El Romanticismo en España: Contexto Histórico y Características
Las consecuencias de la Revolución Francesa se expandieron por Europa. El cambio de las bases sociales y políticas por las que Europa se había regido durante siglos despertó muchas esperanzas en otros lugares. En Francia, las contradicciones dentro del proceso revolucionario llevaron al poder a Napoleón Bonaparte, quien llegó a formar un imperio, aunque la gran potencia económica de la época era Inglaterra.
En España, empieza un período de turbulencias: debido a los errores diplomáticos de Godoy y las rivalidades entre Carlos IV y su hijo Fernando, se produce la invasión francesa, que desemboca en la Guerra de la Independencia. Los ilustrados, como Moratín o Valdés, apoyan al nuevo régimen francés (afrancesados), aunque el resto de la población se opone al nuevo régimen y gana la guerra a los franceses. Las Cortes de Cádiz habían aprobado la Constitución de 1812, de signo liberal.
En 1820, la sublevación del general Rafael Riego abre el Trienio Liberal, período en el cual se intentan ciertas reformas. Se produce entonces una nueva invasión francesa, la de los Cien mil Hijos de San Luis, que no encuentra ahora resistencia alguna y que restaura el poder real absoluto.
La Guerra de la Independencia y el reinado de Fernando VII impidieron que el Romanticismo llegara a España en los años en que triunfaba en Europa. Este movimiento llega a través de los españoles que emigraron a otros países, donde entraron en contacto con él y lo trajeron a España, sobre todo en los años treinta y cuarenta. Bécquer es un posromántico que aparecerá en la segunda mitad y que será, a pesar de ser tardío, el más importante.
Características del Romanticismo
El Romanticismo es el movimiento cultural que se opone a los principios de la Ilustración. A los románticos lo que más les interesa es explicar sus sentimientos. Los rasgos del Romanticismo son:
- Irracionalismo: la razón sólo explica una parte de la realidad. Se abandona la idea de que existan verdades fijas e inmutables. Interesa lo que la razón no puede explicar.
- Subjetivismo: si la razón tiene sus límites, son necesarias otras formas de conocimiento, que para los románticos son la intuición, la imaginación y el instinto. De ahí la importancia de emociones, sueños o fantasías. La pasión es en el Romanticismo una fuerza superior a la razón.
- Idealismo: el hombre romántico siente una predilección especial por lo absoluto, lo ideal… por eso se lanza a la búsqueda de la libertad, el amor, la belleza… Existe en los románticos un sentimiento de no plenitud.
- Individualismo: el hombre romántico tiene una conciencia aguda y dolorosa de la propia personalidad. Afirmación del yo frente a lo que le rodea, lo que conduce a la soledad, que es uno de los temas principales.
- El genio creador: el arte se convierte en la forma de expresión del genio que el creador lleva por dentro. El artista nace, no se hace.
- Inseguridad radical: el romántico es alguien inseguro e insatisfecho. Al haber perdido la confianza en la razón, ya no hay certezas en el mundo y no sirven las respuestas tradicionales.
- Desengaño: el choque entre el yo romántico y la realidad que no da satisfacción a sus ideales produce en el artista un desengaño.
- Evasión: el romántico escapa de la realidad, que no le gusta. Una forma a veces es el suicidio.
- Soledad: además de la evasión, adquiere gran importancia la huida de la realidad mediante el refugio en sí mismo. Por ello aparecen lugares solitarios.
- Naturaleza dinámica: el romántico representa la naturaleza en forma dramática, en movimiento y con preferencia por la ambientación nocturna. En la naturaleza ven un espejo de sus deseos.
- Nueva sensibilidad: el Romanticismo lleva a primer plano la intimidad, la introspección, la nostalgia, la melancolía, la tristeza y la soledad.
- Nacionalismo: encuentran un apoyo existencial en el espíritu comunitario que los liga a su entorno. Tienen gusto por las raíces y la historia de los pueblos.
La Poesía Romántica en España
Durante la primera mitad del siglo XIX, la poesía refleja el proceso de transición desde la estética neoclásica hasta la romántica.
Dentro de la poesía romántica tiene gran importancia la poesía narrativa, que combina la descripción, el diálogo y momentos de carácter lírico. Ejemplos son El estudiante de Salamanca y El diablo mundo, de Espronceda.
La poesía lírica expresa en sus versos los sentimientos personales, la melancolía, el hastío de la vida, el amor, la mujer ideal, la religión, etc. También son románticos los ambientes: lugares solitarios, cementerios, la noche, la luna, las ruinas… Otros rasgos formales son la mezcla de géneros entre lírica y épica.
José Zorrilla
Destacó José Zorrilla por su poesía lírica: es muy variada en cuanto a los temas y la métrica. Cambia de registro poético con facilidad y tiene un gran sentido del ritmo y la musicalidad. Es el autor más importante del Romanticismo español.
José de Espronceda
También es muy importante José de Espronceda, cuya personalidad es rebelde, impetuosa, liberal… Su obra poética puede dividirse en varias etapas:
- Poesía de corte neoclásico: se corresponde con sus textos juveniles.
- Poesía de la etapa del exilio: se suman nuevas influencias que anuncian su evolución hacia la sensibilidad romántica.
- Poesía romántica: escribe tanto poemas líricos (Canción del pirata, El verdugo, El mendigo, El reo de muerte…) como narrativos (El estudiante de Salamanca (1840), El diablo mundo (1841)), siendo estos últimos sus dos grandes poemas, ejemplo de la mezcla de géneros.
