El Régimen Franquista (1939-1959): Fundamentos, Represión y Aislamiento

El Régimen Franquista (1939-1959)

1. Fundamentos Ideológicos y Bases Sociales. Las Instituciones

La victoria definitiva en la Guerra Civil dio paso a una dictadura en la que Franco ejerció un gobierno de carácter civil además de un amplio liderazgo personal. Dicho liderazgo tomó base legal en la Ley de Administración Central del Estado, que reafirmó el poder dictatorial del llamado caudillo. A diferencia de otras dictaduras europeas, la franquista no se trató de una dictadura de partido, sino que el dictador ejerció un poder absoluto (no le gustaban además las grandes concentraciones de masas). Tampoco se trató de una dictadura militar, ya que los fieles militares estaban supeditados a la persona de Franco.

En 1939 quedó constituido el primer gobierno tras la guerra, en el que predominaron falangistas, militares, católicos… Se adoptaron la retórica y ademanes fascistas (gestos, iconografía…), se trató de agrupar a la población en organizaciones como el SEU, la Sección Femenina… (medida que fracasó), se fomentó el castellano como única lengua y se rechazó cualquier tipo de autonomía de las regiones… No obstante, a medida que el desarrollo de la 2GM evidenciaba una derrota de las potencias y dado el carácter instrumental que para Franco tenían sus alianzas con Hitler y Mussolini, se fue abandonando esa retórica fascista. De esta forma quedó configurado el nacional catolicismo, una ideología católica, antiparlamentaria y antiliberal que permaneció latente durante toda la dictadura. Estuvo representado por los miembros de la Acción Católica Nacional.

El asentamiento de poder se llevó a cabo mediante una serie de leyes que dotaron de marco legal y jurídico al sistema:

  • Fuero del Trabajo (las relaciones laborales son competencia del Estado)
  • Ley de Cortes (las Cortes son un órgano de carácter consultivo cuyos miembros son elegidos por el dictador)
  • Fuero de los Españoles (tabla de derechos y deberes de los españoles teniendo como techo la sumisión a la dictadura)
  • Ley de Referéndum Nacional
  • Ley de Sucesión a la Jefatura de Estado (Franco elige a su sucesor y tiene una permanencia vitalicia)

Se promulgó además la Ley de Principios del Movimiento Nacional que define el franquismo como una monarquía tradicional, católica, social y la Ley Orgánica del Estado (separación Jefatura de Gobierno y de Estado), todo ello acompañado de una amplia campaña propagandística destinada a exportar una imagen lo más amable posible del régimen.

2. Represión, Guerrilla y Exilio

La dictadura se asentó sobre una sistemática represión por la cual los vencedores dominaron completamente la vida civil. A través de las penas de muerte, las depuraciones o el exilio ejercieron un dominio político y social absoluto.

Durante los últimos meses de la guerra, Franco promulga la Ley de Responsabilidades Políticas, dotada de carácter retroactivo, así como la Ley de Depuración de Funcionarios por la que numerosos profesores universitarios, diplomáticos, fiscales, y jueces fueron separados de sus cargos. Además, estaba la Ley de Represión de la Masonería y Comunismo y la Ley de Seguridad del Estado, por la que los detenidos eran sometidos a juicio sin la menor garantía procesal. En Cataluña, quedó derogado su Estatuto de Autonomía (1938).

La represión, más acentuada entre 1939 y 1945, fue uno de los fundamentos de la dictadura y toda acción era motivo de sospecha (casi medio millón de personas se refugiaron en Francia). 270.000 personas fueron internadas en campos de concentración, 70.000 fueron fusilados y 100.000 fueron empleados en trabajos forzados.

Los comunistas se convirtieron en la fuerza más activa de oposición al franquismo. Apoyaron a los maquis (excombatientes republicanos que ejercieron luchas de guerrillas en la zona de Levante, el Sistema Central…). Dentro de los maquis encontrábamos tres grupos: las partidas politizadas, que luchaban a favor de los países aliados con la esperanza de recibir ayuda a cambio de los mismos, algo que nunca llegó; partidas aisladas, que combatieron por instinto de supervivencia y grupos urbanos, que realizaron actividades de guerrilla. El punto culminante de dicha guerrilla se alcanzó con la fracasada invasión del valle de Arán (1944). Bajo la dirección del PCE, miles de guerrilleros que habían participado en la resistencia antinazi en Francia, entraron en España promoviendo un levantamiento popular (prólogo ayuda aliada). El fracaso de la lucha guerrillera llevó al PCE a un cambio de estrategia pero la represión franquista desarticuló de manera continuada los sucesivos intentos de reconstruir la oposición. En 1946 en Barcelona hubo una importante actividad huelguística y en 1951 en Madrid, Pamplona, País Vasco… Se estaba configurando una nueva forma de oposición y en ese contexto surge la protesta estudiantil en la Universidad. Ante esto, Franco cerró la universidad, que se convirtió desde entonces en un continuo foco de protesta al franquismo.

