El Sexenio Democrático (1868-1874): La Revolución Gloriosa y la I República

La Revolución Gloriosa (1868)

El malestar político, económico y social que se arrastraba desde años condujo al pronunciamiento de Topete. Una coalición de fuerzas progresistas, demócratas y unionistas firmaron el Pacto de Ostende. El levantamiento militar de septiembre, conocido como La Gloriosa, fue resultado de una alianza entre progresistas, unionistas y demócratas; intervinieron militares, clases burguesas y medias para derrocar a la reina Isabel II.

El partido demócrata pedía el sufragio universal, la supresión de los consumos o las quintas y la defensa de las clases medias y trabajadoras. Fue un movimiento organizado desde el poder para finalizar con la reina y su entorno, que impedía a los progresistas gobernar y hacer frente a la pésima situación económica.

En el puente de Alcolea triunfaron los sublevados e Isabel II abandonó el país en dirección a Francia. El gobierno entregó el poder en Madrid a una junta revolucionaria que regulaba la revolución. La deriva radical fue cortada con rapidez.

El programa revolucionario se ceñía al establecimiento de libertades políticas y civiles, secularización del Estado, reforma de la hacienda, libertad económica y rechazo de la dinastía borbónica.

La población se alzó contra el sistema isabelino ya que:

  • Los grandes negociantes reclamaban un gobierno que tomase medidas para salvar sus inversiones en bolsa.
  • Los industriales reclamaban medidas proteccionistas.
  • Obreros y campesinos denunciaban su miseria y demandaban acción gubernamental para mejorar su situación.

La junta revolucionaria encomendaba al general Serrano la formación de un gobierno provisional tras la llegada del general Prim. Se establecía la disolución de las juntas. Los demócratas y el sector más revolucionario quedaron fuera. Las medidas eran controlar la revolución: disolución de las juntas, reorganización de la Milicia Nacional, desarme de los Voluntarios de la Libertad y restitución de la disciplina en el ejército.

El gobierno mostraba en un manifiesto a la nación su programa de reformas (sufragio universal y las libertades religiosas, de enseñanza, de imprenta, de asociación y de reunión), creación de la peseta como moneda nacional, ley de minas y arancel librecambista. Este programa definía un orden social conservador de carácter burgués; los poderosos y acomodados desoyeron las demandas populares y democráticas.

El sector republicano apostó por la república federal y el sector moderado se inclinaba por la monarquía. El gobierno provisional convocó elecciones y triunfaron los republicanos. Se hicieron las elecciones a Cortes Constituyentes, con mayoría de progresistas, unionistas y un notable grupo de diputados republicanos. Ambas se hicieron mediante sufragio universal masculino. El desencanto se extendió y en Barcelona surgía el embrión de los movimientos obreros.

La Monarquía Democrática de Amadeo I (1871-1873)

La Constitución de 1869

La constitución de 1869 establecía la soberanía nacional de base popular, proclamaba la división de poderes y una amplia declaración de derechos, ya que regulaba todos los derechos individuales. Se establecía el sufragio universal masculino. Se instauró un sistema bicameral:

  • El senado se elegía por sufragio universal indirecto entre los mayores contribuyentes.
  • El Congreso era elegido por sufragio universal.

El rey estaba sujeto a la soberanía nacional, esto planteó la necesidad de buscar un nuevo rey. La adopción de la monarquía provocó la dura oposición de los republicanos, nombraron a Serrano como regente y Prim ocupó la jefatura del gobierno.

Hubo una serie de problemas:

  • Una guerra colonial en Cuba.
  • La oposición de los carlistas y los alfonsinos.
  • El acoso de los republicanos, que no aceptaron la solución monárquica.
  • El descontento de las capas urbanas y rurales

Se produjo un alzamiento republicano federal ante la frustración por no haber puesto en práctica el gobierno provisional. Las partidas carlistas y la guerra colonial en Cuba agravaban la inestabilidad política, económica y social. Se firmó el Pacto Federal de Tortosa que agrupaba a los comités del partido federal. Prim reprimió los levantamientos y tuvo que afrontar el bandolerismo en Andalucía, aplicó la ley de fugas. Prim presentó oficialmente la candidatura de Amadeo de Saboya y triunfó.