En cuanto a los temas de la poesía de Espronceda, son los propios de la poesía neoclásica: amores pastoriles en una delicada naturaleza, anhelo de fraternidad universal, defensa de la libertad… En la etapa del exilio predomina una sensibilidad triste y melancólica en una naturaleza poderosa y colosal. El estilo de Espronceda es característicamente romántico. Prefiere las sensaciones extremas y de ahí su gusto por las sonoridades retumbantes, las rimas agudas, los cambios métricos repentinos…
Poesía Posromántica: Bécquer y Rosalía de Castro
Destacan tres tendencias poéticas: la poesía realista antirretórica, la poesía realista grandilocuente y la poesía intimista posromántica.
La poesía intimista posromántica convive con las dos corrientes anteriores, cuya figura fundamental es Gustavo Adolfo Bécquer. Busca superar el Romanticismo retórico y trivial a través de la condensación y simplificación formales, como medio para sugerir con la palabra, la imagen y el símbolo las ideas que rozan lo inefable.
Rosalía de Castro es, junto a Bécquer, la gran figura de este tipo de poesía intimista. Compuso versos tanto en gallego como en castellano. Aflora de forma directa el mundo interior y se manifiesta la subjetividad. En las orillas del Sar, Rosalía de Castro alcanza muchos momentos de emoción y de expresión de una intimidad conflictiva que anticipan lo más granado de la poesía posterior. Su maestría en el uso de los recursos poéticos, sus innovaciones métricas y cierta exuberancia preludian la poesía modernista. Temáticamente, la expresión de la intimidad permite que sus versos transmitan sensación de autenticidad y verdad.
Bécquer fue prosista y escribió Historia de los templos de España, Cartas literarias a una mujer y Cartas desde mi celda, así como las Leyendas (conjunto de relatos cortos de carácter fantástico y ambientación romántica). En su poesía destacan las Rimas. Sus temas son básicamente dos: el amor y la poesía, entendida como una expresión de emociones íntimas o de sentimientos.
Los poemas de Bécquer son normalmente breves y sencillos en apariencia. Se acerca al simbolismo al aludir ideas o sentimientos interiores mediante vocablos que designan realidades exteriores.
En cuanto a su estilo, combina poesía culta y popular con combinaciones de endecasílabos y heptasílabos. El lenguaje becqueriano también es sencillo en apariencia. Abundan las metáforas y también son habituales los símiles. Lo más importante del léxico de Bécquer es su capacidad de sugerencia más allá de su significado denotativo: los elementos de la realidad se corresponden con emociones íntimas. Ésta es la razón por la que se puede considerar a Bécquer como un poeta presimbolista.
La Prosa Romántica en España
El género en prosa más propiamente romántico es la novela histórica.
Novela Histórica
La novela histórica romántica, de mucho éxito en Europa gracias a Walter Scott, ambienta en el pasado los sucesos narrados, sobre todo en la Edad Media. La imprecisión temporal y espacial permite al autor una mayor libertad narrativa. Las más conocidas novelas son El doncel de don Enrique el Doliente (Larra) o Sancho Saldaña (Espronceda).
Novela por Entregas y Folletín
Por otro lado, destaca la novela por entregas: inclusión de muchos elementos melodramáticos. Una variante de esta es el folletín (relato publicado en los sucesivos números de un periódico o revista).
Artículos de Costumbres
También vinculado estrechamente a la prensa periódica, se desarrolla un nuevo género literario en prosa: el artículo de costumbres. Los costumbristas se centran en seres concretos o en alguna forma de comportamiento colectivo. Se distinguen dos variantes del artículo de costumbres: el tipo, retrato de un solo individuo que destaca por alguna peculiaridad, y la escena, en la que intervienen diversos personajes con los que el escritor describe una costumbre del país. Entre los costumbristas destacan Estébanez Calderón y Mesonero Romanos.
Mariano José de Larra
También destaca Larra, que además de artículos de periódico, cultivó otros géneros literarios como el teatro y la novela. Pero es, sin duda, en su actividad periodística donde la talla del escritor alcanza su mayor altura. Publicó muy joven, en 1828, una revista unipersonal, El duende satírico del día. En ella aparecieron muchos de sus mejores artículos: El casarse pronto y mal, El castellano viejo, Vuelva usted mañana… Sus más de doscientos artículos se pueden clasificar del siguiente modo:
- Artículos de crítica literaria y cultural.
- Artículos políticos.
- Artículos de costumbres.
Gran parte de estos textos los publicó Larra utilizando diversos seudónimos, entre los cuales destaca Fígaro. Su estilo es subjetivo. La naturaleza pasa a ser percibida de un modo que presagia la sensibilidad romántica. Sus poemas destacan por la sentimentalidad y por un tono efectivo y tierno. No faltan en su poesía composiciones filosófico-doctrinales. Utiliza un lenguaje artificioso y delicado que se separa de los excesos barrocos.
El Teatro Romántico en España
Con el triunfo del Romanticismo en la década de los treinta, los dramas románticos conocen un éxito rapidísimo. El tema principal de los dramas románticos es el amor, un amor absoluto e ideal. La imposibilidad de alcanzar un amor puro y perfecto en un mundo hostil hace que frecuentemente los finales sean trágicos.
En el desarrollo de los argumentos es fundamental la intriga, caracterizada por la inclusión de numerosos elementos melodramáticos (origen desconocido de los personajes, reconocimientos finales, escenas nocturnas y sepulcrales…). Se introducen pasajes líricos, sobre todo en las escenas amorosas, desdeñando la división de los géneros.