El Realismo en la Literatura del Siglo XIX: Francia, Gran Bretaña y Rusia

El Realismo Literario en Europa Durante el Siglo XIX

El Realismo en Francia

En el largo trayecto que va desde su inicio en 1830 hasta su ocaso en 1880, se pueden distinguir tres etapas en el Realismo francés:

  1. Periodo inicial: Stendhal y Balzac son considerados como artífices de la transición entre el Romanticismo y el Realismo.
  2. Segunda etapa de consolidación: Flaubert se destaca como novelista.
  3. Tercera etapa: Corresponde al Naturalismo, con Émile Zola como principal exponente.

Stendhal (1783-1842)

Nació en Grenoble, Francia. Fue militar del ejército de Napoleón y vivió mucho tiempo en Italia, su segunda patria. Allí escribió Sobre el amor (1822), una monografía psicológica, y Paseos por Roma (1829). Sus obras maestras están basadas en hechos reales:

  • Rojo y negro: Analiza con sutileza la sociedad de la Restauración, dominada por la aristocracia y el clero.
  • La cartuja de Parma: Describe la situación política del Primer Imperio.

Las novelas de Stendhal, escritas en un estilo conciso, son un fiel espejo de la sociedad de su tiempo.

Honoré de Balzac (1799-1850)

Conserva del Romanticismo la visión imaginaria de la realidad, pero adopta el constante empeño en describir con minuciosidad las costumbres y los personajes de su tiempo. Su obra literaria comprende casi 100 títulos. La unidad de su obra está impuesta por un marco común que abarca el periodo postrevolucionario, desde 1785 hasta 1848. Dicha unidad se refuerza con la aparición de los mismos personajes en diferentes novelas y por su construcción en torno a tres ejes básicos: estudios analíticos, estudios filosóficos y estudios de costumbres. Para abarcar todas las facetas de la vida social, Balzac articula estos tres ejes en seis apartados: la vida privada, la vida provinciana, la vida parisiense, la vida política, la vida militar y la vida rural. La importancia de Balzac en la literatura universal se debe tanto a la diversidad de los tipos sociales abordados como a la intensidad con que los analiza y los describe. Entre sus obras merecen destacarse Eugenia Grandet (1833), Papá Goriot (1835) y Esplendor y miserias de las cortesanas (1838-1847).

Gustave Flaubert (1821-1880)

Escribió Madame Bovary en 1856. La obra refleja la lucha entre las pasiones de una mujer, Emma, y una burguesía provinciana y mediocre. Muestra la contraposición entre Charles Bovary, su marido, modelo del burgués conservador, y Emma, que quiere insertar sus sueños en la realidad. Su realismo se caracteriza por tres rasgos: la preocupación por una sólida documentación, la impersonalidad del narrador y la búsqueda de la belleza formal mediante la perfección del estilo.

Émile Zola (1840-1902)

Inspirado en el empirismo de la época, Zola llega a dos conclusiones en su obra teórica La novela experimental (1880):

  1. La novela naturalista sustituye el estudio del hombre abstracto por el estudio del hombre natural, sometido a las leyes físico-químicas y determinado por la influencia de su medio social.
  2. El hombre no es libre de actuar, su conducta está determinada por factores.

En 1865, el fisiólogo francés Claude Bernard pone de manifiesto que los condicionamientos de la personalidad se deben a la herencia genética. El positivismo de Auguste Comte hace referencia al estado positivo como tercera fase a la que llega la humanidad tras superar las dos anteriores: la teológica (ficticia) y la metafísica (abstracta).

El Realismo en Gran Bretaña

Charles Dickens (1812-1870)

Creó una novela de tipo realista. Este autor conoció un clamoroso éxito popular ya con los divertidos Papeles póstumos del Club Pickwick, que es una parodia de la novela inglesa de viajes. Oliver Twist es una denuncia de la miseria del hampa. David Copperfield refleja elementos sociales y autobiográficos con buenas dosis de lirismo. Otras obras relevantes son Canción de Navidad, La casa desolada y Tiempos difíciles. Trabajó muy pronto como obrero manual y de joven fue reportero taquígrafo en el Parlamento. En su éxito se hacen realidad las posibilidades de la literatura con el desarrollo de la imprenta y el ascenso económico y social del escritor. En las obras de Dickens no se advierte una valiente crítica contra el sistema opresor de la incipiente sociedad capitalista; Dickens exalta los valores pequeñoburgueses entreverados de sentimentalismo patriarcal y filantrópico. Tiempos difíciles es una novela en la que uno de los personajes no se une a sus compañeros en huelga por solidaridad sentimental con su patrón. Su maestría en las minuciosas descripciones de la vida real y en la precisión de los detalles avala la autenticidad del contexto sociocultural de todas sus novelas, así como su genio creador de figuras humanas inolvidables.

Las Escritoras Victorianas

Hay que recordar la obra de Jane Austen, más próxima al Romanticismo. En la estela de Dickens, las hermanas Brontë, hijas de un pastor anglicano, vivieron casi siempre solas en el campo, donde escribieron poemas y novelas de corte romántico pero con descripciones naturalistas.

El Realismo en Rusia

El género novelesco, como instrumento de crítica social capaz de salvar la censura del régimen despótico de los zares, ofrece un carácter activista, pedagógico y hasta profético. La novela rusa aporta un optimismo basado en la concepción positiva del sentido de los sufrimientos y sacrificios humanos. Las obras prestan su atención a los problemas sociales. Reflejan la psicología de personajes dominados por pasiones, animados por grandes ideales y oprimidos por un medio social que no los comprende.

Fiódor Dostoyevski (1821-1881)

Es el representante del realismo psicológico, con intensos planteamientos morales y una preocupación religiosa de carácter redentorista. En 1846 publica su primera novela, Pobres gentes. El favor del público se debió a la originalidad del planteamiento moral y social; en ella, Fiódor denunciaba el desequilibrio existente entre el anonimato social del individuo y la profunda calidad de su alma. Conocía el auténtico alma rusa y había descubierto en la religión la única fuerza capaz de superar las desdichas humanas. Casi todas sus novelas tienen planteamientos de tesis sobre grandes temas humanos como la pobreza, la injusticia social y el egoísmo. Se mueve entre la psicología, la filosofía y la ética desde una perspectiva basada en la religión cristiana ortodoxa. Destacamos algunas de sus obras: El idiota, Crimen y castigo, Los demonios, Memorias del subsuelo y Humillados y ofendidos.