El Proceso Desamortizador Español: Un Análisis Histórico

Las Desamortizaciones en España: Un Proceso Transformador

El objetivo principal era garantizar la inviolabilidad del derecho a la propiedad y proporcionar libertad para ejercerla, con la mínima intervención posible. La propiedad y la libertad se consideraban conceptos estrechamente ligados.

Las Desamortizaciones y sus Procesos

Definición: La desamortización se define como la incautación y venta en subasta pública de bienes colectivos (eclesiásticos o civiles) que pasan a ser de propiedad privada. Su importancia es discutible: para algunos es el fenómeno clave del siglo XIX, mientras que otros creen que se ha sobredimensionado. Sin embargo, es innegable su relevancia por la superficie desamortizada y el volumen de dinero movido. Los aspectos fundamentales a considerar son:

  • ¿Cómo afectó a la distribución de la riqueza y de la renta?
  • ¿Cambió la producción y la productividad de la agricultura?
  • ¿Qué efectos provocó en la Hacienda?

Historia del Proceso y Definición de Conceptos

Las desamortizaciones se iniciaron en el siglo XVIII (Carlos III vendió bienes de los jesuitas) y perduraron hasta 1924, cuando Calvo Sotelo derogó las leyes desamortizadoras. Las principales etapas fueron:

  • Desamortización de Godoy.
  • Desamortización de las Cortes de Cádiz.
  • Desamortización del Trienio Liberal.
  • Desamortización de Mendizábal.
  • Desamortización de Pascual Madoz.

En teoría, la desamortización buscaba mejorar la situación económica, pero en la práctica provocó un aumento de la deuda y la desaparición de la asistencia social a enfermos, ancianos y marginados.

La Desamortización de las Cortes de Cádiz (1811-1813)

Paralela a la de José I, suprimió los conventos y las órdenes religiosas. Los ingresos se destinarían a amortizar la deuda del Estado. Sin embargo, la vuelta de Fernando VII supuso la restitución de los bienes a las órdenes afectadas.

La Desamortización del Trienio Liberal (1820-1823)

Ratificó las medidas de las Cortes de Cádiz, aprobando la supresión de las órdenes monacales e iniciando la desvinculación de bienes de propios y baldíos. La burguesía fue la gran favorecida. El regreso del absolutismo provocó la restitución de los bienes desamortizados.

El Repunte Desamortizador tras la Muerte de Fernando VII (1833)

Las guerras carlistas obligaron a buscar mayores recursos. El clima anticlerical (pro-carlista) llevó a los gobiernos liberales a confiscar las propiedades de los conventos destruidos y a devolver las tierras a los compradores del Trienio, hasta la primera de las dos grandes desamortizaciones.

La Desamortización de Mendizábal

La obra de Mendizábal es conocida como “la desamortización” por antonomasia. Mendizábal regresó de Londres para presidir el gobierno en 1835 con el objetivo de garantizar la continuidad en el trono de Isabel II, lo que requería ganar la guerra carlista. Para ello, se necesitaba:

  • Dinero.
  • Crédito.
  • Credibilidad del Estado (disminuyendo la deuda pública).

Mendizábal recurrió a los bienes eclesiásticos. El decreto de 1836 puso en venta todos los bienes del clero regular, y en 1837 se sacaron a la venta los bienes del clero secular (aunque no se ejecutó hasta Espartero en 1841). Los objetivos eran:

  • Ganar la guerra carlista.
  • Eliminar la deuda pública.
  • Atraer a las filas liberales a los compradores (la burguesía).
  • Poder solicitar nuevos préstamos (aumentando la credibilidad de la Hacienda).
  • Cambiar la estructura de la propiedad eclesiástica (pasando a ser libre e individual).

Además, la nueva iglesia reformada se adecuaba al régimen y el Estado mantenía a los clérigos y subvencionaba el culto. Mendizábal tuvo que dejar el gobierno, pero el nuevo presidente, Calatrava, le nombró ministro de Hacienda, lo que aceleró las subastas en 1838.

El 62% de los bienes desamortizados eran propiedad de la Iglesia. El mecanismo consistía en expropiar las tierras, tasarlas por peritos de Hacienda y subastarlas, llegando al 220% del precio de salida. A pesar de la diferencia en el tamaño de los lotes, solo podían comprar los burgueses (los únicos con liquidez). De las compras, solo se abonaba el 20%, y el resto se aplazaba, admitiéndose títulos de deuda (muy desvalorizados) para su pago. Mendizábal sabía que el pago con títulos provocaría esta situación. Además, se podrían haber repartido las tierras entre los campesinos, iniciando una reforma agraria, como propuso el diputado Flórez Estrada.

La Desamortización de Madoz

El Estado transformaba los bienes en bonos, convirtiéndose en “custodio” de los fondos de los ayuntamientos. Esta desamortización fue más rápida que la de Mendizábal. Entre 1855 y 1856 se subastaron 43.000 fincas rústicas y 9.000 urbanas, con un valor de 8.000 millones de reales. La forma de pago era un 10% de entrada y el resto aplazado, admitiéndose solo el abono en efectivo.

Consecuencias de la Desamortización

La desamortización eliminó la propiedad comunal y lo que quedaba de la eclesiástica, lo que provocó:

  • Empeoramiento de la situación económica del campesinado.
  • Ruptura de las relaciones con la Iglesia (violación del concordato).

En realidad, la desamortización de Madoz estuvo vigente hasta 1895, aunque desde 1856 apenas hubo subastas. Se produjo un cambio económico con nuevos propietarios.

Conclusiones

El proceso no provocó la repartición de la tierra entre los desfavorecidos ni se planteó una reforma agraria. Sin embargo, a medio y largo plazo aumentó el volumen de producción agrícola. Según el profesor Torteya, la extensión de lo vendido se estima en el 50% de la tierra cultivable y su valor entre el 25-33% del valor total de la propiedad inmueble. Se produjo una expansión de la superficie cultivada y una agricultura algo más productiva. A ello contribuyeron el aumento sostenido de la población, la abolición del diezmo y la supresión de la Mesta. Apareció un proletariado agrícola de más de 2 millones de campesinos sin tierra.