LA LITERATURA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX: EL ROMANTICISMO
Se conoce con el término Romanticismo el movimiento ideológico y cultural que se opone, de forma más o menos explícita, a los principios característicos de la Ilustración. Rasgos característicos del Romanticismo son:
- Irracionalismo. Se niega que la razón pueda explicar por completo la realidad. Preferencia por temas como lo sobrenatural, lo mágico y lo misterioso. De ahí la importancia de emociones, sueños o fantasías que permiten bucear en el inconsciente para descubrir allí los impulsos no racionales.
- Idealismo. Predilección por lo absoluto, por lo ideal. El hombre romántico no quiere una parcela de libertad o la contemplación de algo bello, sino que se lanza a la búsqueda de la Libertad o de la Belleza. La imposibilidad de alcanzar ese ideal que persigue lo conduce a la frustración y a la infelicidad.
- Individualismo y subjetivismo. Conciencia de ser distinto de los demás. Afirmación del “yo” frente a lo que les rodea. Exalta su propia sensibilidad, sus emociones.
- Desengaño. El choque entre el yo romántico y la realidad produce en el artista un hondo desengaño, un hastío vital que lo lleva a un enfrentamiento con el mundo. Se extiende el sentimiento de fugacidad e infelicidad de la vida que provoca la típica angustia romántica.
- Culto a la libertad: el individuo proclama su derecho a expresarse y su libertad frente a la sociedad. Se rebela contra las normas morales, sociales, políticas, religiosas y artísticas.
- Evasión. El romántico opta por escapar de la realidad que no le gusta. Se trata de una evasión en el espacio (lugares exóticos como Oriente, América o la misma España para muchos escritores europeos) o en el tiempo (épocas pretéritas como la Edad Media).
- Soledad. Como forma también de evasión aparece el refugio en sí mismo, con lo que el gusto por la soledad se convierte en uno de los temas preferidos. De ahí el gusto por lugares solitarios como castillos, cementerios, jardines…
- Naturaleza dinámica. Se representa la naturaleza en movimiento y se prefiere la ambientación nocturna. Se identifica además con los estados de ánimo del creador.
- El genio creador. El artista nace, no se hace. De ahí la revalorización de lo espontáneo, lo intuitivo, lo original, de aquello que es característico del genio creador.
- Nacionalismo. Se reivindica el concepto de pueblo como entidad supraindividual a la que pertenecen los individuos que comparten características comunes (lengua, costumbres…). De ahí el interés por buscar las raíces de cada pueblo en su historia, literatura, cultura…Se revalorizan antiguos poemas épicos, leyendas y tradiciones, y se revitalizan las lenguas vernáculas.
POESÍA
Los primeros años del siglo siguen dominados por líricos de inspiración ilustrada (Manuel José Quintana o Alberto Lista). A partir de los años 30 se produce el triunfo de la lírica romántica. Se distinguen dos tipos de poesía:
- Poesía narrativa o épica: relata en verso diversos sucesos históricos, legendarios o puramente inventados. Estos poemas combinan la descripción, el diálogo y momentos de carácter lírico. Los hay extensos como El moro expósito del duque de Rivas, El estudiante de Salamanca y El diablo mundo de Espronceda. En cuanto a los poemas breves, destaca el cultivo del romance.
- Poesía lírica. Expresa en sus versos temas típicos del Romanticismo: la melancolía, el amor, la mujer ideal, la libertad, la muerte etc. Los poetas más destacados son Espronceda, Zorrilla, Bécquer y Rosalía de Castro.
Rasgos formales definitorios de la poesía romántica son: la mezcla de géneros (no resulta clara la distinción entre lírica y épica) y la polimetría (se emplean numerosas estrofas y versos. Destaca el uso de la escala métrica, que consiste en aumentar o disminuir gradualmente la medida de los versos a lo largo de un poema).
