El lenguaje como vehículo del conocimiento y la realidad

1.1. La antigua concepción instrumental

Durante muchos siglos, y hasta no hace mucho tiempo, el lenguaje ha sido considerado un instrumento humano y un vehículo al servicio de la comunicación, del conocimiento y de las relaciones sociales.

Mediante el lenguaje es posible hacer presentes cosas y situaciones ausentes; es posible ordenar nuestras percepciones del mundo externo e interno y generalizarlas en conceptos, y es posible el desarrollo de la inteligencia.

A partir de esta concepción, se entendía por lenguaje cualquier medio de comunicación entre seres vivientes. Las formas de comunicación animal y los medios de comunicación humana de tipo no lingüístico.

En un sentido restringido, el lenguaje se definía como un conjunto de sonidos portadores de un sentido o significado.

Para quienes han estudiado el lenguaje, este ha planteado estos tres problemas:

1. Cómo algo físico puede convertirse en portador de significado universal.

2. Cómo es posible la comunicación de los significados del lenguaje y qué relación tiene esta forma idiomática de comunicación con otras no idiomáticas.

3. Si las palabras son algo distinto de las cosas a las que representan, qué relación existe entre ambas y en qué medida el lenguaje es vehículo del pensamiento para conocer la realidad.

1.2. El giro lingüístico: lengua y habla

Desde el siglo xx, el lenguaje se ha convertido en uno de los temas fundamentales de estudio de la filosofía, al atribuirse al lenguaje la capacidad configuradora de lo que es el ser humano, la forma en que se expresa el conocimiento e identificarlo incluso con el conocimiento mismo.

No se entiende el lenguaje meramente como un medio de comunicación, sino que se lo comprende como el medio mismo en el que ocurre el conocimiento, llegándose hasta a identificar lenguaje y conocimiento.

Las más destacadas fueron las teorías lingüísticas inspiradas en la ilustración y en el romanticismo alemán de autores como Herder y Humboldt. Teorías lingüísticas de Herder y Humboldt propursores del giro lingüístico.

El lenguaje es una energía y una fuerza espiritual y cultural que produce y configura al hombre mismo y su mundo. Toda realidad está siempre mediatizada por el lenguaje.

El autor con el que el giro lingüístico se consumó y adquirió vigencia plena fue Ferdinand de Saussure, que introdujo la revolucionaria distinción entre lenguaje como lengua y como habla:

1. Como lengua, el lenguaje es un sistema cerrado y autónomo, objeto de la lingüística estructural.

2. Como habla, el lenguaje es su uso mismo en la comunicación, es estudiado por la lingüística del discurso.

Como lengua, una estructura, o sea, la red secreta que hace que las cosas se miren en cierta forma unas a otras.

Como habla, esta estructura se concreta con ocasión del discurso hablado y las referencias que en él intervienen.

Actualmente, toda lengua es una ordenación abstracta del mundo producida por la comunidad, pero que se actualiza en el discurso individual.

1.3. Lenguaje y cultura: el lenguaje como forma de vida

Nos relacionamos con la realidad a través del lenguaje, tenemos realidad por que pertenecemos y vivimos en un lenguaje como ámbito envolvente. Ludwig Wittgenstein, un lenguaje es una forma de vida. El lenguaje tiene en su base una comunidad de vida, o sea, una cultura.

Hipótesis de Sapir – Whorf, que establece que el mundo real de cada uno está modelado de forma inconsciente por los hábitos lingüísticos del grupo al que pertenece. El lenguaje configura nuestra experiencia del mundo.

El carácter mediador del lenguaje invalida, pues, la teoría instrumental. El mismo pensar es ya lingüístico, dinámico, interpretativo, funciona como lenguaje, mediante el lenguaje.

El deseo de un lenguaje universal de signos y de símbolos artificiales, definidos unívocamente (cada signo o palabra se correspondiera de manera unívoca con un objeto), tiene sus raíces en esta concepción instrumental del lenguaje.

3.1. La filosofía como análisis del lenguaje

El giro lingüístico dio como resultado un conjunto de investigaciones cuya característica común fue concebir como su principal tarea el esclarecimiento del significado de los enunciados del lenguaje ordinario.

