El Régimen Franquista: Orígenes, Ideología e Instituciones (1939-1975)

1. Origen del franquismo

El franquismo fue el régimen político y social que nació durante la Guerra Civil debido a la necesidad de los militares sublevados de dotarse de un mando único, y que se apoyaba en una ideología política de partido único, el Movimiento Nacional (creado a partir de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que unificó a falangistas y carlistas).

Los sublevados encontraron la respuesta a sus necesidades en la figura de Francisco Franco, que, a lo largo de toda la dictadura, hasta su muerte en 1975, concentró en su persona la potestad e iniciativa legislativas, se rodeó de gobiernos formados por ministros de su total confianza y no contó con un Parlamento representativo ni una Constitución que limitara sus poderes. Con el tiempo, sin embargo, se promulgaron un conjunto de leyes denominadas Leyes Fundamentales.

Aunque el régimen evolucionó, permaneció siempre fiel a sus principios iniciales y nunca abandonó su carácter de dictadura personal. La ideología del régimen, que se identificaba con el pensamiento de las derechas conservadoras y autoritarias europeas de entreguerras, pervivió, con algunos matices, hasta los años setenta.

2. Fundamentos ideológicos del franquismo

Los rasgos principales de esta ideología fueron los siguientes:

  • Rechazo de la sociedad burguesa contemporánea y nostalgia de etapas pasadas en las que España triunfaba. Se añoraba la época de los Reyes Católicos, cuyos símbolos (como el yugo y las flechas) fueron empleados por el régimen falangista. Se idealizaba el reinado de los Austrias Mayores, especialmente el de Felipe II, con el que se equiparó a Franco, considerado un nuevo cruzado contra los liberales (identificados como masones por el régimen), los no católicos (a menudo asociados con los judíos) y los marxistas (calificados genéricamente como comunistas).
  • Odio hacia las instituciones políticas liberales y la democracia parlamentaria, identificadas con la masonería o la judeomasonería, a las que se hacía responsables de la decadencia española. A partir de los años setenta, el lenguaje se moderó y simplemente se consideró al liberalismo como un inadecuado modelo político.
  • Represión durísima del marxismo y del comunismo y, en general, de todo el movimiento obrero. Las condenas a muerte contra activistas de izquierda duraron prácticamente hasta el final del régimen. Solía hacerse responsable al comunismo de las conspiraciones contra el Estado.
  • Un exagerado nacionalismo combinado con el odio al extranjero y el catolicismo más conservador. Éste se convirtió en la religión oficial del Estado, aunque con el tiempo la identificación entre el régimen y el catolicismo motivó el rechazo de numerosos sectores progresistas de la Iglesia católica.

El españolismo se entendió de forma centralista y exclusivista, lo que supuso la desaparición de cualquier indicio de nacionalismos periféricos, a los que se consideraba separatistas.

3. Bases sociales y familias del régimen

Durante todo el franquismo se combinaron ministros de las distintas “familias” del régimen: en un principio predominaron los ministros de origen falangista y los militares; después fueron adquiriendo importancia los católicos (miembros de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas – ACNDP) y, más tarde, los vinculados al Opus Dei. A estas facciones se sumaron posteriormente representantes de las nuevas burguesías de negocios, monárquicos y burócratas.

Franco permitía el ascenso y caída de los ministros, una maniobra para reequilibrar poderes que puso en práctica habitualmente; en estas operaciones, siempre se situaba por encima de la rivalidad de sus ministros quedando como referente único del poder.

Entre 1938 y 1942 la figura más relevante del régimen fue Ramón Serrano Suñer, quien fue el encargado de diseñar un Estado fascista. El FET de las JONS sólo aportaba cierta cobertura formal en el Gobierno y en los restantes organismos y no llegó a convertirse en un movimiento de masas. A partir de 1942, Serrano Suñer salió del Gobierno y perdió influencia política, debido en parte a las críticas de ciertos sectores del Ejército y favorecida por el inicio de la derrota del Eje italo-germano en la Segunda Guerra Mundial; esta circunstancia supuso la pérdida de peso político de la facción fascista dentro del régimen.

Desde 1945 se incrementó la influencia política de los católicos en los gobiernos franquistas. Una de las figuras más importantes fue Alberto Martín-Artajo, que asumió la cartera de Asuntos Exteriores (1945-1957), cargo desde el que buscó obtener el favor de los aliados vencedores y de la opinión pública internacional, lo que consiguió tras mucho esfuerzo. A partir de ese momento se inició una etapa de nacionalcatolicismo, en la que destacó Luis Carrero Blanco, un militar que se convirtió en el ayudante político y administrativo más próximo a Franco. Asimismo, fueron sometidos totalmente los falangistas, a quienes se otorgó a cambio el Ministerio de Trabajo y el control de los sindicatos. Se suprimió el saludo fascista del brazo en alto.

En el gobierno nombrado en 1951, la tendencia católica creció ya que se mantuvo a Martín-Artajo como ministro de Asuntos Exteriores, y fue designado ministro de Educación otro miembro de la ACNDP.

En 1956 se produjeron protestas entre los universitarios, lo cual obligó a Franco a realizar un nuevo cambio en 1957. Los ministros católicos, ahora del Opus Dei, fueron conocidos como tecnócratas. Así se denominó a los políticos especialistas en gestionar determinadas áreas de la economía del país.

