El Mito de Prometeo
1. Contexto del Mito
Este mito en torno al origen de la cultura se encuentra en el diálogo Protágoras de Platón. En este texto, Sócrates visita la casa donde se reúnen los sofistas más conocidos de Atenas en el siglo V a. C. Los sofistas eran profesores intelectuales que enseñaban todo tipo de materias y la mayoría de ellos se identificaban con la visión democrática de la sociedad que se había implantado en Atenas.
Sócrates y su discípulo Platón, en general, discrepan de la visión que los sofistas tienen del saber, del sabio, de la educación y también de la política. La palabra sofista adquirió más adelante un sentido peyorativo para señalar al que razona y dialoga más con el afán de persuadir y tener éxito a toda costa que de buscar la verdad.
En este fragmento del diálogo Protágoras, uno de los sofistas más filósofos se encarga de defender la visión política: que las virtudes ciudadanas pueden enseñarse y adquirirse y están a disposición de todos los hombres, lo que significa crear un estado democrático. En el texto no queda claro hasta qué punto están de acuerdo con esta visión Sócrates, el interlocutor en el diálogo, y Platón.
La disputa entre sofistas y socráticos es uno de los temas iniciales de la historia de la filosofía más importantes. Pero sabemos que, en general, Platón no confiaba en el estado democrático; sin embargo, puede afirmarse que Platón no tiene esa visión tan optimista.
2. Los Mitos y la Razón
Los mitos son narraciones ficticias, simbólicas, anónimas y tradicionales, heredadas por todos los pueblos y culturas, y normalmente protagonizadas por dioses y héroes en un pasado lejano. El saber y la racionalidad filosófica precisamente nacieron para superar las explicaciones míticas con argumentaciones racionales que partieran de la realidad existente y reivindicaran el valor de la verdad de sus argumentos. Pero eso no significa que los mitos sean absurdos, ilógicos y totalmente irracionales.
Platón, defensor de la razón y de lo que llamamos hoy racionalismo científico, sin embargo, aprecia el valor didáctico y poético de los mitos para transmitir ideas muy profundas. Muchas veces Platón en sus escritos prefiere, en lugar de romper totalmente con los mitos, transformarlos en discursos sugerentes y meditados. En este caso, pone en boca del sofista Protágoras un relato mítico no tradicional, pero muy bello, para plantear el papel de los distintos aspectos culturales en el origen de las ciudades y de las sociedades humanas.
La distinción entre mito y razón ha de ser funcional, sirve solo para diferenciar distintos tipos de discursos, pues, por un lado, los propios mitos pueden ser resultado de la actividad racional y, por otro, la razón puede tornarse mítica, que es una crítica que la filosofía del siglo XX ha hecho a la racionalidad occidental.
3. Prometeo: Benefactor de la Humanidad
Los relatos míticos que tienen como protagonista al titán Prometeo son varios: en Hesíodo, Esquilo, Aristófanes. Generalmente, Prometeo aparece como el filántropo de la humanidad que no teme enfrentarse a Zeus para ayudar a la humanidad a superar su naturaleza desvalida y poder sobrevivir y progresar.
Prometeo era un titán que representa en la cultura griega al benefactor de la humanidad, un dios que se apiada de los humanos, los protege y les suministra los elementos culturales necesarios para su supervivencia. Para conseguir tales objetivos, no duda en desafiar a Zeus, por lo cual fue castigado. En el relato de Protágoras se evita otros pasajes del mito de Prometeo menos favorecedores del papel de la justicia divina de Zeus. Aquí Zeus tiene un papel decisivo y pacificador.
4. Los Dones de Prometeo y la Necesidad de la Política
En el relato de Protágoras, Prometeo compensa la debilidad natural y biológica de los seres humanos con una serie de dones, sobre todo el fuego y la habilidad técnica para darle máxima utilidad. Luego se mencionan otra serie de elementos culturales que distinguen a los seres humanos del resto de especies mortales, es decir, animales: religión, lenguaje, arquitectura, industria textil, agricultura. Pero el relato indica que todo eso no es bastante para la supervivencia de la raza humana si falta la técnica política que permita a los seres humanos convivir y organizarse en grupos y sociedades.
5. Zeus y el Don de la Justicia
Según el relato, fue Zeus el que finalmente procuró ese saber político a los seres humanos para que no desaparecieran. Para ello, dotó del sentido del respeto y de la justicia, que es lo que hace posible la amistad y la armonía en las ciudades. Y tales dotes y atributos no han de ser distribuidos, según el relato, de manera especializada o desigual, sino entre todos los seres humanos por igual. Es decir, en los asuntos que afectan a la ciudad, a la polis, en los asuntos del bien común, en los asuntos políticos, todos los humanos convertidos en ciudadanos son competentes. Los humanos pueden aprender y desarrollar una habilidad política suficiente y, además, según el mito, han de hacerlo si no quieren ser expulsados de la ciudad.
Esta es la concepción democrática de la polis griega en tiempos de sofistas como Protágoras (siglo V a. C.). Se trata de una concepción democrática no tan individualista como la actual, en la que se reivindicaba muy claramente el papel de ciudadanía, es decir, de los seres humanos que han adquirido el estatus y las cualidades de ciudadano y ayudan a sostener el gobierno de la ciudad.