El Modernismo Literario: La Búsqueda de la Belleza Suprema

El modernismo es un movimiento artístico que se aplicó a una serie de tendencias europeas y americanas y tenía como objetivo fundamental la renovación estética a través de la búsqueda de la belleza (arte por el arte). Comenzó a finales del siglo XIX y se extendió durante la primera mitad del XX. Principalmente afectó a la literatura y a las artes plásticas.

Nació en Hispanoamérica, en los países que se habían independizado de España o estaban en proceso. La crisis del 98 provocó un rechazo hacia la literatura española, por lo que este movimiento recibió principalmente influencias del Parnasianismo (Leconte de Lisle) que hacía referencia a la mitología clásica y al exotismo y además buscaba una perfección formal; y el Simbolismo (Baudelaire) que buscaba el sentido oculto y misterioso de la vida a través de símbolos (intimismo). A pesar de este distanciamiento al Modernismo le interesa Bécquer, el Mester de Clerecía, etc… por lo que se utilizan formas métricas tradicionales como el alejandrino, el dodecasílabo, el eneasílabo, el octosílabo y el endecasílabo. Al respecto, Schulman dijo:

“El Modernismo es un arte sincrético en el que se entrelazan armónicamente tres corrientes: una extranjerizante (parnasianismo y simbolismo), otra americana (literaturas tradicionales y auténticas) y la tercera hispánica (Bécquer, Clerecía…)”.

Este movimiento presenta rasgos románticos opuestos al realismo anterior. El nuevo objetivo es la creación de obras que transmitan una belleza suprema ante la fealdad del mundo. Los autores buscan el cosmopolitismo de ciudades como París y la sensualidad de las pasiones ocultas tras la moral imperante. Se presentan personajes enfrentados a la vulgaridad burguesa que valoran la elegancia aristocrática del dandi o el radicalismo de los bohemios, por último recurren a la evasión mediante escenarios exóticos ambientados en lugares lejanos y el pasado (antiguas civilizaciones, Edad Media), en los que hay cisnes, jardines, palacios, princesas, animales hermosos y seres mitológicos, elevados a la categoría de símbolos en esta poesía elitista e idealista. En su versión española (Antonio Machado, Juan R. Jiménez) estos elementos derivan hacia ambientes otoñales y melancólicos.

Su estilo busca la belleza sensorial mediante el cromatismo (sinestesias, imágenes sugerentes), la musicalidad (aliteraciones sorprendentes, combinación de metros tradicionales junto nuevas formas métricas -poema en prosa y verso libre-, la acentuación de la esdrújula), el uso de cultismos junto a palabras extranjeras y la utilización de símbolos. El poema “Sonatina” de Rubén Darío es, sin duda, uno de los ejemplos más completos del estilo modernista.

Rubén Darío: El Padre del Modernismo

El nicaragüense Rubén Darío es el padre del Modernismo literario y sus viajes a España en 1892 y 1898 acercaron este nuevo arte a los escritores españoles. La publicación en 1888 de su libro de cuentos y poemas Azul… otorga a la vez a este movimiento una fecha fundacional y un emblema, por su combinación genial de preciosismo y crítica al mundo burgués; en Prosas profanas (1896) empieza a percibirse un cambio hacia motivos más íntimos, que culminará en Cantos de vida y esperanza (1905), poemario más reflexivo con temas como la defensa de la hispanidad o la juventud perdida (“Juventud, divino tesoro”). “Lo fatal” es el máximo ejemplo de esta evolución en la poesía de R.D. de lo bello a lo más íntimo, profundo y doloroso (“No hay dolor más grande que el dolor de ser vivo”).

El Modernismo en España

Las visitas de Darío a España lo convirtieron en un maestro para jóvenes poetas como los hermanos Machado, Valle-Inclán o Juan Ramón Jiménez. El Modernismo español está caracterizado por su individualidad (cada autor le da un tono propio) y su escasa duración (en su madurez adoptan otros estilos). En todos los casos fue un modernismo orientado hacia un intimismo simbólico, triste y melancólico.

  • Juan Ramón Jiménez: La etapa modernista de Juan Ramón Jiménez se circunscribe a su etapa sensitiva de Ariastristes, Jardines lejanos son reflejo de una sensibilidad romántica expresada con gran perfección formal y musicalidad. Su popular “Platero y yo” también se considera un ejemplo de poema en prosa modernista.
  • Ramón María del Valle-Inclán: En el caso de Valle-Inclán, su obra más modernista son sus cuatro Sonatas, memorias de prosa poética en las que el marqués de Bradomín relata melancólicamente episodios de su vida en un ambiente de lujo y decadencia.
  • Antonio Machado: En Antonio Machado su preocupación por España lo alejó enseguida de los atardeceres melancólicos, los sueños y los caminos interiores de sus Soledades, igual que hizo Valle-Inclán. Ambos se centraron en el tema de España, propio de la Generación del 98. Machado en Campos de Castilla y Valle en toda su dramaturgia posterior.
  • Manuel Machado: Por su parte, Manuel Machado, poeta inclasificable y ajeno a las preocupaciones del 98, trasvasó el modernismo al folclore andaluz y a la religiosidad en su poemario Alma. Aunque no podemos olvidar en el ámbito español a dramaturgos como Francisco Villaespesa o Eduardo Marquina.

Conclusión

En definitiva, el Modernismo persigue la creación de un mundo ideal para afrontar la mediocridad burguesa. El propio R. Darío afirmó: “Veréis en mis versos princesas, reyes, cosas imperiales, visiones de paisajes lejanos: ¡qué queréis!, yo detesto la vida y el tiempo que me tocó nacer.”

o que me tocó nacer.”