El Ser Humano y la Sociedad: Perspectiva de Marx

La Filosofía y la Práctica en el Pensamiento Marxista

En el pensamiento marxista, la filosofía está esencialmente unida a la práctica. Esta unión se debe a que, según Marx, toda filosofía surge en el contexto de una sociedad concreta y porque la filosofía supone también una acción o práctica transformadora de la sociedad y de las condiciones en que se encuentra el ser humano en ella.

El Problema del Ser Humano según Marx

Marx comienza con una crítica de la concepción del ser. Resalta cuatro aspectos fundamentales en su visión del ser humano:

  1. Según Marx, el hombre es el hombre real, material y concreto que se construye y manifiesta en la sociedad y en la historia, y en relación con la Naturaleza y con otros hombres. Para Marx no puede hablarse propiamente de “seres humanos” en el vacío, sino de amos y esclavos, señores o siervos, capitalistas u obreros, etc.
  2. Marx antepone en el ser humano su actividad práctica, material, a su actividad teórica o puramente racional. Para Marx, el hombre es el ser que construye sus condiciones de vida a través de su actividad material, en relación con otros hombres y con la Naturaleza, actividad que satisface sus necesidades y que se materializa en el trabajo. El trabajo será para Marx la actividad esencial del ser humano. El trabajo representa el ámbito de la creatividad y la autorrealización libre del ser humano, es la actividad en la que el ser humano expresa su humanidad.
  3. El hombre es un ser social en un doble sentido. Primero, porque él crea la sociedad al producir las condiciones materiales de su vida junto a otros hombres y en relación con la Naturaleza. Y segundo, él mismo es modelado por la sociedad donde se desarrolla. En cierto sentido, para Marx, el ser humano es a la vez productor de la sociedad y producto de ella.
  4. El hombre es un ser histórico. El ser humano es también un producto social, pero las sociedades no permanecen inalterables, sino que se ven transformadas por la misma actividad del ser humano.

La Alienación en el Pensamiento Marxista

Para Marx, el término alienación, enajenación o extrañamiento es una figura con una clara significación negativa o peyorativa. Marx examina otros tipos de alienación, pero reconoce que la alienación económica es la más importante y que las demás se basan, de una u otra manera, en ella. Pero, ¿en qué consiste y cómo se manifiesta esta alienación económica? La respuesta se centra en el examen de la alienación que sufre el trabajador en el marco de la sociedad capitalista.

Como actividad esencial del ser humano, el trabajo libre y creativo es la actividad en la que el ser humano muestra su humanidad, su verdadera naturaleza, y lo que lo distingue de otras especies animales. El producto del trabajo es la esencia de la vida humana convertida en un objeto físico y, por tanto, en algo externo al productor. Sin embargo, en la sociedad capitalista el trabajador no controla el producto de su trabajo. Una vez terminado, el producto no le pertenece, pues pasa a convertirse en mercancía propiedad del capitalista, que dispone de ella para su venta en el mercado y obtener beneficios. El producto de su trabajo acaba convirtiéndose así en algo extraño para el trabajador. Y lo mismo sucede con la propia actividad productiva del trabajador. Además, en la medida en que el producto del trabajo se convierte en una mercancía, el trabajador acaba siendo considerado una mercancía también que se compra y vende, una pieza más del sistema de producción.

En estas circunstancias, el trabajador contribuye en realidad a perpetuar el mismo sistema que lo oprime. En el régimen de trabajo asalariado del sistema capitalista, el trabajo deshumaniza al hombre en vez de humanizarlo. Todo ello contribuye a que los seres humanos en la sociedad capitalista se relacionen competitiva e instrumentalmente. La humanidad, bajo la explotación capitalista, aparece escindida, separada en dos partes (trabajadores y capitalistas), que no reconocen su común humanidad.

Para Marx, la alienación o enajenación es entonces la condición característica del trabajador en los modos de producción basados en la explotación, sobre todo en el sistema capitalista.

Las Cuatro Dimensiones de la Alienación Económica

La alienación económica del trabajador en la sociedad capitalista es para Marx cuádruple:

  1. Con respecto al producto de su trabajo.
  2. Con respecto a su propia actividad productiva, porque su actividad de trabajo tampoco pertenece al trabajador.
  3. Con respecto a los demás hombres porque ocurre que en el trabajo alienado se corta toda relación con los demás.
  4. Con respecto a la Naturaleza. El trabajo permite al ser humano sobrevivir y realizarse como ser humano y, también gracias a él, transformar la Naturaleza convirtiéndola en una proyección de sí mismo.

Esta alienación no dejará de existir mientras dure el capitalismo. Para Marx, no desaparecerá hasta la consolidación de la sociedad comunista. Además de la alienación económica derivan la alienación social, la alienación política, de las que, a su vez, derivan formas de alienación ideológica.

La Alienación Ideológica

La última fase de la alienación es, pues, la alienación ideológica. En ésta, el trabajador cree que, como el capitalista posee legalmente los medios de producción, posee un derecho fundado para apropiarse de una parte de su trabajo. La eficacia de la explotación capitalista descansa sobre la noción de legitimidad: presentarse ante las conciencias de los explotados como moralmente justificables.

Una ideología es para Marx un amplio cuerpo de ideas, una forma de interpretar el mundo que se presenta como objetiva y universalmente válida, pero que consciente o inconscientemente sólo representa los intereses parciales de una determinada clase social. La alienación en el trabajo (alienación económica) es el fundamento real de toda alienación. Las demás desaparecerán cuando desaparezca la económica.

