El Auge del Romanticismo en el Siglo XIX
Nacimiento de la Sociedad Liberal
La aparición del Romanticismo coincidió con una serie de cambios que trajeron consigo un nuevo esquema social:
- Proceso de industrialización: Significó la consolidación de la burguesía como clase dominante y la aparición de una sociedad de clases.
- Aparición del liberalismo: Defendía la libertad, la igualdad y la soberanía nacional. La Revolución Francesa supuso la puesta en práctica de estos principios. Tras la derrota de Napoleón, el Congreso de Viena impuso los principios de la Restauración. Como respuesta, se sucedieron varias oleadas revolucionarias que implantaron definitivamente el modelo liberal.
Romanticismo como Expresión Nacionalista
La difusión del liberalismo provocó la aparición del nacionalismo: ideología basada en el sentimiento de pertenencia a una comunidad y en el derecho de los pueblos a constituirse como naciones. Mostró dos vertientes opuestas:
- Liberal y democrática: Reflejo de la soberanía nacional.
- Conservadora y autoritaria: Vinculaba la idea de nación a la lengua, la raza o el folclore.
La expresión cultural del nacionalismo fue el Romanticismo, que opuso al racionalismo de la Ilustración una visión basada en el sentimiento de libertad individual.
El Movimiento Romántico
El Romanticismo fue un movimiento artístico y cultural que dominó la primera mitad del siglo XIX y se caracteriza por la exaltación de los sentimientos. La visión del mundo del Romanticismo postula como fundamentales los siguientes conceptos, que rompen con la expresión artística anterior:
- Libertad: Defensa de la plena libertad individual.
- Subjetivismo e idealismo: Exaltación del yo individual y de los sentimientos apasionados.
- Rechazo de la realidad: Ruptura con el mundo cotidiano.
- Nacionalismo: Recuperación de los poemas épicos y de las tradiciones folclóricas y populares.
Temas Recurrentes en el Romanticismo
- El individuo
- La pasión
- El fracaso vital
- La naturaleza
- Las historias y leyendas
La Poesía Romántica
Poesía Narrativa
Los poemas abordan temas históricos y legendarios, con frecuencia ambientados en la Edad Media. La narración de los sucesos se combina con descripciones, diálogos y momentos líricos.
Autores destacados:
- José Zorrilla
- Duque de Rivas
- José de Espronceda
Poesía Lírica
Poemas de corte subjetivo y de estilo enfático. En la primera mitad del siglo XIX predominan los temas patrióticos y sociales. Durante el Posromanticismo (segunda mitad del siglo XIX), los asuntos más usuales son las emociones y sentimientos íntimos.
Autores destacados:
- Gustavo Adolfo Bécquer
- Rosalía de Castro
José de Espronceda: Un Poeta Romántico por Excelencia
Poeta extremeño que, por su agitada biografía y su rebelde e impetuoso carácter, es un exponente del creador romántico. De ideología liberal, fue perseguido por este motivo y padeció el exilio.
Temas:
- Patriotismo y protesta política
- Desengaño vital y libertad
Estilo: Sonoro e intenso, emplea rimas agudas, contrastes, exclamaciones, interrogaciones retóricas y una adjetivación sensual e intensamente emotiva.
Obra:
- Poesía lírica: Destacan las piezas protagonizadas por personajes marginales.
- Poesía narrativa: Escribe excelentes poemas narrativos como El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.
El Posromanticismo: La Interiorización del Sentimiento
Bécquer y Rosalía de Castro pertenecen a la etapa posromántica de la literatura, que surge a finales del siglo XIX. Este periodo está marcado por su tono intimista en la poetización de las emociones y por la influencia de poetas alemanes como Heinrich Heine, de quienes toman ritmos de la poesía popular y el motivo de la naturaleza como espejo de las emociones.
Gustavo Adolfo Bécquer
Poeta sevillano, escribe poesía breve que brota de los sentimientos.
Temas:
- Poesía e inspiración
- Amor inspirado
- Amor desengañado
- Dolor y angustia desesperanzados
Estilo:
- Lirismo intenso
- Musical
- Sugerente
Rosalía de Castro
Poeta gallega.
