El Sexenio Democrático (1868-1874): Un Breve Periodo de Democracia en España

La Revolución de 1868: El Inicio del Sexenio Democrático

La Gloriosa no fue inicialmente una revolución, sino un golpe militar encabezado por varios generales. El apoyo vino después, cuando los partidos formaron juntas locales y provinciales, entregaron armas a la población y organizaron a los llamados Voluntarios de la Libertad desde el día 17 de septiembre, en que el almirante Topete se sublevó con su escuadra en Cádiz. En realidad, la revolución triunfó porque en ella confluían numerosos intereses. Además de los grupos políticos de la conspiración, la apoyaron sectores financieros e industriales. En cuanto a las clases populares, además del paro y la miseria, influyeron una vez más las promesas de las conspiraciones: sufragio universal, abolición de los impuestos indirectos (los consumos) y las quintas.

Pero una vez conseguido el exilio de la reina, los conspiradores procedieron a detener la revolución. El gobierno pudo convocar elecciones a Cortes Constituyentes.

La Constitución de 1869

Las elecciones se celebraron mediante sufragio universal masculino con plena libertad de opinión y prensa. El debate principal giró en torno a la reforma de Estado: monarquía o república. El gobierno, de mayoría unionista y progresista, era partidario de la primera y así lo hizo saber en la propia convocatoria de elecciones, rompiendo así la neutralidad pactada en Ostende.

Las Cortes elaboraron una nueva constitución, la primera democrática de nuestra historia y de las primeras en Europa. El país se constituía como una monarquía parlamentaria con estricta separación de poderes. El legislativo correspondería en exclusiva a las Cámaras y el ejecutivo al rey, pero con poderes muy limitados puesto que lo ejercía a través de los ministros. El poder judicial quedaba reservado a los jueces.

El texto incluía una declaración de derechos detallada con el fin de evitar recortes. Se incluían los de libertad e inviolabilidad de domicilio, derecho al voto, libertad de imprenta, etc.

Características de la Constitución de 1869:

  • Legislaban las Cortes: Diputados directos, Senado indirecto.
  • Se establece el sufragio universal.
  • Libertad de culto: se compromete el Estado a mantener un presupuesto para el culto y el clero católico.
  • Ayuntamiento: vecinos elegían a los concejales y estos al alcalde.
  • La constitución se compromete a recuperar las colonias de ultramar.

En 1868 estalló en Cuba un movimiento independentista.

El Gobierno Provisional y la Regencia de Serrano

El gobierno de Prim, a falta de rey, Serrano se convirtió en regente y Prim formó un gobierno progresista y con algunos demócratas. Durante un año y medio se aprobó una amplia legislación encaminada a desarrollar la constitución.

En el terreno económico se adoptó una política librecambista con el objetivo de relanzar la economía, pero que enfrentó al nuevo régimen con los industriales, sobre todo la textil catalana. E igualmente se adoptó una reforma monetaria que dio la exclusiva de la emisión al Banco de España y puso en circulación la peseta.

En semejante situación de inestabilidad, emprendió Prim la difícil tarea de buscar rey. Tras varios intentos fracasados, fue finalmente el príncipe Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia Víctor Manuel.

El Reinado de Amadeo I y la I República

Amadeo desembarcó en Cartagena el 30 de diciembre de 1870 y allí mismo recibió la noticia del asesinato del general Prim. El reinado de Amadeo I fue un fracaso. En ello tuvo mucho que ver la ausencia de Prim. En realidad, nadie creía que Amadeo fuera la solución para los problemas del país. Las clases dirigentes le identificaban con la democracia, el desorden social y con la dinastía. Se le oponen los terratenientes. La aristocracia piensa que era un demócrata liberal que podía poner en peligro sus propiedades.

Fueron dos años de gobierno inestables con muchos problemas. El partido progresista se dividió en dos grupos: los constitucionales y los radicales.

En el segundo año de reinado la situación empeoró. El conflicto cubano se agravó y se añadió el estallido de la tercera guerra carlista en el País Vasco. Amadeo I esperaba el momento propicio para abdicar. Aprovechó una grave crisis entre el jefe de gobierno y un cuerpo de artillería. Cuando el Congreso respaldó al gobierno, Amadeo presentó su abdicación el 11 de febrero de 1873.

La I República

El Congreso eligió a Estanislao Figueras como jefe del poder ejecutivo al frente de un gobierno formado por republicanos federales, y de la AIT al ministro de Gobernación, Pi y Margall. La república nacía de forma irregular y sin apoyos políticos suficientes. En el exterior, solo Estados Unidos y Suiza reconocieron y apoyaron al nuevo régimen. En el interior, los sectores conservadores rechazaron la república. En la realidad, tampoco sus partidos tenían una visión común de lo que debía ser la república. Para la burguesía, la república debería traer democracia, derechos individuales y desarrollo económico. Para los campesinos, el nuevo régimen debería aportar reformas sociales.

Ya en los primeros días se produjeron levantamientos campesinos que fueron reprimidos por el gobierno. Pero surgieron los primeros intentos de insurrección federalistas en Cataluña y, poco después, el gobierno pudo sofocar a tiempo un intento de golpe de Estado que preparaban algunos radicales y parte del ejército. Poco después, la inesperada dimisión de Figueras convirtió en presidente a Pi y Margall.

Las Cortes se apresuraron a redactar y debatir el proyecto constitucional.

La Constitución de 1873

La Constitución de 1873 establecía una república federal de estados y varios territorios de ultramar, cada uno con su propia constitución. La misma división se repetía en la estructura del Estado. El poder ejecutivo lo ejercía un gobierno cuyo jefe nombraría el presidente. El legislativo los desempeñarían dos cámaras, ambas de elección directa, con un Senado formado por cuatro representantes por estado. Y el judicial lo presidiría el Tribunal Supremo.

La Insurrección Cantonal y el Fin de la República

Pero la constitución no llegó a entrar en vigor. En los primeros días de julio se desencadenó la revolución cantonal y el país entró en un proceso revolucionario que acabó por hundir definitivamente a la república. El 7 de julio estalló en Alcoy una huelga general. Los grupos federalistas en Cartagena proclamaron el cantón y, haciéndose con el control de la flota y del arsenal, mientras los carlistas, que habían aprovechado la situación caótica del país en los meses anteriores…

En esta situación, incapaz de organizar la respuesta del Estado y no pudiendo controlar los resortes del poder, Pi y Margall presentó su dimisión el 18 de julio. El nuevo presidente, Nicolás Salmerón, inició un giro a la derecha. Encargó a Martínez Campos y Pavía la tarea de imponer el orden. Se estableció la pena de muerte. Le sustituyó Emilio Castelar, que acentuó el giro autoritario. En pocos días, con el apoyo de los militares, obtuvo de las Cortes poderes extraordinarios. Inmediatamente restableció las quintas, suspendió varios derechos constitucionales, el arma de artillería y ordenó un alistamiento masivo. Obtuvo también nuevos créditos y con todo ello consiguió sofocar definitivamente la revolución. Pero el 2 de enero, cuando Castelar se presentó para rendir cuentas ante las Cortes, de aplastante mayoría federalista, fue respondido con críticas y derrotado en una moción de confianza. La caída de Castelar precipitó el golpe de Estado previsto por la oposición conservadora y los generales. Poco después, el general Pavía hizo entrar tropas en el Congreso y, tras disolver la reunión, anunció que se iba a constituir un gobierno militar de emergencia presidido por el general Serrano. Era el fin de la república.