Se consideraba que muchos problemas en la ciencia, la filosofía, la religión, la ética, el arte…

Se toman en consideración tres realidades básicas fundamentales: los hablantes, el lenguaje y el mundo. La primera cuestión a plantear es la del significado de los enunciados.

Es el referente común y público que la humanidad transmite de una generación a otra. El referente es el contenido del lenguaje, aquello a lo que se refiere y significa. La pregunta por el significado es la que quiere saber qué se quiere decir cuando hablamos de algo o nos referimos a algo.


Movimiento analítico. Este movimiento empezó con los trabajos de fundamentación lógica de la matemática, llevados a cabo por los filósofos Russell y Whitehead. Lograron construir un lenguaje riguroso para la lógica que permite evitar las ambigüedades y las confusiones del uso del lenguaje ordinario.

Estudia la estructura lógica del lenguaje y se centra en la cuestión de cuáles son las posibilidades del lenguaje humano y sus límites.

3.2. El lenguaje, ¿refleja la realidad?

· Teoría isomórfica del lenguaje y la realidad del primer Wittgenstein

Gran parte de las filosofías del lenguaje del siglo xx, y en particular las analíticas, compartieron el principio del isomorfismo lógico-lingüístico entre lenguaje y realidad. Según este principio, mundo y lenguaje muestran una misma figura lógica, por ser el lenguaje el espejo del mundo y reflejarse en él su naturaleza. La realidad solo se comprende a través del lenguaje, porque este es el reflejo de la realidad.

El mundo sería la totalidad de los hechos, y el lenguaje la totalidad de las proposiciones. Ambos comparten una estructura lógica común. Por tanto, realidad, lógica y lenguaje se relacionan entre sí mediante estos tres conceptos fundamentales:

1. Hechos atómicos: el mundo lo constituyen los objetos o cosas, las entidades que percibimos con los sentidos. Un hecho atómico es la combinación o relación de objetos o cosas. Puede ser un hecho simple o complejo, si incluye varios hechos simples.

2. Figura lógica: el lenguaje pone nombres a las cosas del mundo; los hechos atómicos los expresa con proposiciones simples, y los hechos complejos, con proposiciones compuestas. De este modo, representa la realidad, la refleja. Lo que hace posible este isomorfismo entre lenguaje y realidad es la participación de ambas instancias en una misma figura lógica o estructura común.

3. Proposición: el enunciado lingüístico con el que expresamos el pensamiento representa un estado de cosas. Si este estado de cosas es real, la proposición es verdadera. El conjunto de todas las proposiciones posibles describiría el mundo. Solo las proposiciones, y no los nombres, son significativas, y muestran la forma lógica de la realidad. Las proposiciones tienen sentido cuando describen lo que acontece en el mundo , por lo que pueden verificarse empíricamente.

De este planteamiento se concluye que las proposiciones que no describen hechos del mundo empíricamente verificables carecen de sentido. Pero la mayoría de las proposiciones del lenguaje serían un sinsentido, porque no afirman hechos, sino que intentan hablar sobre hechos. Por ejemplo, el discurso mismo de la filosofía analítica no habla de hechos, sino de las relaciones entre proposiciones y hechos. Por tanto, de acuerdo con esta teoría, la filosofía analítica misma no podría ser significativa.

· El neopositivismo del Círculo de Viena

Los filósofos del Círculo de Viena destacaron en la década de 1920, adoptaron a partir del planteamiento analítico una actitud muy radical.

Solo la ciencia habla con legitimidad y sentido acerca de la realidad extralingüística, mientras que la filosofía no tiene otra tarea que la de esclarecer, unificar, sistematizar y analizar el lenguaje científico.

3.3. El lenguaje son sus usos: los juegos de lenguaje

· El lenguaje es una forma de vida

A partir de 1930, Wittgenstein considera que la filosofía debe estudiar el lenguaje no en su aspecto de reflejo especular de la realidad, sino, desde una perspectiva más amplia, como una actividad y hasta como una forma de vida.

La filosofía del lenguaje debe analizar las características naturales del lenguaje vivo , que integra múltiples juegos de lenguaje, a su uso y al contexto en el que ese uso tiene lugar.

El lenguaje no es sino una forma de conducta entre otras, con pluralidad de funciones: ordenar, describir, informar…, cada una de las cuales puede describirse como un juego de lenguaje.