Temas:
- Añoranza de la tierra
- Dolor y desengaño
Lenguaje: Emocionado e intimista, con la presencia de los elementos de la naturaleza, confiere a sus versos un tono de autenticidad.
La Prosa Romántica
La Novela Histórica
Nace con el rechazo de la realidad contemporánea del Romanticismo. Son verosímiles, pero sin la pretensión de ser rigurosos históricamente. Se considera al escocés Walter Scott el padre de este subgénero narrativo y a su novela Ivanhoe la más representativa. Llega a España de la mano de los escritores Enrique Gil y Carrasco y José de Espronceda.
La Novela Gótica
Nacida en Inglaterra, explora mediante el terror la parte irracional del ser humano.
Ambientación: Ruinas, cementerios, castillos, fantasmas, etc. Aparecen personajes solitarios y la presencia de elementos sobrenaturales. Primera novela gótica: El castillo de Otranto de Horace Walpole.
Las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer
Escribió en prosa Las Leyendas. Estos relatos imitan el tono de las leyendas populares tradicionales, en las que se funden elementos reales y fantásticos. En ellas aparecen temas como el amor absoluto y desengañado hacia una mujer ideal, la religión y la perfección artística. Las historias se sitúan en la Edad Media, escenarios típicamente románticos. Los protagonistas son caballeros, artistas o mujeres bellas, cuyas vidas aparecen marcadas por la presencia de un elemento sobrenatural.
Enrique Gil y Carrasco
Este leonés escribió la obra El señor de Bembibre, considerada como la novela histórica más importante del Romanticismo español. Relata los amores imposibles entre doña Beatriz y don Álvaro.
Tema: El amor entre don Álvaro y doña Beatriz, impedido por las convenciones sociales de la época, representa al caballero virtuoso y el ideal romántico de mujer.
Escenario: Histórico, en el siglo XIV, en la etapa de declive de la Orden Templaria. El cambiante estado del espectacular paisaje leonés es el espejo de los sentimientos de los protagonistas.
José de Espronceda
Escribió Sancho Saldaña o El castellano de Cuéllar, que aborda los amores imposibles del protagonista con doña Leonor en el contexto histórico de la Castilla de la Reconquista.
Mariano José de Larra
Conocido por su labor en prensa, escribió El doncel de don Enrique el Doliente, siguiendo el modelo narrativo europeo.
El Cuadro de Costumbres
Trata de pequeñas estampas narrativas y descriptivas que recrean los tipos humanos, el habla y las costumbres propios de las distintas regiones españolas. Escritos usualmente desde un punto de vista casticista y defensor del español tradicional.
Serafín Estébanez Calderón
Escribió cuadros de costumbres, en los que pinta una Andalucía alegre y pintoresca.
Ramón Mesonero Romanos
Publicó cuadros de costumbres centrados en la vida madrileña.
Mariano José de Larra
Autor reconocido por sus artículos de prensa, que lo señalan como el primer gran articulista del periodismo español. El escritor interviene como personaje, denuncia aspectos negativos de la sociedad española con la intención de mejorarla.
Clasificación de los artículos:
- Artículos de costumbres: Denuncia aspectos como la brutalidad, la holgazanería, la indolencia, la intolerancia, el mal gusto y el atraso general de la sociedad española.
- Artículos políticos: Critica la actitud de absolutistas y de liberales moderados desde una ideología liberal progresista.
- Artículos literarios: Ofrece su visión de la literatura y el lenguaje y expone que cualquier arte debe supeditarse al progreso de la sociedad, lo que lo vincula a las ideas ilustradas.
Larra utiliza en sus escritos una lengua clara, enérgica y directa y un tono frecuentemente irónico que deja traslucir cierto pesimismo.
El Héroe Romántico
Los autores románticos se rebelan contra las normas postuladas durante el siglo XVIII. En política, la rebeldía contra la sociedad contemporánea toma dos vías: una conservadora, que mira con nostalgia el pasado, y otra liberal, que aboga por ahondar en la consecución de los derechos y libertades del individuo. Respecto a la moral y la convivencia civil, los románticos se sienten libres de sus convenciones y optan por modelos de vida y de conducta llamativamente inusuales, como el pirata o el mendigo.