El Reinado de Amadeo I

Amadeo de Saboya fue elegido rey por el empeño del general Prim, que quería evitar la proclamación de la república. Prim moría en Madrid víctima de un atentado. Amadeo juró la constitución y comenzó la primera experiencia de una monarquía democrática en España. El nuevo rey tuvo que encargar la formación de gobierno a Serrano.

El progresismo formó dos tendencias:

  • Una más conservadora, con Sagasta: constitucionalistas, tuvieron el apoyo de los unionistas.
  • Otra más reformista dirigida por Ruiz Zorrilla: los radicales, a la que se unieron los cimbrios.

Ambas facciones se enfrentaron. Amadeo encargó gobierno a Ruiz Zorrilla pero fue sustituido por un militar próximo a Sagasta. Existía una gran agitación sociopolítica por los efectos de la Comuna de París y la difusión de los principios de la I Internacional en España. El gobierno provisional adoptó medidas represivas contra las organizaciones obreras.

El desprestigio del gobierno obligó a Amadeo a sustituir a Sagasta y poner en su lugar a Serrano. Pero la firma del Convenio indultaba a los carlistas. Le sustituyó Ruiz Zorrilla, que presidió el último gobierno de la monarquía amadeísta. Importante oposición de los republicanos federales, cada vez más radicalizados. La rebelión carlista y la guerra de Cuba fueron un problema y Amadeo renunció a la corona. Hubo un fracaso del primer experimento de monarquía democrática de clases medias. El rechazo de la nobleza fue aprovechado por Cánovas para favorecer la causa del futuro Alfonso XII y el congreso y senado asumieron los poderes y proclamaron la república.

La Primera República Española (1873-1874)

La Tercera Guerra Carlista

La tercera guerra carlista fue la lucha entre los gobiernos liberales y el carlismo.

El partido carlista experimentó un rearme militar e ideológico. A él se sumaron los neocatólicos, partidarios de la lucha legal y del acceso pacífico al poder, lo que hizo que en el carlismo convivieran dos corrientes:

  • Una facción más abierta con el general Cabrera.
  • Otra más ortodoxa con Carlos VII y Cándido Nocedal.

Don Carlos había entrado en territorio español tras la derrota carlista en Oroquieta, se firmó el Convenio de Amorebieta por el que Serrano concedía indulto a los insurgentes. El convenio desmovilizó las partidas carlistas pero don Carlos no lo aceptó y la lucha siguió en Cataluña. Se creó un Estado alternativo en el norte del país, las tres provincias vascas y Navarra.

Tres razones explican la persistencia del conflicto carlista a lo largo del siglo XIX:

  • La resistencia del mundo campesino a la penetración de las formas productivas del capitalismo moderno.
  • La resistencia de los territorios forales que habían disfrutado de privilegios en el pasado al centralismo liberal.
  • La resistencia al proceso de secularización se alzó una religiosidad tradicional e integrista.

La centralización acabó con los restos del sistema foral vasco y abrió el camino para la transformación del viejo fuerismo en el nacionalismo de base étnica, católica y xenófoba.

Los Gobiernos de la República

Se proclamaba la república por amplia mayoría de votos. La historia de este periodo abarcó menos de un año, cuando el golpe de Estado del general Pavía derrocó al gobierno republicano. Cuatro presidentes (Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar), seis gobiernos, agitación social, guerra carlista y cubana y la revolución cantonal, con dificultades.

