El Neoclasicismo: Arte, Arquitectura y Contexto Histórico en Europa y España

El Neoclasicismo: Un Retorno a los Ideales Clásicos

Al iniciarse la segunda mitad del siglo XVIII, se propició el desarrollo de un nuevo estilo: el **Neoclasicismo**. Junto a la reacción contra el **Barroco** y el **Rococó** imperantes, por vez primera, iba a existir una asociación entre el arte y las condiciones políticas y sociales de igual a igual. Así, la **Razón** se convierte también en el principio del hecho artístico y desde ella se reclama el orden y la claridad del arte grecolatino, preferentemente griego, como modelo a imitar y no simplemente a revisar. Este retorno al pasado pretendía imitar los ideales morales y políticos que fundamentaron aquella época. El arte se hizo eco de esa irracionalidad a través de nuevas categorías como lo monstruoso o lo onírico. Pintores como **Blake** y **Goya** o arquitectos como **Boullé** o **Schinkel** reflejan las contradicciones del **Neoclasicismo**.

Arquitectura y Urbanismo Neoclásicos

Francia, cuna de la **Ilustración**, también tomó la iniciativa en esta renovación y desde 1750 aparecieron realizaciones que tienden a una mayor claridad formal y clásica inspirada en modelos romanos y renacentistas. Para entonces, las estampas de las construcciones grecorromanas de **Stuart** y **Revett** y los estudios de **Winckelmann** (*Reflexiones sobre la imitación del Arte Griego*, *Historia del Arte de la Antigüedad*…) abren la puerta a una arquitectura que copia los edificios grecorromanos. Esta nueva arquitectura fue institucionalizada por **Napoleón**, ya que servía para conmemorar su política expansionista y parangonarla con la Roma Imperial. Se realizaron columnas, como la de la **Grand Armée**, arcos de triunfo (**Carrusel**, **Estrella**) y nuevas iglesias con el aspecto de un templo griego, como **La Magdalena**, dentro de un programa de reformas urbanas promovidas por el Emperador. En Múnich, **Leo von Klenze** urbanizó la **Königsplatz** para Luis I de Baviera, reviviendo un estilo griego de serena armonía en edificios como la **Gliptoteca** o los **Propileos**. Pero el arquitecto alemán más destacado fue **K.F. Schinkel**. En España, el arquitecto más importante fue **Juan de Villanueva**. Este último es la gran figura del **Neoclasicismo** español. Entre sus obras destacan el **Museo del Prado** y el **Observatorio Nacional**, de gran racionalismo y pureza en las que prima la claridad y desornamentación.

Escultura Neoclásica

En 1802, **Antonio Canova** pasa al servicio de **Napoleón** y le retrata como un personaje del panteón romano, mientras que a **Paulina Bonaparte** la caracteriza como a una Venus recostada y semidesnuda.

Pintura Neoclásica

**Jacques-Louis David** es el pintor neoclásico por excelencia. De ellos aprendieron la anatomía y el modelado del cuerpo, así como el dominio absoluto del dibujo. Su primera obra maestra, *El Juramento de los Horacios*, es una obra de rigurosa composición, calculada y fría, con un tema heroico extraído de la historia de la Roma republicana, con el que la monarquía francesa quería ensalzar la moral pública. Pero **David** será el artista oficial de la revolución, encargado de glorificar la nueva república y sus mártires, como en *La muerte de Marat*, o de conciliar las diferentes posturas revolucionarias, en *El Rapto de las Sabinas*. Con **Napoleón** se convierte en pintor de cámara e inicia una etapa encaminada a consagrar la figura del emperador como un nuevo héroe: *La Consagración del Emperador*.

La Pintura Neoclásica Española

La nueva dinastía borbónica promociona la venida de artistas extranjeros, lo que marcará la pintura del fin de siglo. Así, **Tiépolo**, rococó, influye en los hermanos **González Velázquez**; **Mengs**, marca la pauta de un clasicismo españolizado en pintores como los hermanos **Bayeu** y **Mariano Salvador Maella**. La **Academia de San Fernando** favorecerá también un clasicismo puro; **José Aparicio** y **José de Madrazo** fueron discípulos de **David**, iniciando la pintura de historia del s. XIX.

Francisco de Goya: Un Genio Inclasificable

**Francisco de Goya** contrae matrimonio con la hermana de **Francisco Bayeu**, pintor de Cámara, lo que le faculta el acceso a los talleres reales, donde trabaja como cartonista de tapices en los que saca a relucir la frescura de los temas populares, todavía algo rococós: *La gallinita ciega*. Estos trabajos le proporcionan sus primeros éxitos, la amistad con la nobleza y cierto prestigio como retratista. Visión horrorizada y desesperada, testimoniada en la serie de grabados *Los desastres de la Guerra* y en los cuadros *Los fusilamientos de la Moncloa*, *Los mamelucos* o *El Dos de mayo* (1814), de intensidad expresiva absolutamente moderna. Terminada la Guerra, vuelve a ser pintor de Cámara de **Fernando VII**, demostrando una pincelada más sintética y expresiva: retratos crueles del rey. Inmortaliza la fiesta de los toros en la serie de grabados *La tauromaquia* (1815), pero la inclinación hacia lo macabro lo domina: pinturas negras de la **Quinta del Sordo**: pesimismo desesperado, en obras de pincelada gruesa y larga. Posteriormente realiza la serie de grabados *Los disparates*, obras personalísimas que anuncian el **surrealismo**. Abandonado por sus amigos, se establece en Burdeos, donde realiza obras de gran impresionismo. Sus “maestros”, según él, fueron **Velázquez** (retrato psicológico), **Rembrandt** (espiritualidad) y la naturaleza.