El Reinado de Isabel II: Partidos Políticos, Constituciones y Desamortizaciones en la España del Siglo XIX

Partidos Políticos durante el Reinado de Isabel II

Desde el inicio del reinado de Isabel II, se definieron dos corrientes de opinión que se consolidaron como partidos políticos: el Moderado y el Progresista. A mediados de siglo, surgieron nuevas fuerzas como alternativa a los partidos tradicionales: el Partido Demócrata y la Unión Liberal. Los partidos políticos del siglo XIX eran, más bien, agrupaciones de personas alrededor de un líder que se juntaban para participar en las elecciones y acceder al poder. Fuera del liberalismo, pervivió el carlismo, más como movimiento que como partido.

Partido Moderado

Defendía el liberalismo doctrinario, la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, el control del ejecutivo sobre el legislativo, un monarca con amplios poderes y libertades individuales limitadas. Defendía el orden público, el centralismo y el entendimiento con la Iglesia. Era partidario del sufragio censitario. Su líder era el General Narváez, apoyado en los grandes terratenientes, la alta burguesía y la clase media alta.

Partido Progresista

Defendía el liberalismo radical, la soberanía nacional representada en las Cortes con mayor control sobre la Corona. Su líder era el general Espartero y su base social la pequeña y mediana burguesía, clases medias y populares urbanas. Ampliaba el sufragio sin hacerlo universal y las libertades de prensa y asociación.

Partido Demócrata

Surgió de una escisión del Partido Progresista con líderes como José María Orense. Formado por progresistas radicales, republicanos e incluso partidarios del incipiente socialismo. Defendían la soberanía nacional y el sufragio universal, derecho de reunión y asociación, libertad religiosa y de asociación sindical, la instrucción primaria gratuita y la intervención del Estado en las relaciones laborales. Por su oposición a la monarquía de Isabel II no participó nunca en su sistema político.

Unión Liberal

Del general O’Donnell, surgió en los años 50 como partido de centro. Se formó con el ala izquierda del Partido Moderado y la derecha del Partido Progresista. Buscaban una alternativa política distante del progresismo radical y el moderantismo reaccionario.

Constituciones del Periodo Isabelino

Durante el periodo isabelino, el estado liberal con monarquía parlamentaria y constitucional se apoyó jurídicamente en: el Estatuto Real de 1834, la Constitución de 1837 y la Constitución de 1845.

Estatuto Real de 1834

A comienzos del reinado, supuso la solución de compromiso entre el absolutismo y el liberalismo. No es una constitución auténtica al no ser aprobada por las Cortes, sino una “Carta Otorgada” por la regente Mª Cristina. Se caracteriza por:

  • Cortes Bicamerales: Estamento de los Próceres (designados por el rey) y Estamento de los Procuradores (elegidos por sufragio censitario muy limitado).
  • Las Cámaras no tienen poder legislativo. El monarca decide y las Cortes solo pueden discutir o modificar proyectos.
  • Libertades de prensa e imprenta muy limitadas.

Constitución de 1837

El triunfo del liberalismo “progresista” obligó a la regente a proclamar la Constitución de 1812 y convocar Cortes Constituyentes que aprobaron la Constitución de 1837. Características:

  • Constitución conciliadora que agrupa a todos los liberales en torno a la Corona.
  • Establece dos Cámaras (Congreso y Senado). El poder legislativo corresponde a las Cortes con el rey.
  • La Corona tiene el papel de árbitro o moderador (veto y disolución de Cortes).
  • El sufragio sigue siendo censitario aunque algo más amplio.
  • Aunque se reconoce el catolicismo como religión oficial, no se prohíben expresamente otras religiones.

Constitución de 1845

Proclamada por Isabel II. Características:

  • Recoge los principios del liberalismo doctrinario. Es conservadora, expresión del partido político moderado.
  • Sistema bicameral (Senado y Congreso). El Senado es vitalicio, nombrado por la Corona. Soberanía conjunta de rey y Cortes.
  • Sistema censitario más restringido que en la de 1837.
  • La Corona aumenta su poder con respecto a la de 1837.
  • Exclusividad de la religión católica.

Constitución de 1856 (No promulgada)

Aparte de estas constituciones, se creó otro proyecto constitucional que no llegó a publicarse, la Constitución de 1856 de carácter progresista.

Revolución de 1868 y la Constitución de 1869

La Revolución de 1868

La Revolución de 1868 significó el triunfo del liberalismo radical y democrático, el fin del “régimen de los generales” y el triunfo de la sociedad civil. Las causas fueron económicas y políticas:

  • Crisis general a partir de 1864.
  • Gobierno moderado cada vez más conservador y desgastado.

En 1866, progresistas, demócratas y republicanos, acuerdan en el Pacto de Ostende acabar con el régimen. En septiembre de 1868 se produce un levantamiento militar dirigido por Serrano y Prim.