Estos, con Laureano López Rodó a la cabeza, diseñaron el Plan de Estabilización de 1959 y promovieron el crecimiento económico de los años sesenta. El responsable de la entrada en el gobierno de los tecnócratas fue Carrero Blanco, quien, junto a estos ministros, fue reuniendo un grupo de influencia de carácter monárquico. La otra familia del franquismo, junto a los falangistas, aunque en menor grado, fue la de los militares.

Todo cambió en 1973 con el asesinato de Carrero Blanco. Franco nombró presidente del gobierno a Carlos Arias Navarro, representante de la línea dura del franquismo. Se apartó a López Rodó y los tecnócratas del poder; el nuevo Gobierno, compuesto por ministros de extracción falangista, fue incapaz de conciliar unos propósitos aperturistas teóricos con una represión práctica que no dejó a nadie satisfecho.

4. Principales instituciones y legislación franquista

En el ámbito legislativo se realizó una labor “constituyente” para dotar al nuevo Estado de un entramado jurídico que lo legitimara e igualara, al menos en apariencia, con otros estados europeos. Las Leyes Fundamentales más importantes durante los años cuarenta fueron:

  • La Ley Constitutiva de las Cortes (1942), mediante la cual se creó una asamblea consultiva formada por delegados corporativos que representaban teóricamente a sindicatos, familias y municipios. Este sistema político fue denominado democracia orgánica.
  • El Fuero de los Españoles (1945), que recogía unos “derechos y deberes fundamentales” concedidos por el dictador; los derechos estaban muy limitados.
  • La Ley de Referéndum Nacional (1945), que preveía la posibilidad de una consulta popular mediante un plebiscito o referéndum.
  • La Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947), que concedía a Franco la prerrogativa de nombrar a su sucesor; se afirmaba que España era un reino y se incluía la promesa indeterminada de restauración monárquica. El sucesor del general debería jurar las Leyes Fundamentales del Movimiento; no se mencionaba a los Borbones. Esta ley fue aprobada en un referéndum con resultados ampliamente cuestionados por falta de garantías democráticas.

En los años cincuenta se completó la institucionalización del régimen, eliminando símbolos seudofascistas de periodos anteriores y organizando la burocracia a través de la Ley de Procedimiento Administrativo (1958). No se abandonó, sin embargo, la línea política esencial del franquismo, resumida en la defensa de la unidad de España, la prohibición de partidos políticos y la democracia orgánica. Esta ideología se plasmó en la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), en la que se definía al régimen como una monarquía tradicional, católica, social y representativa.

En los años sesenta el régimen adquirió una apariencia más moderna para garantizar su continuidad; era necesario dotarlo de instituciones viables que propiciaran su supervivencia. Por ello, en 1962 Franco remodeló el equipo ministerial y nombró como vicepresidente a Agustín Muñoz Grandes. En éste y en los otros gobiernos el peso tecnocrático fue cada vez mayor. Se procedió además a promulgar una nueva Ley Orgánica del Estado (1967), votada en referéndum en 1966, que diseñaba en líneas generales la España posterior a la muerte de Franco.

Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo, promovió la aprobación de la Ley de Prensa e Imprenta (1966), que suprimía la censura previa y la sustituía por multas y suspensión de las publicaciones que fueran críticas con el sistema.

En esta etapa final del franquismo se produjo en 1969 el nombramiento de Juan Carlos de Borbón como sucesor; y en los discursos políticos dejó de hablarse de la cruzada, en referencia a la Guerra Civil; en su lugar se mencionaba el bienestar, la paz, el trabajo y la prosperidad.

Finalmente, el 20 de noviembre de 1975, fallecía el dictador, dejando tras de sí un Estado que se derrumbaba y al que sólo mantenían en pie su figura y un relevante aparato represivo.

5. Notas y conceptos clave

(Basado en anotaciones originales)

  • Leyes Fundamentales: Incluyen la Ley Orgánica del Estado (1967). Definen los Principios Fundamentales del Reino.
  • Jefatura del Estado: Franco concentra todos los poderes (ejecutivo, legislativo en origen). Sanciona y promulga leyes.
  • Mando militar: Franco como Generalísimo, mando supremo de los ejércitos.
  • Poder Judicial: La justicia se administra en nombre del Jefe del Estado.
  • Movimiento Nacional: Partido único del régimen.
  • Relación Estado-Iglesia: Nacionalcatolicismo, fuerte peso de la Iglesia en la educación. Imposición de símbolos religiosos (crucifijo).
  • Opus Dei: Influencia creciente, especialmente con los gobiernos tecnócratas.
  • Familias del Régimen: Falangistas, militares, católicos (ACNDP), monárquicos, tecnócratas (Opus Dei), burócratas. (Ref. sección 3).
  • Ideología: Nacionalismo exacerbado, catolicismo, anticomunismo, antiliberalismo. Ideal del español austero. (Ref. sección 2).
  • Guerra Civil: Referencias a los ‘Caídos por Dios y por España’. Visión de la Segunda República como ‘oprobio’.
  • Adoctrinamiento: Papel de la escuela en inculcar las ‘verdades indiscutibles’ del régimen.
  • Exaltación de Franco: Presentado como general victorioso (‘Alegoría de la Victoria’).
  • Contexto temporal: Notas hacen referencia a eventos específicos (ej. 6 de mayo de 1939, 37 días tras el fin de la guerra).