El exilio fue muy costoso para la sociedad española puesto que buena parte de la intelectualidad del país se marchó, perseguida por ser portadores de los valores liberales que trataban de acercar a la sociedad española a la modernidad. Fue en México donde encontraron el mejor recibimiento y donde existía la posibilidad de exilio anónimo. Al finalizar la guerra, miles de exiliados se refugiaron en Francia, pero debido a su ocupación por la Alemania nazi y dada la amistad existente entre Hitler y Franco, los españoles fueron repatriados a través de las tropas alemanas y enviados, bien a campos de trabajo forzado (Mauthansen) o bien se unieron a la resistencia antinazi en Francia.

3. La Coyuntura Internacional

La evolución política exterior franquista es una muestra de su inconsistencia ideológica y del carácter pragmático de sus decisiones, movidas por el instinto de conservación del poder. Así, desde la alineación inicial con los regímenes fascistas, pasó a enarbolar su anticomunismo como argumento para atraerse a Estados Unidos, clave para la pervivencia de la dictadura hasta la muerte de Franco. La postura de Franco en relación con la 2GM estuvo lastrada por la incapacidad de la España de la posguerra de ofrecer ayuda y por ello se adoptó una postura neutral.

No obstante, como muestra de apoyo, se envió a la División Azul a luchar junto a las tropas nazi en el frente ruso.

Las derrotas del Eje hicieron que, a partir de 1942, Franco comenzara un giro en su política internacional buscando la conciliación con los países aliados. Finalizada la guerra, durante la Conferencia de San Francisco de 1945, se da lugar al nacimiento de la ONU, una iniciativa según la cual no serían admitidos en esta organización los países que habían estado en la órbita del Eje, entre ellos España.

La ONU aprobó una resolución por la que recomendaba la prohibición de que España formara parte de cualquier organismo internacional si España no alteraba sus fundamentos totalitarios. A esta condena internacional siguieron años de aislamiento económico y político: España no recibió ninguna ayuda del Plan Marshall (plan de los Estados Unidos para la reconstrucción de los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial), ni fue admitida en la OTAN. Mientras tanto Franco trató de lavar su imagen internacional reduciendo el protagonismo de los falangistas, lanza una campaña basada en la exaltación de los nacionalismos…

Podemos decir que el inicio de la guerra fría salvó al régimen de Franco debido en parte a que EEUU, temerosa de las consecuencias derivadas del comunismo, valoró el carácter anticomunista del régimen de Franco. En 1950, la ONU, a instancias de EEUU, recomendó el fin del aislamiento diplomático de España, lo que supuso la incorporación del país a la sociedad internacional; en 1951 se renovó el Concordato con la Santa Sede (predominio de la Iglesia sobre la sociedad); en 1953 se firmaron los Acuerdos bilaterales con los Estados Unidos que permitían la instalación de bases militares norteamericanas en España (a cambio España recibió una ayuda económica norteamericana). En 1955 España se incorporó a la ONU. Sin embargo, no pudo incorporarse al Tratado de Roma de 1957.

4. La Autarquía Económica

En 1939, España era un país arruinado, donde el hambre y la extrema necesidad eran la realidad cotidiana. La solución dada por el régimen franquista a esta penuria económica estuvo basado en la autarquía, una política económica basada en la búsqueda de la autosuficiencia económica. Esta autarquía es una consecuencia de varios factores: coyunturales (2GM y aislamiento internacional de España), ideológicos, continuistas (medidas de Primo de Rivera) y políticos (concentrar más poder en manos de Franco). Dentro de la dictadura, distinguimos una fase puramente autárquica (1939-51) y un progresivo desmantelamiento a partir de 1951.

La autarquía repuso resultados nefastos para la economía española: la producción agraria mostró una tendencia descendente; el mercado negro, la corrupción y el estraperlo se adueñaron de la economía del país (lo que dio lugar a las cartillas de racionamiento)… Por lo que se refiere al plano financiero, la política de la autarquía se dirigió a consolidar el sistema bancario, mediante la creación de un mercado cerrado a la banca extranjera. En cuanto al comercio exterior, se implantó un sistema de licencias de importación y exportación a través de favores que alimentó la corrupción.

Como consecuencia de las políticas autárquicas, la reducción del poder adquisitivo fue constante y afectó sobre todo a los grupos sociales menos pudientes.