El Método Cartesiano: Un Nuevo Camino para la Filosofía
René Descartes, figura clave de la filosofía moderna, rompe con el saber escolástico y propone un método riguroso para la filosofía, inspirado en la precisión y universalidad de las matemáticas (mathesis universalis). Considera que el fracaso de la filosofía anterior no se debe a la incapacidad de la razón, sino a la ausencia de un método adecuado. Su objetivo principal es reconstruir el conocimiento sobre bases sólidas, transformando la filosofía en una ciencia precisa y accesible a todo ser racional.
La Búsqueda de un Método Deductivo
Descartes se embarca en la búsqueda de un método deductivo para la filosofía, tomando como modelo la geometría de Euclides, que se basa en axiomas y reglas de deducción. Su meta es construir un sistema filosófico con la misma evidencia y necesidad que un sistema matemático, garantizando así la certeza del conocimiento.
Intuición y Deducción: Los Pilares de la Razón
Para lograr este objetivo, Descartes analiza la estructura y el funcionamiento de la razón, identificando dos procesos fundamentales:
- Intuición: Capacidad de captar verdades evidentes de forma inmediata y sin posibilidad de error (axiomas).
- Deducción: Proceso que permite llegar a nuevas verdades a partir de axiomas, mediante pasos sucesivos y evidentes.
Las Cuatro Reglas del Método
Descartes establece cuatro reglas fundamentales para aplicar su método de manera efectiva:
- Evidencia: Aceptar como verdadero solo aquello que se presente de manera clara y distinta a la mente.
- Análisis: Dividir los problemas complejos en partes más simples para facilitar su comprensión.
- Síntesis: Ordenar el pensamiento, progresando de lo simple a lo complejo, para alcanzar nuevas verdades.
- Enumeración: Revisar cada paso del razonamiento para evitar errores y asegurar la coherencia del proceso.
Con estas reglas, Descartes busca alcanzar la certeza y un conocimiento indudable. Rechaza la experiencia sensorial como fuente de verdad, ya que considera que solo el entendimiento puede conducir a conocimientos verdaderos.
La Duda Metódica: El Camino Hacia la Certeza
Descartes aplica su método filosófico comenzando con la duda metódica: cuestionar sistemáticamente todo aquello de lo que se pueda sospechar la más mínima incertidumbre. Establece tres motivos principales de duda:
- Los sentidos: Los sentidos pueden engañarnos, ya que a veces percibimos cosas que no son como parecen. Por lo tanto, no podemos confiar plenamente en la información sensorial.
- El sueño: Es difícil distinguir entre el estado de vigilia y el de sueño, pues en los sueños experimentamos situaciones que creemos reales pero no lo son.
- El genio maligno: Descartes plantea la hipótesis de un ser poderoso y engañador que podría distorsionar nuestra razón y hacernos creer en verdades falsas. Esta hipótesis pone en duda incluso las certezas matemáticas.
A través de esta duda radical, Descartes busca encontrar una verdad absoluta, basada en la claridad y la distinción, evitando el escepticismo y estableciendo un fundamento seguro para el conocimiento.
“Pienso, luego existo”: La Primera Certeza
Descartes llega a su primera certeza a través de la duda metódica: “Pienso, luego existo” (Cogito, ergo sum). Este es el axioma fundamental de su filosofía. El acto de dudar implica pensar, y pensar implica necesariamente existir. No se trata de una conclusión lógica, sino de una verdad captada por intuición, de forma clara y evidente.
Para Descartes, “pensar” abarca todas las actividades mentales: recordar, imaginar, soñar, desear, etc. Cualquier actividad mental es una manifestación del pensamiento y, por lo tanto, confirma la existencia del sujeto pensante. A partir de esta verdad indudable, Descartes construye el resto de su sistema filosófico.
Las Ideas: Contenido de la Mente
Descartes define las ideas como todo contenido de la mente capaz de representar algo. Dado que el pensamiento siempre opera con ideas y no directamente con las cosas, analiza su origen y distingue tres tipos:
- Adventicias: Ideas que parecen provenir de la experiencia externa (como la idea de un árbol). Sin embargo, no podemos estar seguros de la existencia del mundo externo basándonos solo en estas ideas.
- Facticias: Ideas construidas por la imaginación a partir de otras ideas (como la idea de un unicornio).
- Innatas: Ideas que no provienen de la experiencia ni de la imaginación; están presentes en la mente desde siempre (como las ideas de pensamiento, existencia y Dios).
La Existencia de Dios: Argumentos y Garantía
Para demostrar la existencia de Dios, Descartes utiliza dos argumentos principales:
- Argumento ontológico: La idea de Dios es la de un ser infinito y perfecto. Dado que una idea debe tener una causa con al menos tanta realidad como la idea misma representa, solo un ser realmente infinito (Dios) puede haber puesto esta idea en nuestra mente. Por lo tanto, Dios existe.
- La finitud del yo: El “yo” pensante es finito y limitado; no puede haberse creado a sí mismo porque, de haberlo hecho, se habría otorgado todas las perfecciones. Esto implica que un ser perfecto (Dios) debe haberlo creado.
Finalmente, Dios, al ser perfecto y veraz, garantiza la existencia del mundo externo. Sin embargo, esta garantía solo se aplica a las cualidades primarias (extensión, movimiento), ya que las cualidades secundarias (color, sonido, sabor) dependen de nuestra percepción y pueden ser engañosas.
Las Tres Sustancias: La Estructura de la Realidad
Descartes divide la realidad en tres sustancias, cada una con un atributo esencial:
- Sustancia infinita (Dios): Es la única sustancia verdaderamente independiente. Su atributo es la perfección. Dios garantiza la existencia del mundo y la verdad del conocimiento.
- Sustancia pensante (res cogitans): Es el alma o el pensamiento. Su atributo es el pensamiento. Es inmaterial, independiente del cuerpo y no está sujeta al mecanicismo del mundo físico. Se distingue de la sustancia extensa porque el pensamiento es indudable, mientras que la existencia del cuerpo es inicialmente dudosa. La interacción entre ambas sustancias ocurre a través de la glándula pineal, aunque esta relación sigue siendo un problema filosófico.
- Sustancia extensa (res extensa): Es el mundo material. Su atributo es la extensión. Descartes describe el mundo material bajo un modelo mecanicista, donde todo se reduce a materia y movimiento. Solo existen cualidades primarias (extensión, tamaño, figura, movimiento), mientras que las cualidades secundarias (color, sonido, sabor) son subjetivas.
Dios garantiza la existencia del mundo, ya que, siendo perfecto, no puede engañarnos. Según Descartes, la materia es inerte y se mueve siguiendo leyes mecánicas establecidas por Dios, sin necesidad de causas finales o propósitos.