El Pensamiento de Descartes: Un Recorrido por su Filosofía

Contexto Histórico-Cultural y Filosófico

La Vida de Descartes (1596-1650)

René Descartes nació en 1596 en La Haye en Touraine, Francia. A los ocho años, ingresó en el colegio jesuita de La Flèche, donde recibió una sólida formación humanística, matemática, física y astronómica. Posteriormente, estudió Derecho en la Universidad de Poitiers. Tras finalizar sus estudios, viajó y se estableció en Holanda durante 20 años, un lugar que en aquella época se consideraba un paraíso del pensamiento libre. En 1649, aceptó la invitación de la reina Cristina de Suecia para impartirle clases en Estocolmo. Sin embargo, el duro clima agravó sus problemas respiratorios, lo que provocó su muerte al año siguiente.

Contexto Histórico-Cultural

Descartes vivió en una época compleja, marcada por la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), un conflicto con raíces religiosas y políticas que enfrentó a los partidarios de la Reforma luterana con los defensores de la Contrarreforma católica. El propio Descartes se alistó en el ejército del duque de Baviera, luchando del lado católico. Durante este periodo, escribió el Discurso del Método. La guerra tuvo un impacto devastador en la sociedad, provocando una disminución de la población debido a los combates, el hambre y las epidemias. La Paz de Westfalia puso fin al conflicto, dividiendo Europa en un norte mayoritariamente protestante y un sur católico. En Francia, el cardenal Richelieu centralizó el poder y se alió con las fuerzas protestantes suecas contra el Sacro Imperio Romano-Germánico de los Habsburgo, convirtiendo a Francia en una gran potencia.

Culturalmente, el Barroco dominaba la escena. Este movimiento, cuyo nombre significa “perla irregular”, reflejaba la crisis y los contrastes de la época. El Barroco se manifestó en el arte, con pintores como Rubens y Ribera, el escultor Bernini, y en la arquitectura, con obras como el monasterio del Pilar de Zaragoza y el Palacio de Versalles. En la literatura, autores como Shakespeare y Calderón de la Barca exploraron temas como la fugacidad de la vida, el movimiento, el pesimismo y el contraste entre realismo e idealismo, ideas que también se encuentran en la obra cumbre de Cervantes, Don Quijote de la Mancha.

Contexto Filosófico

El contexto filosófico estuvo marcado por el auge de la ciencia moderna, impulsada por figuras como Copérnico, Kepler y Galileo en el campo de la astronomía. Galileo desafió las teorías aristotélicas y ptolemaicas, que priorizaban los datos sensoriales, argumentando que la naturaleza está escrita en lenguaje matemático y que la razón es la herramienta fundamental para comprenderla. En Francia, el escepticismo de Montaigne ganó terreno, una postura comprensible en una época de crisis. Sin embargo, Descartes se opuso al escepticismo, convencido de la posibilidad del conocimiento.

Dos corrientes filosóficas principales se enfrentaron en este periodo: el racionalismo y el empirismo.

  • Racionalismo: Esta corriente, con Descartes, Spinoza y Leibniz como principales exponentes, defendía la razón como la única fuente válida de conocimiento. Inspirado en el modelo matemático, el racionalismo aceptaba la existencia de ideas innatas.
  • Empirismo: Con figuras como Locke, Hume y Berkeley, el empirismo sostenía que la experiencia era la única fuente de conocimiento. Rechazando las ideas innatas, el empirismo veía la mente humana como una tabula rasa que se llena a través de la experiencia.

La Duda Metódica y el Cogito Cartesiano

Descartes buscaba una verdad fundamental sobre la cual construir su filosofía. Su método, inspirado en las matemáticas, se basaba en la intuición (captación inmediata de una verdad) y la deducción (encadenamiento de intuiciones). El método cartesiano se rige por cuatro reglas:

  1. Evidencia: Punto de partida del conocimiento.
  2. Análisis: Descomposición de las ideas complejas en sus elementos más simples.
  3. Síntesis: Reconstrucción del conocimiento desde lo más simple a lo más complejo.
  4. Enumeración: Revisión exhaustiva de los pasos anteriores.

La duda cartesiana, universal, metódica y teórica, se basa en tres argumentos: la falibilidad de los sentidos, la imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño y la hipótesis de un genio maligno que nos engaña constantemente. En el punto álgido de la duda, Descartes descubre una verdad innegable: la existencia del pensamiento, expresada en la famosa frase pienso, luego existo (cogito ergo sum).

Las Tres Sustancias Cartesianas

A partir del cogito, Descartes construye su metafísica, el estudio de la sustancia. Descartes distingue tres sustancias: el alma (sustancia pensante), Dios (sustancia infinita) y el mundo (sustancia extensa).

Sustancia Pensante

El cogito establece la certeza del pensamiento, pero no la existencia de una realidad externa. Descartes analiza las ideas, que son actos mentales que representan objetos. Distingue tres tipos de ideas:

  • Adventicias: Proceden de las percepciones (ej. un árbol).
  • Facticias: Construidas por la mente a partir de otras ideas (ej. una sirena).
  • Innatas: Presentes en la mente desde el nacimiento (ej. la idea de infinito).

Sustancia Infinita (Dios)

Descartes utiliza la idea de infinito para demostrar la existencia de Dios a través de tres argumentos:

  • Argumento gnoseológico: La idea de perfección implica la existencia de un ser perfecto (Dios).
  • Argumento de la causalidad: Un ser imperfecto no puede ser la causa de la idea de perfección.
  • Argumento ontológico: La existencia es una perfección, por lo tanto, Dios, el ser perfecto, debe existir.

Sustancia Extensa (Mundo)

La existencia de Dios garantiza la existencia del mundo exterior. Si Dios es bueno y veraz, no permitiría que nos engañáramos al creer en la existencia del mundo. Descartes distingue entre cualidades primarias (objetivas y cuantificables, como la extensión) y cualidades secundarias (subjetivas, como el color y el sabor).

Relación con el Pensamiento de Platón y Valoración Actual

Existen similitudes y diferencias entre Platón y Descartes en cuanto a su epistemología, ontología y antropología. Ambos son idealistas, pero Platón considera las ideas como entidades eternas, mientras que Descartes las ve como producto del razonamiento. Ambos defienden las ideas innatas, pero las justifican de manera diferente. Ambos desconfían de los sentidos, pero Platón es objetivista y Descartes subjetivista. Ontológicamente, Descartes da mayor importancia al mundo exterior que Platón. Antropológicamente, ambos defienden una concepción dualista del ser humano.

Valoración Actual

El pensamiento de Descartes sigue siendo relevante por la importancia que otorgó a las matemáticas y por su cuestionamiento de la realidad percibida por los sentidos. La matematización del conocimiento y la influencia de la informática en la comprensión de la mente humana son ejemplos de la actualidad de su pensamiento. La idea de que la realidad percibida podría ser una ilusión, presente en obras como El show de Truman y Matrix, también refleja la influencia de Descartes.