El Problema de la Sociedad: Materialismo Histórico

El materialismo histórico defendido por Marx hace referencia a su concepción acerca de la organización general de la sociedad. El estudio de las sociedades nos descubre la existencia de dos estructuras básicas: la estructura económica o infraestructura y la estructura ideológica o superestructura. La infraestructura supone el nivel material donde se lleva a cabo la producción de los bienes necesarios para vivir. La superestructura, en cambio, abarca las distintas formas de conciencia social.

Tesis Fundamentales del Materialismo Histórico

El materialismo histórico de Marx defenderá dos tesis fundamentales:

  1. En primer lugar, que la infraestructura económica de una sociedad determina la conciencia que dicha sociedad tiene de sí (la superestructura), y no al revés.
  2. Y, en segundo lugar, que dicha infraestructura económica evoluciona a partir de sus contradicciones internas (lucha de clases) originando nuevos modelos de sociedad.

La Actividad Productiva y el Proceso de Trabajo

El punto de partida de la concepción materialista de la sociedad y de la historia que defiende Marx es la actividad productiva o producción que se traduce en proceso de trabajo. El trabajo implica una doble relación. Por un lado, es una relación natural y material, pues conlleva la interacción del hombre con la Naturaleza. Y por otro, se plasma en una relación social, pues el trabajo es una actividad que se da de acuerdo con unas formas de relación entre seres humanos. Ambos tipos de relación han cambiado a lo largo de la historia, tendiendo siempre a una mayor complejidad.

Fuerzas Productivas y Relaciones de Producción

El elemento fundamental del proceso de trabajo son las fuerzas productivas, donde se incluyen las materias sobre las que se trabaja, la tecnología empleada y la fuerza de trabajo de la que están dotados los propios trabajadores. El desarrollo de las fuerzas productivas determina las relaciones de producción, que son las relaciones que se establecen entre los miembros de la sociedad. Estas relaciones de producción darán origen a las diferentes clases sociales.

Infraestructura y Superestructura

Las fuerzas productivas y las relaciones de producción conforman la estructura económica o infraestructura. Sobre esta “base material real” se sitúan la estructura ideológica o superestructura, formada por los correspondientes contenidos jurídicos, políticos, religiosos, filosóficos, artísticos, etc.

La superestructura depende, para Marx, de las condiciones económicas en las que vive cada sociedad, de su infraestructura y, ésta debe ser el punto de partida para explicar y comprender completamente los elementos que forman cada sociedad. Además, la superestructura tiende a justificar la infraestructura que le sirve de base y a favorecerla, consolidarla y perpetuarla.

Crítica de las Ideologías

Marx procede a continuación a explicar su crítica de las ideologías. Para Marx, «ideología» es el sistema de representaciones del mundo y del ser humano que utiliza la clase dominante para legitimar su posición de predominio frente a las clases oprimidas. Las ideologías ofrecerían una imagen falseada y falsificadora de la realidad y de las condiciones en que se desarrolla la vida de los hombres. Su función es ocultar la realidad social e histórica de los hombres que está alienada para asegurar la dominación de una clase sobre otras. La ideología de cada momento histórico responde a los intereses de la clase dominante en dicho momento y afecta tanto a los dominadores que buscan imponerla como a los dominados que la aceptan.

La Historia como Transición de Modos de Producción

Marx entiende que la historia es la transición de los diferentes modos de producción. Marx llama modo de producción al modelo estructural que adopta el proceso de producción de los bienes necesarios para la subsistencia.

Clases Sociales y Lucha de Clases

Cada modo de producción implica grupos con intereses comunes y antagónicos. Estos grupos son las clases sociales. Según el materialismo histórico de Marx, el motor del cambio social será la lucha de clases. Este paso de un modo de producción a otro y, en consecuencia, de una forma social a otra se debe a la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción del correspondiente modo de producción.

El Cambio de un Modo de Producción a Otro

El paso de un modo de producción a otro se realiza de la siguiente manera:

  1. Las fuerzas productivas sufren, en un momento dado, un cambio significativo.
  2. Este cambio en las fuerzas productivas da origen a nuevas relaciones de producción, que entran en contradicción con las existentes hasta el momento. Con estas relaciones de producción comienzan a emerger nuevas clases que rivalizan con las clases dominantes hasta el momento. Se entra así en una fase de desequilibrio que desembocará en una revolución.
  3. El cambio de la clase dominante traerá consigo, con mayor o menor rapidez, la modificación de la superestructura.

Este proceso terminará cuando queden abolidas todas las clases sociales y cuando se implante el comunismo.

La Autodestrucción del Capitalismo y la Sociedad Comunista

Marx predice la autodestrucción del modo de producción capitalista. La creciente situación de descontento general favorecerá que la clase trabajadora alcance su conciencia de clase y acabe rebelándose. Será el momento de la revolución del proletariado. Esta desaparición del capitalismo es presentado por Marx como una necesidad. El nuevo estadio histórico será la sociedad comunista.

Características de la Sociedad Comunista

Marx no explicó con detalle y precisión los rasgos de la sociedad comunista, pero de sus escritos pueden extraerse las siguientes características:

  • Abolición de la propiedad privada.
  • Sociedad sin clases.
  • Abolición del Estado.