cortes tuvieron dos cámaras.
El Partido Liberal de Sagasta llegó al poder en 1881 y entre sus decisiones las aprobaciones de la Ley de Asociaciones que favoreció al movimiento obrero y aprobó el sufragio universal.
Los dos partidos se turnaban en el poder, pero este sistema que parecía perfecto estaba viciado en su funcionamiento por el falseamiento de las elecciones. Cuando la oligarquía de Madrid (ministros y terratenientes) consideraba que había que dar paso al otro partido para que gobernase, comunicaba a los gobernadores civiles de las provincias su decisión para que a su vez se la indicaran a los caciques locales (terratenientes, alcaldes o personas de prestigio), para que saliera el candidato deseado si se celebraban las elecciones. Si no salía el candidato del cacique se procedía al pucherazo, que consistía en rellenar las papeletas en blanco por el candidato deseado.