· La pluralidad de juegos de lenguaje

Las proposiciones son significativas no porque sean figuras de la realidad, sino porque son expresiones de estos juegos de lenguaje. Tales juegos de lenguaje son los diversos y variados usos para los que sirve el lenguaje. Manifiestan como característica común un cierto aire de familia que los asemeja, a saber: se someten a reglas, pero cada cual a las suyas propias.

El significado del lenguaje hay que buscarlo no en la literalidad empírica de lo que se dice, sino en el uso que se hace de las palabras. Es el contexto lo que da sentido a las palabras. La mayoría de los errores de comprensión que cometemos provienen de confundir los contextos o de juzgar un contexto por las reglas de otro.

Wittgenstein es que el lenguaje consiste en multitud de juegos de lenguaje. Y el lenguaje correcto es aquel que observa el recto uso de las reglas. Por tanto, toda palabra tiene sentido si es empleada en su contexto. El sentido lo dan las reglas de uso, como en el ajedrez, el sentido de cada pieza lo dan las reglas que describen sus movimientos.

Juego de lenguaje resalta una y otra vez, el carácter de pura convencionalidad que tienen los lenguajes. La pluralidad de los juegos de lenguaje reduce la coherencia y la objetividad de cada uno de ellos al funcionamiento de sus reglas, a sus operaciones y a sus usos comunes.

· La función terapéutica de la filosofía

La filosofía no puede ser ya otra cosa que análisis de nuestras múltiples formas de expresión. Para nada ha de intentar reformar el lenguaje, sino mostrar simplemente cuál es el modo correcto de usarlo.

1.1. Conocimiento sensible y conocimiento intelectual

· El origen del conocimiento: racionalismo y empirismo

1. Los racionalistas afirman que el conocimiento lo produce la razón. Filósofos como Platón o Descartes defienden que nuestra razón posee ciertas ideas innatas que garantizan la objetividad del conocimiento.

2. Los empiristas piensan que el conocimiento se produce a partir de la experiencia. Filósofos como Locke o Hume niegan la existencia de ideas innatas, que son imposibles de comprobar empíricamente, el ser humano, al nacer es como una hoja de papel en blanco, donde la experiencia va grabando todo cuanto llega a conocer. La percepción es la única fuente de conocimiento que tenemos.

Dos posiciones conciben el conocimiento como captación inmediata o intuición (racional o sensible).

1. Racionalistas hablan de intuición racional, y consideran que los verdaderos objetos de conocimiento no son las cosas, sino las ideas o los conceptos. El verdadero conocimiento supone la captación inmediata de estas ideas o conceptos.

2. Empiristas, hablan de intuición sensible como captación inmediata de los datos de los sentidos sin intervención de ningún proceso intermedio: las cosas se conocen por experiencia inmediata y no hay otra forma de conocer.

1. Contra la intuición racionalista , no se puede admitir el conocimiento a priori, independiente de la experiencia y basado en ideas innatas.

2. Contra la intuición empirista, no se puede aceptar su concepción ingenua del conocimiento como simple receptividad pasiva de los estímulos, sino que es preciso suponer algún tipo de actividad productora de la razón por parte del sujeto.

· La propuesta unificadora de Kant

1. Las formas a priori de la sensibilidad, el espacio y el tiempo, dando lugar a los fenómenos.

2. El entendimiento elabora esos fenómenos con otros esquemas a priori, las categorías, dando lugar al conocimiento objetivo.

Tanto el espacio y el tiempo como las categorías son funciones innatas de la mente humana como tal.

1. El conocimiento sensible es la simple recepción pasiva de los datos sensoriales a través de las sensaciones. Estos estímulos son luego configurados por las formas a priori del espacio y del tiempo que tiene el sujeto para formar las percepciones.

2. El conocimiento intelectual es la captación del objeto mediante un esquema mental o categoría, llamado concepto.

Las percepciones elaboradas a partir de los sentidos son ahora reelaboradas de manera activa por el entendimiento y filtradas u organizadas por sus conceptos. Así se produce el conocimiento objetivo.