Figueras mantuvo la constitución de 1869 suprimiendo los artículos referidos a la monarquía. Se abolió la esclavitud en Puerto Rico y se suprimieron las quintas. Se convocaron elecciones, la agitación federalista hizo temer a los radicales que perderían las elecciones, por lo que prepararon un golpe que fracasó. La consecuencia del fracaso fue la ruptura entre radicales y republicanos.

Con mayoría republicana federal a Figueras le sustituyó Francesc Pi i Margall quien intentó conciliar las corrientes republicanas. Los problemas que tenía que afrontar eran dos guerras, carlista y la de Cuba, y oficiales contrarios a la república, diversos cambios de gobiernos para dar satisfacción a la derecha republicana. Pi quería negociar con carlistas y republicanos impacientes y se produjo en Alcoy una huelga general que derivó en insurrección generalizada. Surgieron los cantones que proclamaron la república federal y desbarató los planes de Pi. El gobierno entró en crisis y Nicolás Salmerón sustituyó a Pi en la presidencia de la república y se comprometió a restablecer el orden y aprobar las reformas sociales pendientes.

El cantonalismo surgió por dos causas:

  • Reacción defensiva ante la posible derechización de la república.
  • Presión para acelerar la implantación de la república federal.

El objetivo era establecer el federalismo hasta sus últimas consecuencias. Se basaba en la democracia directa, autonomía de municipios y diputaciones, supresión de consumos y quintas, reparto de la tierra, anticlericalismo difuso y la defensa de los intereses de las clases medias y populares. Dividió a los republicanos entre los transigentes y los partidarios de la represión. Hubo medidas, regulaba el trabajo de los niños, la abolición de la esclavitud en Cuba y el proyecto de reorganización del ejército. Este movimiento se inició en Cartagena y la represión se inició por el gobierno de Salmerón.

Pi i Margall presentó un proyecto de constitución para la república federal. La constitución de 1873 elaborada por Castelar y compuesta por 17 estados, regulaba los derechos y libertades de los españoles, y delimitaba los poderes del estado federal. Salmerón dejaba la presidencia del poder ejecutivo al negarse firmar dos sentencias de muerte. Le sustituyó Emilio Castelar que defendía una república centralista y movilizó a los reservistas para acabar con el problema cantonal y continuar las dos guerras vigentes, carlista y la de Cuba. Firmó las penas de muerte que Salmerón rechazó e hizo volver a los dirigentes de los partidos radical y constitucional. Castelar presentó la necesidad de separar Iglesia y Estado y un proyecto de abolición de la esclavitud en Cuba. El general Pavía había preparado un golpe de Estado del que Castelar tenía conocimiento. Tras negar la cámara la confianza a Castelar, este dimitió y Pavía rodeó el edificio del Congreso. Sin resistencia finalizaba el experimento republicano.

El Retorno a la Monarquía

Se quería establecer el modelo político del nuevo gobierno. Sagasta y Cánovas querían imponer una república con Serrano como presidente, muy influida por el modelo francés. El golpe no se había dirigido contra quienes habían derrotado a Castelar en las cortes y defendían el retorno a la experiencia federal. Se instauró un régimen conocido como dictadura del general Serrano. Su mandato se abrió con un golpe de Estado y se cerró con otro. Se trataba de una dictadura personal encubierta bajo la forma republicana. Era un sistema sin constitución y reconocía la constitución de 1869 pero quedaba en suspenso hasta que la normalidad retornase a la vida pública. Hacía un llamamiento a los partidos liberales, constitucionalistas y radicales. Continuaban abiertas las dos guerras cubana y carlista y resistía el cantón de Cartagena. Esta provisionalidad facilitó los preparativos del retorno del hijo de Isabel I, Alfonso. Cánovas quería una restauración monárquica por la vía civil. Martínez campos proclamó a Alfonso XII nuevo rey de España. La rápida adhesión al pronunciamiento obligó a Serrano a marchar a Francia y Cánovas constituía el ministerio-regencia que inauguraba una nueva etapa, la Restauración.