El Giro Copernicano en Filosofía
El Giro Copernicano en la Metafísica
El giro copernicano en la metafísica, según Kant, consiste en hacer del sujeto el centro del conocimiento, en lugar del objeto. El objeto es pasivo y es la materia del conocimiento; el movimiento corresponde al sujeto y es el que da forma al conocimiento. Kant quiere relucir que el movimiento no sea una facultad activa, que hace que el sujeto sea inteligible. Esa facultad engloba al espacio a tiempo y a las categorías.
Kant se ha servido de las afirmaciones de Santo Tomás sobre Dios y se las ha aplicado al hombre. Mientras que en la teología medieval Dios es el creador del espacio y el tiempo y el que le da forma al universo, en la filosofía moderna la forma es el alma humana. En realidad, la revolución copernicana no es más que una revolución ptolemaica para expresar lo que nosotros llamamos la inversión teológica: atribuir al hombre predicados que en la filosofía medieval se atribuían a Dios.
La crítica es una contrarrevolución ptolemaica: la postura de Kant es que quiere que se devuelva al hombre al centro del universo. La tierra es un planeta que gira, no es el centro del universo, por lo que el hombre no puede ser el centro de este (en cuanto a cuerpo pesado que está en la tierra). Ahora bien, como el espacio y el tiempo son elementos a priori de la sensibilidad humana, aunque no sea el centro del universo es el centro racional de él, porque en realidad el propio concepto del universo implica el espacio y el tiempo, y esos los pone Kant. Kant le devuelve la prioridad al hombre: se convierte en Dios.
Dice que en cuanto cuerpo no vale nada, pero en cuanto espíritu todo lo que le rodea es su creación. En el fondo es una contrarrevolución ptolemaica orientada a devolver al hombre al centro de la realidad.
Ahora el hombre crea el espacio y el tiempo: ya hay un arriba y un abajo, un antes y un después. Vuelve a tener todo sentido, pero ese sentido ya no lo da Dios sino el sujeto trascendental humano, que es la conciencia de una humanidad ilustrada, que filosofa libremente.
El romanticismo y Nietzsche hacen ver que el hombre no está en el centro del universo, pero Kant en el fondo quiere salvar al hombre, porque es cristiano aunque no lo admitiese.
El Giro Copernicano en las Matemáticas
En cuanto al giro copernicano en las matemáticas, se produce en la Magna-Grecia cuando Tales de Mileto en lugar de extraer las propiedades del triángulo mediante la observación o análisis de su figura, pensó primero en conceptos y aplicó sobre la figura, a posteriori, lo que había deducido a priori de ella. El sujeto geómetra determina a priori al objeto triángulo.
Es decir, el sujeto no se limita a observar la figura y extraer sus propiedades, sino a primero pensar y luego concordar si lo que ha pensado está bien. Es el sujeto el que determina al objeto. Esto permitió que las matemáticas se convirtieran en la primera ciencia efectiva realmente existente que hubo. Los objetos no provienen de la figura aquí, provienen del espacio (triángulo) o del tiempo (aritmética).
El pensamiento a priori es posible porque el triángulo, objetivo y concreto, es una de las determinaciones empíricas posibles del espacio, pero el espacio no es un objeto, sino una intuición pura, a priori del sujeto.
El Giro Copernicano en la Física
Ocurre exactamente lo mismo pero a través de Torricelli, Galileo, Bacon, entre otros. Según Kant, el físico es un juez que previamente conoce los hechos, que son lanzados a la experiencia y obliga a la naturaleza a responder a sus preguntas, por tanto la física es el corroborador oficial de la ciencia. La experiencia por sí misma no da lugar a ningún tipo de conocimiento científico.
El giro copernicano en la física nos lleva necesariamente a las categorías como conceptos puros del entendimiento: cantidad, cualidad, relación, modo. Son 12 y se agrupan de 3 en 3 (singulares, hipotéticos…). Son clasificaciones, y según Kant proceden de la actividad operatoria de los sujetos.
El error de Kant es que considera que el sujeto es una mente pura sin cuerpo, es un sujeto pasivo. Pero no se da cuenta de que el sujeto ya no es trascendental, sino operatorio. Es la técnica la que cambia al mundo, no las ideas.
Según nuestro criterio es la actividad operatoria de los seres humanos la que forma las categorías, estas dividen la realidad.
Pero Kant parte de un sujeto que es pura psicología, piensa que esas categorías proceden de la actividad lógica, se lanzan a la experiencia, los conceptos empíricos quedan atrapados en las categorías a priori, es cuando surge la ciencia natural.