JOSÉ DE ESPRONCEDA
Aunque escribió también teatro y novela, su faceta literaria más importante es la de la poesía. Escribe tanto poemas líricos (Canción del pirata, El verdugo, El mendigo, El reo de muerte, A Jarifa en una orgía…) como narrativos (El estudiante de Salamanca, El diablo mundo). En las poesías líricas se encuentran ya las características del Espronceda más genuino: defensa de los seres marginales, identificación con los proscritos, desprecio de las normas y leyes así como de las riquezas materiales, anhelo de libertad… Sus dos grandes poemas, El estudiante de Salamanca y El diablo mundo, son ejemplo de la mezcla de géneros propia del Romanticismo, pues en ellos combina pasajes líricos, narrativos y dramáticos. El estudiante de Salamanca cuenta la historia de don Félix de Montemar, cínico donjuán en la Salamanca del siglo XVII, que, tras seducir y abandonar a Elvira, que muere de dolor, mata en duelo al hermano de la fallecida. Finalmente, persigue en una tétrica noche a una fantasmal dama, que resulta ser el esqueleto de Elvira – la muerte misma-, con quien consuma un matrimonio macabro y acaba bailando una danza rodeado de espectros. El diablo mundo consta de una introducción y siete cantos, aunque el último está incompleto. Es un libro que contiene elementos variados. Toda la segunda parte es el Canto a Teresa, elegía por la muerte de su amada, que nada tiene que ver con la historia central del resto de la obra. Esta cuenta la historia de un anciano desengañado que se transforma en un joven, Adán, que desconoce el mundo.
Hacia mediados de siglo se abrirá camino la poesía realista, que coincidirá en el tiempo con la poesía en la que pervive y se depura el legado romántico con la poesía de Bécquer y Rosalía (Posromanticismo)
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
De su producción en prosa destacan Cartas literarias a una mujer, Cartas desde mi celda y, sobre todo, las Leyendas. Las Leyendas son un conjunto de relatos cortos de carácter fantástico y ambientación típicamente romántica (la Edad Media, el mundo oriental o morisco, el halo de misterio, la noche…). Algunas de las más conocidas son: Los ojos verdes, El rayo de luna, El Monte de las animas, Maese Pérez el organista… Su obra poética se reduce a las Rimas, cuya primera edición en 1871, al año siguiente de su muerte, fue publicada por los amigos del poeta. Se conserva también un manuscrito autógrafo con el título de Libro de los gorriones. Tradicionalmente, en las Rimas, se han distinguido cuatro apartados de acuerdo a una clasificación temática:
- Rimas I-XI: el tema es la reflexión sobre la creación poética
- Rimas XII-XXIX: el tema principal es el amor tratado de forma positiva.
- Rimas XXX- LI: el tema es el amor desengañado y el fracaso amoroso.
- Rimas LII-LXXVI: están presentes temas como el dolor de la existencia, la desesperanza, la angustia, la soledad y la muerte.
Los rasgos más característicos de la poesía de Bécquer, que huye de la grandilocuencia de la poesía romántica anterior, son el intimismo, la brevedad, la sencillez, las estructuras paralelísticas, la combinación de versos de arte mayor y arte menor y la preferencia por la rima asonante.
ROSALÍA DE CASTRO
Aunque escribió también prosa, destaca como poetisa. Compuso versos tanto en gallego (Cantares galegos y Follas novas) como en castellano (En las orillas del Sar). En las orillas del Sar, la tristeza (saudade) aumenta y profundiza en la soledad del ser humano. Es la obra más metafísica: las dudas religiosas y el ansia de la muerte se acentúan. Muestra en esta obra importantes novedades formales que preludian el Modernismo: creación de nuevas estrofas, empleo de versos alejandrinos…
PROSA
El género en prosa más característicamente romántico es la novela histórica que ambienta los sucesos narrados en el pasado. Se trata de una ambientación puramente evocadora y no hay una detallada reconstrucción del pasado histórico. Las novelas más conocidas son El doncel de don Enrique el Doliente de Larra, Sancho Saldaña de Espronceda y El señor de Bembibre de Enrique Gil y Carrasco. Son todavía novelas bastante rudimentarias en las que el narrador proporciona al lector todo lo necesario para la comprensión de la obra (recuerda datos, subraya hechos significativos…). Suelen desarrollar tramas amorosas entre unos personajes que se ven envueltos en numerosas aventuras. Rasgo fundamental del lenguaje empleado es el arcaísmo.