2.1. Características del conocimiento científico

El conocimiento científico es aquel que es producido por la actividad y los procedimientos de la ciencia . Y la ciencia es aquella actividad humana cuyo objetivo es crear una serie de conocimientos adecuadamente fundamentados y verificados de modo que cualquier ser humano los considere válidos y verdaderos.

Ciencia es el conjunto de enunciados cuya verdad los científicos defienden y justifican. Ciencia sería el conjunto de teorías que la comunidad científica acepta como científicas.

1. Racional y objetivo: sus enunciados se refieren a hechos, cuyas regularidades quiere explicar y predecir, que pueden ser verificados o refutados mediante procedimientos específicos, por lo que su carácter de verdad y validez puede demostrarse y controlarse.

2. Experimental: se obtiene mediante un método del que forman parte la observación, la experimentación y las inferencias. Los resultados alcanzados se contrastan con los hechos.

3. Sistemático: se organiza mediante hipótesis, leyes y teorías. No se reduce a un mero conocimiento de hechos, sino que aspira a formular predicciones y teorías cuya validez tenga un carácter general.

4. Público: pretende ser aceptado por todos como verdadero y obtener un consenso universal. Hace público el proceso por el que se ha obtenido, de modo que cualquiera pueda comprobarlo él mismo. Está abierto a la crítica e incluso a la refutación, y se considera siempre un saber mejorable.

2.2. La clasificación de las ciencias

· Ciencias empíricas· Ciencias empíricas

Son aquellas ciencias que emplean conceptos cuyos referentes son cosas, objetos o hechos reales. Aportan un tipo de conocimiento susceptible de verificación mediante su confrontación con los hechos. Su objeto de estudio son hechos actuales, por lo que se las conoce también como ciencias fácticas.

· Ciencias formales

Son aquellas ciencias que emplean conceptos cuyos referentes son relaciones conceptuales o lingüísticas.

· Ciencias humanas o ciencias del espíritu

Son aquellas ciencias que buscan un conocimiento objetivo del mundo humano a través del estudio de la cultura, del hombre o de la historia.

· Ciencias sociales


Son aquellas ciencias cuyo objeto de estudio son los fenómenos sociales.

2.3 . Ciencia y sociedad

Siglo XVIII, se produjo un cierto divorcio entre ciencia y filosofía, al lograr imponerse la idea de que el conocimiento seguro y verdaderamente válido solo lo proporcionan las ciencias, mientras que la filosofía únicamente ofrece convicciones y consideraciones subjetivas sin verdadero valor cognoscitivo.

La ciencia desconfiaba de los procedimientos y motivaciones de la filosofía, que le resultaban inaceptables, y siguió desarrollándose de forma cada vez más independiente, logrando un éxito espectacular en operatividad lógica y aplicabilidad técnica.

Siglo xix, los filósofos positivistas trataron de reducir la filosofía a la ciencia. A partir de ese momento, la ciencia y la filosofía se desarrollaron como dos tipos de investigación irreductibles y hasta antagónicos.

Como respuesta a este imperialismo cognoscitivo de la ciencia, siglo xx, en particular los componentes de la Escuela de Frankfurt han hecho hincapié en que el proceso de la ciencia no es, en realidad, solo un proceso intracientífico, sino también un proceso social.

La misma percepción de los hechos, que es el punto de partida de las ciencias experimentales, no es independiente del marco social en el que se produce. Tiene una génesis social, y tanto ella como su objeto son productos históricos. El observador individual puede parecer un receptor pasivo, pero la sociedad es un elemento activo del proceso que determina los hechos empíricos.

Lo que provoca el cambio de unas teorías por otras no es el descubrimiento en las primeras de dificultades lógicas o a su incompatibilidad con los datos de la experiencia. El agente último de las modificaciones de las teorías es la sociedad y sus cambios, pues la ciencia forma parte del proceso de producción de los bienes al servicio del sostenimiento de la vida social, y evoluciona con él.

Es preciso restablecer la relación entre ciencia y sociedad desde el descubrimiento de los intereses que impulsan la ciencia, que deberían ser el provecho de la humanidad, pero que muchas veces encubren justificaciones ideológicas.

El científico no puede restringir la función del conocimiento a la simple aplicación autónoma y automática de sus métodos y prescindir de cualquier valoración y de la pregunta sobre los fines y efectos sociales de su investigación. Actuando así, la ciencia no está al servicio de las necesidades reales de los seres humanos y de la sociedad, sino que puede contribuir a generar opresión y a empeorar las condiciones de vida.

