El Pensamiento de Rousseau: Naturaleza, Sociedad y el Contrato Social

El Ser Humano en su Estado Natural

Si eliminamos lo que ha añadido la sociedad al ser humano, encontramos que, en estado de naturaleza, es un ser solitario, independiente, ocupado de sus necesidades y autosuficiente. Carece de razón, lenguaje y moral. Es inocente, libre y feliz, se conforma con lo que tiene y nadie puede esclavizarle.

Posee dos sentimientos instintivos y rudimentarios: amor a sí mismo (una especie de egoísmo natural que le lleva a ocuparse de su conservación sin dañar a sus semejantes) y compasión hacia el sufrimiento de los otros. Estos sentimientos favorecen la conservación de toda la especie y ocupan el lugar de la ley, las costumbres y la virtud.

El hombre posee la capacidad de actuar libremente y perfeccionarse. Esto puede hacerle más feliz, pero también más desdichado. Estas capacidades son reales en las condiciones ambientales adecuadas, con las que se produce la primera revolución social. El ser humano comienza a reunirse en pequeños grupos y a desarrollar la razón, el lenguaje y algunos sentimientos. La convivencia da lugar a la rivalidad, la competencia, el orgullo, y facilita la amistad, el amor y la ayuda mutua.

La Crítica de la Sociedad

La Sociedad Civil

La vida social crea desigualdades sociales que se originan en una segunda revolución social debida a la división del trabajo, el establecimiento de la propiedad privada y el intercambio de bienes propios.

El ser humano se vuelve ahora previsor: almacena los bienes más preciados; y se acentúan las diferencias y la desigualdad entre ricos y pobres.

La búsqueda del propio provecho fuerza a aparentar; la opinión de los demás adquiere valor; la alienación y la servidumbre sociales sustituyen la independencia y la libertad natural. Esta condición genera competencia, rivalidad, discordia, hostilidad y guerra, que no es un estado ventajoso para nadie y menos para los ricos; lo que ha sido usurpado por la fuerza, puede ser arrebatado. Así, el rico para proteger sus posesiones crea un pacto o contrato de asociación con leyes que aseguren los derechos y las propiedades de todos.

La Sociedad Política

Las leyes eran débiles y rudimentarias, por lo que era necesario confiar en magistrados que velasen por su cumplimiento. Comenzó así la sociedad política. Al principio, los magistrados dependían de la voluntad general, sus cargos eran electos y revocables por los ciudadanos. Pero el poder acabó corrompiéndolos, y se perpetuaron hereditariamente. El poder que poseía el pueblo pasó a manos de un único gobernante que los somete hasta la servidumbre y la esclavitud. La primera desigualdad entre ricos y pobres dio paso a la existente entre poderosos y débiles, y esta se convierte en desigualdad entre amos y esclavos, cuya única virtud es la de la obediencia. El despotismo destruye las leyes y voluntad popular; solo hay una voluntad, la del tirano, a la que se someten los ciudadanos.

El ser humano ha desarrollado su razón, las ciencias, las artes y sus pasiones, pero no ha sabido hacer buen uso de las últimas. Debe buscar su libertad y felicidad, pero la razón se lo impide. Y, sin embargo, es la que puede devolverle la libertad e igualdad al pensar en una sociedad justa.

Hacia una Sociedad Justa

La Educación

La sociedad es la fuente de la corrupción humana, pero también, el lugar para la vida humana. Solo en la sociedad puede el ser humano convertirse en un ser libre y racional.

Un primer paso es la educación, basada en la naturaleza del ser humano, que pretende que cada individuo haga uso de su propia razón, escuchando a su corazón. Rousseau nos muestra el método de la educación de Emilio.

El niño, como el ser humano en estado de naturaleza, no ha desarrollado su razón, es egoísta, pero inocente y desconoce el bien del mal, son sus deseos los que guían su conducta. De nada sirve darle una enseñanza abstracta que no comprende, o inculcarle los conocimientos, costumbres o prejuicios de una sociedad corrompida.

La primera educación del niño (Emilio) tiene que estar basada en sentimientos naturales y tiene que surgir de su experiencia. Emilio tiene que escuchar a sus sentimientos de amor a sí y de compasión, introducir la razón en su educación solo sería un freno para ellos.

Emilio crece y tiene que entrar en relación con la sociedad. Es el momento de desarrollar los hábitos morales para protegerlo de la influencia externa y que sea autónomo y libre.

El Desarrollo del Sentimiento Moral

El desarrollo moral no se da en el ser humano hasta que comienza su vida social. Podemos hablar de una bondad natural, porque el sentimiento de compasión mitiga el egoísmo natural: pero no es bondad moral porque no hay conciencia de ella. El desarrollo de la moral consiste en el desarrollo consciente mediante la reflexión de ese sentimiento natural.

El fundamento de la moral se encuentra en el sentimiento, pero requiere de la razón, que aclara y elabora las nociones de bien y mal, y logra que el sentimiento de la compasión evolucione hacia la conciencia o sentimiento interno que elige el bien en lugar del mal, sin dejarse engañar por las pasiones o los engaños de la razón.

El Contrato Social

Moral y política son inseparables. Rousseau se pregunta cómo deben ser las relaciones de la sociedad, sus leyes, para que el ser humano recobre la libertad e igualdad perdidas en el desarrollo histórico de la sociedad. La respuesta se encuentra en la obra Contrato social, cuyo objetivo es encontrar el fundamento legítimo de la organización social.

El despotismo no tiene justificación legítima, su único fundamento es la fuerza, que no es legítima. El único fundamento legítimo puede encontrarse en un contrato entre individuos libres y en situación de igualdad. El problema es determinar la forma que ha de tener la sociedad y las leyes que la ordenan. La única forma legítima es una forma común en la que cada individuo no pierda su libertad original, desprendiéndose de su poder y derechos particulares y entregándolos a la comunidad. Cada uno tendrá que someterse a las mismas condiciones que exige para los demás. El gobierno que surja del contrato social es el gobierno de todos. No hay pérdida de la libertad porque cada miembro es al mismo tiempo legislador y legislado, obedece a las leyes que se da a sí mismo como miembro de una voluntad común.

La Voluntad General

En el contrato social, cada uno cede sus intereses particulares a favor del interés común. El único modo en que el ser humano puede salvaguardar su libertad y convivir con sus semejantes es haciendo coincidir su voluntad particular con la voluntad común. La voluntad común ha de ser la voluntad general.

Hay que diferenciar “voluntad de todos” de “voluntad general”. La voluntad de todos es la suma de los intereses particulares. La voluntad general es el conjunto de voluntades determinadas por la consecución de un interés común, el bien de la sociedad. El interés general tiene que quedar reflejado en las leyes y “la obediencia a la ley que uno se ha prescrito es libertad”.

La Soberanía

El pueblo es el soberano legítimo porque no puede tener un interés contrario al de los ciudadanos que lo componen. Por eso no puede ser despótico: no puede abusar de su poder ni violar las leyes que él mismo se da.

La idea de que la soberanía reside en el pueblo resuelve el problema de la relación entre autoridad y libertad. Libertad significa someterse a la ley que cada uno se da a sí mismo como parte de una voluntad general. La libertad es autonomía; y cada ciudadano es, al mismo tiempo, soberano y súbdito.