En los años centrales del siglo surge un fenómeno importante para el desarrollo del género de la novela. Se trata de la novela por entregas, la publicación de los textos de forma fragmentaria, en entregas sucesivas, y no completos en formato de libro. Se pretendía que su bajo precio atrajera más lectores lo que permitió incrementar el número de lectores y condicionó además la forma y estructura de los textos: presencia de elementos melodramáticos para atraer el interés, tipografía grande que facilitaba la lectura, inclusión de láminas que ayudaban a comprender el texto… Una variante de la novela por entregas es el llamado folletín, que consistía en la publicación de un relato en los sucesivos números de un periódico o revista. El desarrollo del periodismo será fundamental para la prosa española del XIX y así, estrechamente vinculado a la prensa periódica se desarrollará un nuevo género literario en prosa: el costumbrismo. En los cuadros o artículos de costumbres adquieren importancia la sátira política y el énfasis en lo pintoresco. Los costumbristas se centran bien en seres concretos, bien en alguna forma de comportamiento colectiva. Suelen distinguirse dos variantes del artículo de costumbres: el tipo (retrato de un solo individuo que destaca por alguna particularidad: oficio, origen…) y la escena (intervienen diversos personajes con los que se describe una costumbre peculiar del país).Entre los escritores costumbristas destacan Estébanez Calderón (Escenas andaluzas), Mesonero Romanos (Escenas matritenses) y, sobre todo, Larra.
MARIANO JOSÉ DE LARRA
Destacó por su actividad periodística. Publicó El duende satírico del día, El pobrecito hablador. Sus artículos pueden clasificarse en:
- Artículos de crítica literaria y cultural: reseñan estrenos teatrales, publicaciones de nuevos libros…
- Artículos políticos: comentan las vicisitudes políticas del momento. Larra adopta, en general, la actitud de un liberal progresista.
- Artículos de costumbres: son fundamentalmente satíricos. Censuran comportamientos y usos sociales diversos: la holgazanería, la brutalidad, la hipocresía, la suciedad…Destacan El casarse pronto y mal, El castellano viejo, Vuelva usted mañana…
Larra rechaza neologismos innecesarios y el estilo demasiado arcaizante. Su prosa es llana, clara, directa e irónica, y su estilo, mordaz y sarcástico, está lleno de juegos de palabras, dobles sentidos y paradojas, que ponen el lenguaje al servicio de una clara intención crítica. Gran parte de estos textos los publicó utilizando diversos seudónimos: Fígaro, el Pobrecito Hablador
TEATRO
Con el triunfo del Romanticismo en los años treinta, los dramas románticos conocerán un éxito rapidísimo. Sus rasgos característicos son:
- El tema principal es el amor, un amor absoluto e ideal, que está por encima de las convenciones sociales. La imposibilidad de alcanzar un amor puro y perfecto hace que frecuentemente los finales sean trágicos.
- Los protagonistas encarnan la idea de libertad. Los héroes suelen tener un origen desconocido y misterioso o bien ocultan su personalidad. Son portadores de un destino aciago. El héroe romántico es seductor está dotado de gran belleza física y espiritual; aunque también hay en él algo diabólico. Es rebelde ante los códigos morales establecidos. Tiene dos grandes aspiraciones: el amor a la libertad y el amor a la mujer. Las heroínas, siempre bellas física y espiritualmente, representan el amor.
- Las acciones suelen desarrollarse en un marco histórico, normalmente de la historia nacional.
- Mezclan tragedia y comedia.
- No respetan la regla de las tres unidades.
- Mezclan el verso y la prosa, aunque a la larga se impone el verso y con polimetría.
- El número de actos varía de tres a cinco y a veces se les pone título.
- La escenografía y las acotaciones adquieren gran importancia: la acción se explica con largas acotaciones escénicas.
- Es fundamental la intriga, caracterizada por la inclusión de elementos melodramáticos (origen desconocido de los personajes, la anagnórisis o reconocimiento final, escenas nocturnas, desafíos, etc.) con el fin de emocionar y conmover al espectador.
- Se introducen pasajes líricos sobre todo en las escenas amorosas.
- Se subraya el carácter inexorable del paso del tiempo que se pone en relación con el destino fatal que persigue al héroe.
- Se expresan los anhelos de una sociedad más justa: defensa de la libertad y del derecho de rebelión frente a los tiranos y los malos gobiernos, reivindicación de la felicidad íntima de los individuos etc.
Entre los dramas románticos destacan La conjuración de Venecia de Martínez de la Rosa, Macías de Larra, Don Álvaro o la fuerza del sino del duque de Rivas, El trovador de García Gutiérrez, Los amantes de Teruel de Juan Eugenio de Hartzenbusch y Don Juan Tenorio de José Zorrilla. En Don Álvaro o la fuerza del sino el protagonista encarna de modo arquetípico las características del héroe romántico (ansia de un amor imposible, mundo hostil). El destino arrastra a los personajes, que verán frustrados todos sus anhelos, y se ceba con Don Álvaro de modo tan cruel que toda una serie de sucesos trágicos lo persigue hasta el final.