3.1 . El método hipotético-deductivo y el criterio de falsación

· El método hipotético-deductivo

1. Se parte de unos hechos observados o de unos datos ya obtenidos.

2. Se descubre un problema.

3. Se formulan hipótesis de solución del problema.

4. Se deducen de esas hipótesis los efectos susceptibles de contrastación.

5. Se ponen a prueba experimentalmente estos efectos.

6. Se integran las hipótesis contrastadas en leyes, teorías y modelos.

Comprobación o justificación de las hipótesis, mediante su contrastación con los hechos.

· El criterio de falsación

Karl Popper tiende a reducir el método científico a la contrastación de las hipótesis que la creatividad del científico imagina para explicar los problemas que surgen en la actividad científica o en la vida diaria, a modo de conjeturas que se someten a pruebas rigurosas para comprobar si son falsas o no.

El criterio positivista de verificación de una teoría es el de su comprobación empírica.

En lugar de buscar hechos que confirmen las conclusiones de la ciencia, ha de tratarse de buscar hechos que las contradigan o desmientan.

3.3. Las teorías científicas

Se puede definir una teoría científica como aquella que unifica un conjunto de leyes para ofrecer con ellas una explicación a una situación o conjunto de fenómenos.

Concepción sintáctica de la ciencia.

Las teorías son un cálculo lógico al que se da una interpretación empírica.

4.2 . Las innovaciones de la nueva teoría de la ciencia

Se consideraba que dichos enunciados tenían su fundamento en la experiencia, como observación sensible de los hechos, y en la lógica formal, como instrumento de análisis.

No prestaba atención a la historia real de las ciencias y al modo como tienen lugar los cambios conceptuales.

1. Los hechos científicos no son hechos objetivos. Son siempre relativos al sistema conceptual utilizado. Pueden ser revisados y reinterpretados a medida que se vaya modificando el sistema.

2. La evaluación de las hipótesis científicas no se puede reducir a la simple aplicación mecánica de unas reglas formales explícitas de inferencia.

3. Las teorías rivales pueden ser inconmensurables entre sí, que no admiten comparaciones entre ellas. Sus sistemas conceptuales respectivos no se corresponden suficientemente como para hacer posible una comparación directa o también a que los principios metodológicos de las teorías no son los mismos.


4.3. Paradigmas y revoluciones científicas

Paradigma como un ideal común de explicación y una serie de métodos para la solución de problemas en la práctica científica en un momento histórico determinado.

El paradigma constituye una especie de matriz común gracias a la cual los especialistas hablan de las mismas cosas en los mismos términos y adoptan las mismas actitudes. Un paradigma es como la matriz simbólica de una comunidad científica.

En la evolución histórica de la ciencia se distinguen periodos: ciencia normal, marcados por la aceptación general de un paradigma, y períodos de revolución, en los que compite entre sí un determinado número de paradigmas. No depende de criterios lógicos o metodológicos, sino del conjunto de valores del grupo social al que el científico pertenece.

La ciencia normal consiste en aplicar el paradigma dentro del que se trabaja y resolver los problemas que se presentan sin cuestionar el paradigma mismo. Cuando surgen experiencias u observaciones parecen marcar sus límites, con tal de no discutir el paradigma, se sospecha siempre de un error de cálculo o de experimentación por parte de los que quieren introducir modificaciones. Hay una tendencia conservadora y de inmunización del paradigma dominante respecto de contraejemplos que tratan de desestabilizarlo. Un caso famoso fueron las resistencias con las que se encontró Galileo para imponer su nueva concepción del movimiento de la Tierra.

Los paradigmas son inconmensurables, los componentes del paradigma antiguo dejan de existir en el nuevo. Por ejemplo, las formas aristotélicas de explicar el movimiento desaparecieron en la física mecanicista moderna. Esto significa que los partidarios de paradigmas diferentes, al vivir ya en mundos diferentes, no ven los mismos fenómenos de la misma manera, aunque sigan utilizando los mismos términos. Esto da una falsa impresión de continuidad y de profundización en una misma realidad, así como la engañosa sensación de acumulación de un saber homogéneo.