La Constitución de 1869

Es la primera Constitución democrática de nuestra historia. Expresa los principios del liberalismo democrático: soberanía nacional, sufragio universal, derechos y libertades individuales, libertad de cultos y descentralización administrativa. Características:

  • Sistema político: Monarquía Constitucional.
  • Sistema bicameral de cámaras colegisladoras: (Congreso y Senado).
  • Sufragio universal para los varones mayores de 25 años.
  • Los ministros responden de su gestión ante el Congreso.
  • El poder judicial es ejercido por un cuerpo de jueces independiente.
  • Declaración explícita y detallada de los derechos individuales del ciudadano.

Las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz

Desamortización de Mendizábal (1836)

Objetivos:

  1. Recaudar fondos para acabar con la guerra carlista.
  2. Crear un sector de propietarios afines al régimen liberal.
  3. Sanear la Hacienda Pública y amortizar la Deuda Pública del Estado.

Proyecto: Desamortizar las tierras de las órdenes religiosas. El pago se podía hacer en metálico o con títulos de la Deuda. Los compradores fueron la burguesía de negocios y los cargos administrativos y políticos. Consecuencias:

  • Se perdió la oportunidad de la creación de una clase agraria.
  • Originó el nacimiento de un nuevo latifundismo.
  • Impidió el desarrollo de la industria.
  • El déficit de Hacienda no fue resuelto.
  • Se produjo una ruptura entre la Iglesia y el Estado.

Desamortización de Madoz (1855)

Objetivos: Obtener beneficios para pagar la deuda y conseguir capitales para pagar las infraestructuras del ferrocarril.

Proyecto: Desamortización civil, de tierras pertenecientes a los municipios. Los pagos se harían en metálico. Los compradores no son los burgueses especulativos. Consecuencias:

  • Reforzamiento de los latifundios.
  • Ruina para los ayuntamientos.
  • Consolidación del atraso industrial español.

La Crisis del 98 y sus Consecuencias

Las Guerras de Cuba

Cuba era la principal colonia española. En la segunda mitad del siglo XIX, surge un grupo político liberal que desea un régimen liberal en Cuba. La falta de reformas llevó a la Guerra de los Diez Años (1868-1878) y a la definitiva sublevación de independencia en 1895. La intervención de EEUU fue definitiva en este conflicto. El Tratado de París (1898) supuso la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

Consecuencias de la Crisis del 98

El “desastre” del 98 trajo consecuencias importantes:

  • Pérdidas humanas y materiales.
  • Perjuicios psicológicos y morales.
  • Desprestigio militar.
  • Crisis política.

Surgió una corriente de opinión que propone soluciones a los problemas del país: los regeneracionistas.

El Sistema Canovista: Constitución de 1876, Turnismo, Caciquismo y Fraude Electoral

El Sistema Político de Cánovas

Cánovas del Castillo quería un sistema político estable. Se inspira en el modelo parlamentario inglés. Su teoría política se concreta en varios pilares:

  • El Rey y las Cortes: Soberanía compartida.
  • El turno de partidos: Bipartidismo (Conservador y Liberal).
  • Una Constitución que permanezca y permita gobernar a partidos distintos.

La Constitución de 1876

Establece un sistema político que permite gobernar a todos los partidos que acepten el sistema liberal y la monarquía. Sus principios son:

  • Soberanía compartida.
  • Cortes Bicamerales: Congreso y Senado.
  • Poder ejecutivo: El Rey elige jefe del gobierno y los ministros responden ante las Cámaras.
  • Catolicismo religión oficial.
  • Declaración de derechos amplia pero con restricciones.
  • Poder judicial independiente.

El Fraude Electoral y el Caciquismo

El sistema político de Cánovas fue una farsa. Los cambios de gobierno eran pactados (turnismo) y se amañaban las elecciones (caciquismo).

  • Bipartidismo: Dos partidos que se turnaban en el poder.
  • Turnismo: Pactos entre los partidos para el cambio de gobierno.
  • Caciquismo: Manipulación directa de los resultados electorales a nivel local.

La Oposición al Sistema: Movimiento Obrero, Regionalismo y Nacionalismo

El Movimiento Obrero

Dividido en dos corrientes: el socialismo y el anarquismo.

  • Anarquismo: Eliminación del Estado, autogestión, abolición de la propiedad privada.
  • Socialismo: Abolición de las clases, transformación de la propiedad privada en colectiva, conquista obrera del poder.

El Carlismo y el Republicanismo

Partidos antidinásticos considerados inicialmente ilegales.

  • Carlismo: Defendían la monarquía tradicional.
  • Republicanismo: Defendían la república como forma de gobierno.

Nacionalismo y Regionalismo

Surgimiento de movimientos nacionalistas y regionalistas en Cataluña, País Vasco, Valencia y Galicia.

  • Nacionalismo Catalán: Renaixença cultural, defensa de la lengua y la autonomía política.
  • Nacionalismo Vasco: Defensa de la foralidad y la cultura vasca.
  • Regionalismo Gallego y Valenciano: Defensa de la descentralización administrativa y la lengua propia.