El Surgimiento del Nihilismo en la Europa del Siglo XIX
Contexto Histórico y Cultural
La colonización de África y Asia por parte de las naciones europeas en el siglo XIX las convirtió en grandes imperios. Durante este período, la Segunda Revolución Industrial se consolidó en Alemania, impulsando su desarrollo industrial. El Romanticismo, un movimiento cultural anti-ilustrado, surgió como una respuesta al racionalismo de la Ilustración. Sus principales características fueron la exaltación de las pasiones y los sentimientos por encima de la razón. Figuras como Victor Hugo, Lord Byron, Wagner y Chopin representaron este movimiento en la literatura y la música.
En el ámbito cultural, se produjo una ruptura con el orden establecido. La música, la pintura y la poesía provocaron a la burguesía decadente. Surgió la figura del bohemio, un individuo que rechazaba los valores de la sociedad dominante y buscaba nuevas experiencias, con el deseo de que su vida fuera una obra de arte. Oscar Wilde fue uno de sus representantes más destacados.
En esta época, el Impresionismo pictórico se desarrolló, apoyándose en los descubrimientos de la física en el campo de la luz. Pintores como Monet y Van Gogh destacaron en este movimiento. En la música, Verdi, Brahms y Wagner superaron la tradición mediante la concepción del drama musical, fusionado con todas las artes.
Contexto Filosófico: Nietzsche y el Vitalismo
Friedrich Nietzsche fue un filósofo alemán que formó parte del movimiento filosófico conocido como vitalismo. Criticó el pensamiento de la Ilustración y el idealismo de Hegel, así como la razón como medio para alcanzar el conocimiento.
El positivismo de Comte ofrecía una visión de la realidad centrada en los hechos objetivos de la ciencia. Consideraba que la realidad, tanto física como social, podía explicarse por leyes físicas. El siglo XIX fue el siglo de la fe ciega en la ciencia y la técnica.
Surgieron movimientos contra el positivismo, como el historicismo de Dilthey y el vitalismo de Bergson y del propio Nietzsche. Ambas corrientes pretendían comprender la realidad más allá de la explicación científica. Con el Romanticismo, afirmaban que el artista tenía una capacidad para entender la realidad de la que carecía el científico. La vida era un proceso, un cambio, que no podía medirse matemáticamente.
El Romanticismo también influyó en Nietzsche por su exaltación de lo instintivo y de los sentimientos frente a la razón. Nietzsche estuvo influenciado por Schopenhauer, quien consideraba que la razón dejaba de ser lo que definía al ser humano, siendo sustituida por el instinto de perdurar en la vida, o lo que él llamaba voluntad. La vida era una fuerza ciega y caótica.
Schopenhauer tuvo una influencia decisiva en la filosofía de Nietzsche, pero este criticó su visión pesimista de la vida. La filosofía marxista también fue criticada por Nietzsche. El socialismo iba en contra del superhombre y de su filosofía elitista, aunque Nietzsche coincidía con Marx en su desprecio a la religión, que Marx consideraba el opio del pueblo.
En el campo de las ciencias, en 1859 se publicó “El origen de las especies” de Darwin. La concepción que Nietzsche tenía de la vida humana, el tema del superhombre y la voluntad de poder, se relacionaba con el evolucionismo darwinista basado en la selección natural.
La Crítica de Nietzsche a la Filosofía Occidental
La Filosofía como Negación de la Vida
La filosofía de Nietzsche es una crítica a toda la tradición filosófica occidental platónico-cristiana. Nietzsche, como filósofo vitalista, afirma lo múltiple, el devenir, los instintos… la vida, frente a lo uno y estático de los filósofos dogmáticos.
Los filósofos dogmáticos dicen que las cosas de supremo valor no derivan del mundo terrenal, sino que vienen de otro mundo o de Dios. El filósofo inventa un mundo distinto y contrapuesto a este. La ontología tradicional es estática. El ser es algo fijo, inmutable, distinto al mundo físico aparente. Se hace un juicio negativo sobre la vida, que es el mundo de los sentidos, irreal y apariencia. Pero para Nietzsche, el devenir constante es lo que realmente hay.
Según Nietzsche, la filosofía occidental va contra las manifestaciones vitales: muerte, vejez, cambio. Odian este mundo y se inventan otro como sustitución de este. La filosofía tradicional construye su mundo verdadero en oposición al mundo aparente. Como sienten recelo ante la vida, inventan un mundo distinto y mejor como finalidad de este. Es su forma de vengarse de la vida.
La Crítica a la Moral Tradicional
Nietzsche también critica la moral que ha caracterizado a nuestra tradición filosófica por considerar que ha sido una moral que iba contra nuestra propia naturaleza, una moral represiva que se opone a la vida y a los instintos vitales.
Opone la metáfora al concepto. El concepto generaliza, congela la realidad, la etiqueta. La metáfora, en cambio, sí se refiere al devenir y no petrifica la realidad, la mantiene abierta, dinámica, móvil. Se refieren a la experiencia y a la perspectiva individual. En el arte, en la música y en la poesía, a través de metáforas y la imaginación.
El Superhombre y la Voluntad de Poder
Para Nietzsche, el nihilismo europeo del siglo XIX llama a las puertas de Occidente. “Dios ha muerto”, la fe del hombre en Dios ha muerto, empiezan a desterrarle de la conciencia. Dios ya no es una fuerza viva, presente y operante en la historia. Los valores supremos se han desmoronado.
A esta fase de nihilismo pasivo, de falta de sentido, de duda y desorientación, seguirá una fase de asimilación de este mundo del devenir y de la vida como el único verdadero.
Nietzsche espera que la muerte de Dios sea el comienzo de una nueva etapa histórica de libertad. Es el superhombre el nuevo tipo de hombre que se hace cargo del nihilismo y de su superación, que ejerce voluntad de poder, el anticristo que dice sí a la vida, será libre, capaz de darse a sí mismo el bien y el mal y de imponerse como ley su propia voluntad para vivir con amor hacia la vida.