El Giro Copernicano en la Metafísica
Metafísica significa más allá. Por metafísica se entendió el análisis de todo aquello que no es físico, de lo que sin embargo de alguna manera está repercutiendo constantemente en las cosas físicas. No se puede explicar por la ciencia natural, sin embargo tiene una influencia decisiva.
Kant maneja la definición de metafísica de Christian Wolf, su maestro y padre de la ilustración alemana. Habla de ontología o ciencia del ser, que tiene dos grandes áreas: la ontología general, que tiene como objeto la realidad en su conjunto; y la especial, cuando se refiere a una región concreta del mundo.
La especie es una parte del género, por tanto la ontología especial es una parte de la general. La especial consta de 3 disciplinas: la teología racional, la cosmología racional y la psicología racional.
En el primer caso aparecen paralogismos (falsos silogismos que afirman la existencia de un ser pensante como sustancia); en el segundo aparecen antinomias (afirmar 2 juicios dogmáticos); en el tercer caso aparecen las pruebas para la demostración de la existencia de Dios, que a juicio de Kant se reducen a físico-teológica, cosmológica y ontológica.
El Giro Copernicano en Ética
El Formalismo Moral de Kant
El análisis empírico del comportamiento humano le lleva a ver que la voluntad se rige por principios a los que se ajusta su comportamiento. Según él, estos principios pueden ser subjetivos (máximas) u objetivos (leyes prácticas). Kant busca los objetivos, que han de ser válidos para la voluntad racional.
Esta búsqueda de lo universal le lleva a rechazar las éticas llamadas materiales (las que justifican la acción moral en función de una idea previa de lo que es el bien). Kant lo expresa en teoremas en los que mantiene que los principios de las éticas materiales están basados en la experiencia, son a posteriori, y por lo tanto no tienen el carácter de universalidad.
Concluye que la base de la moral tiene que ser a priori, ya que la forma es algo vacío de contenido, y por lo tanto independiente de lo empírico, y en esto consiste el carácter de universalidad que exige. Kant afirma:”no es el concepto del bien como objeto el que determina y hace posible la ley moral, sino la ley moral la que determina y hace posible el concepto del bie”.
Por ello, lo esencial de todo valor moral está en que la ley moral determine inmediatamente la voluntad. Pero esta voluntad debe obrar conforme al deber: nuestra actuación ha de regirse por el respeto a la ley, plasmada en los imperativos, de los que se distinguen 2 tipos:
- Hipotéticos: Presentan lo que se debe hacer para alcanzar una determinada meta.
- Categóricos (son a priori): Los que engloban la actuación en sí misma, sin referencia a ningún fin. Solo los categóricos tienen valor moral, los hipotéticos pasan a ser amorales, es la moral heterónoma. En estos hay ausencia de libertad según Kant.
Según el formalismo moral, Kant distingue dos funciones en la razón: la razón pura o teórica que responde a la pregunta ¿cómo es posible conocer?; y la razón práctica que contesta a ¿cómo debemos actuar? Es decir, la razón pura se dedica a las cuestiones del conocimiento y la práctica a las cuestiones éticas.
La Ética Formal de Kant
pretende ser universal y racional, por tanto tiene q ser a priori.Una ética así debe ser formal y no material. Lo que caracteriza a la ética formal es que es una ética sin contenido. No fija un Bien Supremo que deba ser perseguido, ni nos dice lo que debemos hacer en cada caso particular según el propio Kant, el propósito de esta obra era que la filosofía experimentara su propia “revolución copernicana”. Cuestionar la razón como facultad de conocer y tomar conciencia de las limitaciones de la propia filosofía, en tanto que la metafísica quiere acceder a la condición de ciencia, es el propósito que Kant abordó en Crítica de la razón pura. Hasta entonces, en efecto, la metafísica oscilaba entre el empirismo (que no concebía ningún conocimiento fuera de la experiencia) y el racionalismo (que planteaba su objeto en lo absoluto). Kant intentaba eludir esta alternativa, demostrando que si, según David Hume, todo conocimiento supone la dimensión experimental del objeto, ésta implica también una disponibilidad innata en el sujeto. Y, de hecho, Kant se pregunta si es posible hacer de la metafísica una ciencia a semejanza de las matemáticas o de la física.Al examinar dichas ciencias, se observa que en el origen de su progresión se encuentran las proposiciones (o juicios) sintéticas a priori, en virtud de las que la razón presupone sus objetos. Ahora bien, si las proposiciones sintéticas son necesarias para las ciencias teóricas, la condición científica de la metafísica depende necesariamente de ellas; se trataría, en efecto, de definir su propio ámbito de investigación.