Comienza el pensamiento moderno
Duda metódica:
Consiste en no aceptar ningún conocimiento que no sea absolutamente indudable:
- No podemos fiarnos de los sentidos ya que a menudo nos engañan.
- No podemos estar absolutamente seguros de cuál es la auténtica realidad, dada la imposibilidad de distinguir entre el sueño y la vigilia.
- Ni siquiera podemos fiar de los razonamientos porque a menudos cometemos errores cuando razonamos.
Duda hiperbólica:
Puede que haya un genio maligno capaz de engañarnos y confundirnos incluso en las cosas que nos parecen más ciertas y verdaderas.
«Pienso luego existo» = mi existencia como sujeto pensante es indudable.
Punto de partida firme y seguro, fundamento de la filosofía.
El cogito (cogito ergo sum) es la base incuestionable.
Es una verdad que se capta mediante la intuición. Una idea clara y distinta, modelo para establecer un criterio de verdad, solo puede encontrarse en el interior del sujeto que piensa. Yo existo porque pienso, dudo, siento y me hago preguntas. Soy una cosa que piensa, una conciencia que tiene contenidos mentales.
Descartes llama ideas estos contenidos mentales que ocupan mi conciencia y los clasifica en tres grupos distintos:
- Ideas adventicias: proceden del exterior y se captan con los sentidos (una casa, un libro, un perro, un árbol).
- Ideas facticias: son producto de mi propia actividad mental (un centauro, una sirena, un dragón).
- Ideas innatas: están en mi interior desde el nacimiento y pueden captarse de forma directa mediante la intuición (idea del cogito, idea de Dios).
Dios en la filosofía cartesiana
De acuerdo con Descartes la existencia de Dios puede demostrarse mediante tres argumentos:
Partiendo de la idea innata que todos tenemos de un ser infinito. Esta idea no puedo haberla creada yo, que soy un ser finito e imperfecto, por lo que debe provenir de un ser realmente perfecto que existe en la realidad.
Podemos partir de la primera verdad evidente e intuitiva hallada por Descartes: yo existo. ¿Pero quién me ha creado a mí? Sin duda me ha tenido que crear alguien mucho más poderoso que yo mismo, que ha de ser Dios.
El argumento ontológico:
Dios como el ser más grande que puede pensarse, indudablemente Dios tiene que existir, porque de lo contrario sería posible imaginar un ser aún más grande, que tuviera existencia real.
La divinidad como garantía de lo real:
Si efectivamente hay un Dios perfecto, entonces está claro que es bueno y que este ser infinitamente bueno no puede permitir que yo viva engañado. Dios no puede consentir que las cosas que percibo con claridad y distinción resulten falsas. Esto permite a Descartes rechazar definitivamente la hipótesis del genio maligno y afirmar con confianza que el mundo exterior no puede ser un sueño ni una ilusión.
Así que la existencia de un Dios infinitamente bondadoso sirve de garantía para afirmar la realidad del mundo que me rodea y para descartar todo peligro de caer en el solipsismo y el escepticismo.
- Solipsismo: posición según la cual lo único que existen verdaderamente es la propia conciencia.
- Escepticismo: niega la posibilidad de alcanzar una verdad absoluta e indudable.
El método cartesiano
Descartes propone aplicar a todas la ciencias un único método racional inspirado en el que se usaba en la geometría. A diferencia de lo que pensaban los filósofos antiguos, sostuvo que las distintas ciencias formaban parte de un único saber universal. Por eso creía que su método podía aplicarse por igual en todos los campos de investigación.
Hay dos operaciones que la razón puede emplear para captar conocimientos: la intuición y la deducción.
- La intuición nos proporciona un conocimiento inmediato de las verdades infalibles que pueden percibirse con total evidencia, en forma clara y distinta.
- La deducción es un proceso indirecto, que requiere seguir varias etapas encadenadas, a través del cual pueden lograrse verdades más complejas.
El método que Descartes propone para alcanzar la verdad hace uso de estas dos operaciones aplicándolas en cuatro etapas diferentes:
- Evidencia: la búsqueda de la verdad debe comenzar por un punto de partida firme y seguro.
- Análisis: consiste en dividir la cuestión concreta que queramos estudiar en partes más sencillas.
- Síntesis: recompone de nuevo la totalidad del problema para ofrecer una respuesta completa a la cuestión global.
- Repaso es necesario repasar todo el proceso para asegurarnos que no hemos cometido ningún error.
La sustancia en Descartes
El elemento central de la metafísica cartesiana es el concepto de sustancia. Descartes define la sustancia como “aquello que existe por sí mismo y que no necesita de nada más para existir”.
- Sustancia infinita:
- Sustancia pensante:
- Sustancia extensa:
El dualismo antropológico
La antropología cartesiana es dualista, porque distingue dos dimensiones completamente diferentes en el ser humano. Por un lado, está el cuerpo, que es material y está sujeto al determinismo. Por otro lado, está el alma que es inmaterial, libre e inmortal.