3.1. DIVERSIDAD HÍDRICA España cuenta con una destacada diversidad hídrica, que incluye aguas superficiales y subterráneas. Ambas pueden ser corrientes, como ríos y arroyos; o estancadas, como lagos y humedales. La rama de la geografía dedicada al estudio de las aguas es la hidrografía. 3.1.1. RÍOS PENINSULARES Un río es una corriente continua de agua que discurre por un cauce. En la Península, desembocan habitualmente en el mar o en otro río, si se trata de afluentes.
A. Factores de la diversidad fluvial Los ríos peninsulares están condicionados por diversos factores que influyen en la organización de las cuencas y vertientes hidrográficas y en el caudal. El relieve y la topografía influyen, por un lado, en la organización de las cuencas y las vertientes hidrográficas, separadas por unidades del relieve y, por otro, en la erosión de los ríos, que aumenta con la inclinación del terreno. Además, la altura del relieve determina la aportación o no de precipitación nival, por lo que determina su régimen fluvial. Por último, influye en las obras hidráulicas, como los embalses, que se ven favorecidas por la topografía abrupta, aunque por ese mismo motivo, su construcción resulta cara. El roquedo más o menos permeable determina la escorrentía, es decir, la circulación superficial o subterránea del agua. El clima ejerce una gran influencia. Las precipitaciones determinan el caudal de los ríos y sus variaciones a lo largo del año, mientras que las temperaturas inciden en la mayor o menor evaporación del agua. En cuanto a la vegetación, aminora la evaporación al dar sombra, reduce la erosión al frenar la fuerza del agua y disminuye el riesgo de inundaciones al retrasar la incorporación del agua de precipitación al cauce fluvial. La acción humana realiza obras, como los embalses, para el abastecimiento de agua, el suministro eléctrico y la regularización del caudal, que modifican los regíMenes fluviales naturales adaptándolos a las necesidades humanas.
B. Cuencas fluviales y vertientes hidrográficas La cuenca fluvial es el territorio que drena o evacúa sus aguas naturales a un río principal que las conduce hasta el mar. Las cuencas fluviales peninsulares se caracterizan por estos rasgos: – Se encuentran separadas por divisorias de aguas, formadas por las cumbres de los relieves montañosos que las delimitan. Las cuencas son: del Cantábrico, Galicia Costa, Miño-Sil, Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir, Tinto-Odiel-Piedras, Guadalete-Barbate, cuencas internas de Cataluña, Ebro, Júcar, Segura y cuenca mediterránea andaluza. – Dentro de la cuenca, las aguas circulan por un cauce o lecho y forman una red organizada jerárquicamente, desde los subafluentes y los afluentes hasta llegar al río principal. Una vertiente hidrográfica es el conjunto de cuencas cuyas aguas vierten en el mismo mar. En la Península existe una gran disimetría entre las vertientes atlántica-cantábrica y mediterránea a causa de la inclinación de la Meseta hacia el oeste a partir del Sistema Ibérico. Así, en la vertiente atlántica desembocan el 69% de los ríos peninsulares, y en la mediterránea, el 31% restante. – Los ríos de la vertiente cantábrica son cortos, ya que nacen en montañas cercanas a la costa, tienen gran fuerza erosiva, dado que salvan un gran desnivel entre su nacimiento y su desembocadura, y son caudalosos y de régimen bastante regular gracias a la abundancia y a la constancia de las precipitaciones. Ej. Nervión, Navia, Nalón.- Los ríos de la vertiente atlántica, excepto los de las pequeñas cuencas gallegas y andaluzas, son largos, al nacer cerca del Mediterráneo y desembocar en el Atlántico. Su fuerza erosiva, por tanto, es escasa, dado que discurren por llanuras en las que apenas se hunden, pero forman barrancos en los desniveles. Su caudal es abundante, ya que poseen numerosos afluentes, pero su régimen es irregular, presentando estiaje en verano (mínimo de precipitación) y crecidas con las lluvias de otoño y primavera. Ej. Miño, Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir. – Los ríos de la vertiente mediterránea, excepto el Ebro, son cortos, ya que nacen en montañas próximas al mar, por lo que erosionan violentamente las laderas deforestadas. Su caudal es escaso debido a las reducidas precipitaciones y su régimen es muy irregular, con acusado estiaje en verano y crecidas catastróficas en otoño (lluvias torrenciales). Como consecuencia, ha sido necesario construir embalses para regularizar el caudal y suministrar agua a los núcleos de población, a la agricultura y a la industria. Ej. Ebro, Segura, Júcar, Ter, Llobregat. En esta vertiente son también frecuentes los torrentes, cursos intermitentes que sólo llevan agua cuando llueve; gran parte del año sus cauces o ramblas permanecen secos.
C. Caudal y régimen fluvial El caudal es la cantidad de agua que pasa en un segundo por un punto dado del río, medido en m3 /s. El caudal relativo es la relación entre el caudal medio anual y la superficie de la cuenca, expresado en l/s/km2 . El caudal experimenta variaciones: – A lo largo del recorrido del río, el tramo con mayor caudal suele ser la desembocadura, donde se acumulan las aportaciones de los diversos afluentes, excepto en los casos donde hay fuerte evaporación, infiltración o elevado consumo humano. En la Península, los ríos más caudalosos son el Duero, el Ebro y el Tajo. – A lo largo del tiempo, el caudal puede presentar irregularidad anual, con crecidas o estiajes más o menos acusados, e irregularidad interanual. En la Península, los ríos más regulares son los de la vertiente cantábrica, y los más irregulares, los de la vertiente mediterránea. El régimen fluvial es la variación estacional del caudal de un río. Depende de la distribución de las precipitaciones y de la importancia de la precipitación nival. En función de ambas, se distinguen ríos con régimen nival, pluvial y mixto: – Los ríos con régimen nival nacen en la alta montaña, donde son frecuentes las nevadas. Su caudal máximo se da en primavera, con el deshielo, y el mínimo en verano, al quedar retenida la precipitación en forma de nieve o hielo en las montañas. – Los ríos con régimen pluvial solo dependen de las precipitaciones. Por tanto, su caudal refleja los máximos y mínimos de estas en cada zona climática. – Los ríos con régimen mixto pueden ser nivo-pluviales (predomina la influencia de la nieve) o pluvionival (predomina la influencia de las precipitaciones).
D. Baleares y Canarias Baleares y Canarias carecen de ríos propiamente dichos. Poseen arroyos o corrientes de agua de escaso caudal, alimentados por manantiales. En Canarias, la sobreexplotación de los acuíferos ha supuesto que apenas existan arroyos permanentes en la actualidad. Los torrentes también son frecuentes en ambos archipiélagos.