El Primer Bienio o Bienio Reformista (diciembre de 1931 – septiembre de 1933)
Alfonso XIII marchó al exilio tras el triunfo de los republicanos en las capitales de provincia en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. El 14 de abril se proclamó la Segunda República Española con gran entusiasmo general, sin violencia. Se formó un Gobierno Provisional presidido por Alcalá Zamora con personalidades de los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián.
El 28 de junio de 1931 se convocaron elecciones generales a Cortes Constituyentes. Concurrieron muchos partidos. La izquierda obtuvo 279 escaños frente al centro (119) y la derecha (41). Los partidos de izquierda más votados fueron el PSOE y Acción Republicana – más tarde Izquierda Republicana – liderado por Manuel Azaña, un partido progresista de intelectuales y profesionales urbanos, partidario de modernizar y democratizar España con reformas efectuadas sin violencia.
Las Cortes Constituyentes elaboraron una nueva Constitución. Tras intensos debates fue aprobada en diciembre la Constitución de 1931. Definía a España como “una república democrática de trabajadores de todas clases que se organiza en régimen de libertad y justicia” y como un Estado único, pero con autonomía de las regiones; las Cortes unicamerales eran elegidas por sufragio universal (por primera vez con derecho a voto de la mujer). El Estado se declaraba laico, separándose Estado e Iglesia. Un gobierno de coalición republicano-socialista, presidido por Azaña, emprendió un programa de profundas reformas –Bienio Reformista, 1931-1933– para solucionar los graves problemas heredados. La mala coyuntura económica internacional tras el Crac de 1929 y el afán de no aumentar la deuda del Estado hicieron fracasar parte de estas reformas por falta de medios:
Reformas del Primer Bienio
- La reforma militar: Azaña trató de someter al ejército a la autoridad civil y aumentar su eficiencia reduciendo el excesivo número de oficiales que podía pasar voluntariamente a la reserva con toda su paga. La falta de presupuesto impidió la modernización y creó malestar entre los oficiales. Se encargó del orden público a la Guardia de Asalto, adicta a la República.
- La reforma religiosa: se eliminaba la subvención al clero, la religión en las escuelas, se prohibía a las órdenes religiosas ejercer la enseñanza, se reconocía el matrimonio civil y el divorcio y se disolvía la Compañía de Jesús. El gobierno no supo atajar la violencia anticlerical que estalló en mayo de 1931 en Madrid y otras ciudades. Muchos católicos identificaron República con ataque a Dios.
- La reforma educativa: la escuela primaria era obligatoria, gratuita, laica y mixta. Aumentó en un 50% el dinero destinado a educación, construyéndose más de 10.000 escuelas y se crearon 7000 puestos de maestros, mejor pagados. Misiones Pedagógicas llevó la cultura a regiones rurales atrasadas.
- La reforma regional: se concedió a Cataluña en 1932 el Estatuto de Autonomía: un Gobierno autónomo, la Generalitat, tenía competencias en cultura, obras públicas y orden público. Fue elegido presidente Françesc Macià. En el País Vasco el proyecto de Estatuto elaborado por el Partido Nacionalista Vasco y los carlistas, fue rechazado por tradicionalista y poco democrático. No habrá Estatuto de Autonomía hasta 1936, iniciada la guerra civil.
El Segundo Bienio o Bienio Conservador (noviembre de 1933 – febrero de 1936)
El centro-derecha ganó las elecciones de 1933. El Partido Radical de Lerroux formó un gobierno que necesitaba el apoyo de la CEDA de Gil Robles desde el Parlamento. El nuevo gobierno paralizó las reformas emprendidas por el anterior gobierno y amnistió a los golpistas de 1932. Este hecho provocó la desconfianza de los grupos de izquierda, que extremaron las posiciones. El nuevo ejecutivo inició una política de rectificación de las reformas del bienio anterior:
- Paralización de la reforma agraria, con la consiguiente expulsión de las tierras que habían ocupado de miles de jornaleros.
- Interrupción de la reforma militar y designación para puestos clave de militares claramente antirrepublicanos como Franco, Goded o Mola.
- Conciliación con la Iglesia Católica.
- Enfrentamiento con los nacionalismos periféricos. Freno al proyecto de Estatuto de Autonomía vasco y enfrentamientos con la Generalitat catalana.
En un contexto de creciente tensión internacional (Hitler había llegado al poder en 1933), la crispación política llegó a niveles difíciles de sostener. El ingreso en el gobierno de ministros de la CEDA en 1934 llevó a la izquierda al camino de la insurrección. La insurrección de 1934, seguida de una fuerte represión, hizo que la violencia se adueñara del escenario político. El camino hacia el conflicto civil se había iniciado.
La Revolución de Octubre de 1934
En 1934 la entrada de ministros de la CEDA en el gobierno no fue bien recibida por los partidos de izquierda y decidieron tomar el poder de forma no democrática, circunstancia que va a desembocar en la Revolución de Octubre.
- La revolución triunfó en Asturias, donde las organizaciones obreras ocuparon la cuenca minera, pero Franco, enviado por el gobierno, tranquilizó la revuelta.
- En Cataluña, el gobierno autónomo se sumó a la insurrección y Lluís Companys proclamó la república catalana dentro de la república española. Después del fracaso del movimiento, la Generalitat fue disuelta y los líderes del gobierno autónomo encarcelados.
Después de tranquilizar la revolución, el gobierno entró en crisis. Las diferencias ideológicas y la corrupción en el Partido Radical pusieron fin a la coalición gobernante y se convocaron nuevas elecciones en febrero de 1936.