El Liberalismo en España: De las Cortes de Cádiz al Reinado de Fernando VII

Los Inicios del Liberalismo: La Constitución de 1812

Las Cortes de Cádiz

En la Guerra de la Independencia, la Regencia del Reino reunió a las Cortes. Los diputados se reunieron en Cádiz, llegando desde los diferentes territorios que formaban la monarquía. Representaban a los tres estamentos que formaban el Antiguo Régimen.

El diputado Muñoz Torrero expuso en el discurso inaugural la necesidad de cambios en la organización del estado: soberanía nacional, división de poderes, abolición de la sociedad estamental…

Los diputados pertenecían a tres corrientes ideológicas: los absolutistas, que querían la vuelta de Fernando VII; los reformistas, que querían cambios en la forma de estado; y los liberales, que querían cambios en profundidad.

Las Cortes de Cádiz realizaron una importante tarea legislativa: el desmantelamiento del Antiguo Régimen.

La Constitución de 1812

En Cádiz se celebraban tertulias donde se manifestaban las opiniones políticas y los debates que alumbraron la Constitución. Esos debates fueron muy intensos hasta aparecer la primera Constitución española el 19 de marzo de 1812 (La Pepa).

En esta Constitución quedaba definida la soberanía nacional y establecía la monarquía constitucional como forma de estado. También se recogía la separación de poderes. El poder legislativo sería compartido. También las cuestiones relacionadas a la igualdad ante la ley, poniendo fin a los privilegios eclesiásticos y nobiliarios, y el derecho de sufragio para los varones mayores de 25 años.

La Constitución de 1812 fue confesional porque señaló como religión de los españoles el catolicismo. Todo esto tuvo importantes repercusiones en otros países de Europa.

El Reinado de Fernando VII

El Sexenio Absolutista (1814-1820)

El absolutismo impuesto por el monarca provocó el Sexenio Absolutista, que destacaba la vuelta a la Inquisición y a la desaparición de las libertades individuales y de los derechos ciudadanos. Fernando VII mandó una persecución contra los liberales, llegando a morir algunos por defender sus ideas.

En este tiempo se intentó restaurar la Constitución; la gran mayoría eran militares. Por otro lado, una gran parte de la burguesía se alejó de los planes de Fernando VII, que pronto dejó de ser el Deseado.

El Trienio Liberal (1820-1823)

En 1820, el coronel Rafael del Riego proclamó la Constitución de 1812 en el pueblo de Las Cabezas de San Juan. Tras algunas semanas de indecisiones, Fernando VII aceptó la Constitución en marzo. Se iniciaba así el Trienio Liberal.

Aparecieron fuertes diferencias en el campo de los liberales, apareciendo también los moderados, partidarios de reestablecer la Constitución, y los progresistas, partidarios de crear un nuevo texto.

En 1823, un ejército francés al mando del duque de Angulema cruzó los Pirineos sin encontrar oposición. El gobierno liberal se retiró hasta Cádiz, llevando con ellos a Fernando VII.

La Década Absolutista (1823-1833)

Fernando VII se instauró otra vez como monarca absoluto a través de la Santa Alianza. El rey consideró ilegales todos los poderes del gobierno liberal. Esto provocó el cierre de universidades y centros de enseñanza. Dos víctimas importantes fueron Rafael del Riego y Mariana Pineda.

En 1826 se produjo una moderación en la política regresiva. Los absolutistas radicales se juntaron en torno al hermano de Fernando VII, pensando que sería el heredero. Pero Fernando VII dejó como heredera a su hija, a pesar de que las mujeres no podían reinar. Cuando murió Fernando VII, quedó abierto un conflicto sucesorio e ideológico que cada vez se acercaba más a un estado liberal.