El Grupo Poético del 27: Características, Etapas e Influencias

El Grupo Poético del 27

El concepto Generación del 27 es muy amplio, ya que con él nos referimos a cualquier manifestación artística con la ideología del momento; por ello debemos especificar, al hablar de los poetas de dicha generación, como Grupo poético del 27.

Hay entre ellos gustos y afirmaciones estéticas comunes: publican en las mismas revistas –Revista del Occidente, La Gaceta Literaria-, se reúnen en el Ateneo de Sevilla para conmemorar el tricentenario de la muerte de Góngora…

En ellos se observa una tendencia al equilibrio y a una original síntesis:

  1. Entre lo intelectual y lo sentimental: se les acusó de intelectualismo, pero también había en ellos un escondido patetismo.
  2. La concepción cuasi-vística de la poesía y una lucidez rigurosa en la elaboración del poema: abunda la idea de la poesía como algo inexplicable (demiúrgico), impulso no muy lejano de lo religioso (es la fusión del hombre con lo creado). Pero, también destaca la exigencia de lucidez y rigor técnico. Equilibrio, pues, entre una concepción romántica, y una concepción clásica de la elaboración creativa poética.
  3. Entre la concepción estética y la autenticidad humana: ansias de belleza en todos ellos. Con los años la preocupación por la autenticidad humana irá en aumento, sin abordar la exigencia estética.
  4. Entre lo minoritario y la inmensa compañía: un anhelo de selección acerca de la poesía a un arte de minorías, pero sin llegar al lema de R. Jiménez (…siempre a la inmensa minoría…). En sus trayectorias alternan hermetismo y claridad; en ellos conviven lo culto y lo popular; y se puede hablar en todos, de una apertura del <yo> al <nosotros>.
  5. Entre lo universal y lo español: desde el inicio se subrayó la sintonía de aquellos jóvenes con la poesía universal; aspiran a ser universales, pero con hondas raíces españolas. Entre lo que más les une, su original posición ante el binomio tradición/renovación.

Cuando se observan sus gustos comunes, que van desde el escritor más rabiosamente actual hasta el poeta primitivo, es cuando más claramente entendemos su universalidad. Están a tono con los movimientos de vanguardia, pero tienden a frenar estridencias, a cribar las innovaciones.

De la generación anterior, admiten un doble magisterio: J.R. Jiménez y Gómez de la Serna. Más atrás, admiración por Unamuno, los Machado y Rubén Darío

Del siglo XIX, influencia de Bécquer. Amor a los clásicos: Góngora, Manrique, Garcilaso, Fray Luis, San Juan…. Poemillas de corte popular de Lope de Vega; esto nos lleva a una honda veneración de las fortunas populares: Romancero, Cancioncillas de Gil Vicente….

En fin, su respeto por la tradición no contradice esa inmensa labor en la renovación de la lírica española.

Evaluación conjunta

Dámaso Alonso habla de varias fases, reducidas a 3 etapas:

Hasta 1927

Inicialmente se nota la presencia de tonos becquerianos, junto a resabios posmodernistas. Pronto se deja sentir el influjo de las primeras vanguardias: ultraísmo y creacionismo. A la vez el magisterio de J.R Jiménez los orienta hacia la poesía pura; el gran instrumento de este arte puro es la metáfora, con audacias nuevas, aprendidas de G. de la Serna y otros vanguardistas. Pero; en ellos no se llega a la deshumanización, lo humano había entrado por múltiples puertas entre las que destaca en influjo de la Lírica popular con su pureza cálida y humana.

Y así, se desemboca en el fervor por Góngora, por su propuesta de hablar un lenguaje especial para la poesía, con sus deslumbrantes metáforas

1927 hasta Guerra Civil (1936)

Comienza a notarse un cansancio del formalismo. Se inicia así el proceso de rehumanización: hay en ellos un deseo de comunicación más cordial, lo que coincide con la irrupción del surrealismo.

Pasarán a primer término los más hondos sentimientos humanos: amor, ansia de plenitud, frustraciones, inquietudes existencialistas o sociales.

Según D. Alonso ha comenzado una nueva época de poesía: de gritos, poesía trascendente, humana y apasionada.

Con la llegada de la Segunda República (1931), los nuevos tiempos históricos traen nuevas inquietudes: los acentos sociales y políticos también entran en la poesía. (F. García Lorca: Poeta en Nueva York)

Después de la Guerra Civil

Lorca ha muerto; y excepto Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, los demás parten a un largo exilio: Rafael Alberti, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Manuel Altolaguirre, Jorge Guillén.

En el exilio, el mismo Guillén -poeta puro- con Clamor atiende el dolor humano; y después, en todos, la nostalgia de la patria perdida. Son los dos temas fundamentales de la etapa. Mientras, en España la temática deriva hacia un humanismo angustiado, existencial (Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, e Historia del corazón de Vicente Aleixandre.

Como reconocimiento a la considerada mejor generación poética universal, en 1977 se le otorga a Vicente Aleixandre el Premio Nobel de Literatura, también, por su inigualable alcance artístico y estético.