El Giro Copernicano
La filosofía de Kant puede describirse en cierto modo como una síntesis entre el racionalismo y el empirismo. Kant estaba de acuerdo con Locke en que todo nuestro conocimiento se inicia con la experiencia, pero pensaba que no todos los conocimientos humanos proceden de la experiencia. Existe un conocimiento “a priori” que es independiente de la experiencia y que se caracteriza por ser universal y necesario. Kant había llegado a esta conclusión porque coincidía con David Hume en que no es posible derivar la universalidad, ni la necesidad estricta de la experiencia, pero los seres humanos han desarrollado conocimientos de este tipo en las ciencias. Cualquier proposición matemática o proposiciones como “Todo cambio ha de tener una causa” son universales y necesarias. Lo que caracteriza a las ciencias es la presencia de conocimientos que son universales, valen para todos los casos, son necesarios, no pueden ser de otra manera y además amplían nuestro conocimiento. Los problemas generales que se plantea Kant en su filosofía crítica son por tanto dos: ¿cómo es posible el conocimiento a priori que desarrollamos en las materias científicas? y, en segundo lugar, ¿Es posible un conocimiento a priori en el terreno de la metafísica? es decir un conocimiento independientemente independiente de la experiencia sobre Dios el alma y el mundo. Para resolver estos problemas Kant comenzó a analizar los juicios que utilizamos para expresar nuestros conocimientos.
Juicios analíticos y juicios sintéticos
Kant distingue 2 tipos de juicios: analíticos y sintéticos. Los juicios analíticos son aquellos en los que el predicado está contenido, al menos implícitamente en el concepto del sujeto. Por ejemplo: todos los triángulos tienen 3 ángulos. Los juicios analíticos son universales porque se aplican a todos los casos y son necesarios ya que su negación implica una contradicción. Sin embargo estos juicios no amplían nuestros conocimientos ya que el predicado no añade nada que no esté contenido en el sujeto. Como explica Kant son juicios explicativos y no ampliativos. Por tanto los juicios analíticos no son la base de las Ciencias. Los juicios sintéticos son aquellos en que se afirma o niega de un sujeto un predicado que no está contenido en el concepto del sujeto. Por ejemplo: “todos los cuerpos son pesados”. La verdad de los juicios sintéticos no puede obtenerse simplemente analizando el predicado, ya que este añade información al concepto del sujeto. Por lo tanto estos juicios son ampliativos y proporcionan conocimiento nuevo.
Si Kant se hubiera limitado a establecer esta distinción no habría aportado nada muy diferente a la distinción de Hume entre cuestiones de hecho y relaciones entre ideas, pero Kant pensaba que hay dos tipos diferentes de juicios sintéticos: juicios sintéticos a priori y juicios sintéticos a posteriori: Los juicios sintéticos a posteriori son aquellos en los que la conexión entre el sujeto y el predicado sólo puede establecerse partiendo de la experiencia como por ejemplo el juicio “todos los nativos del pueblo x miden menos de 1, 90 metros”. Estos juicios amplían nuestro conocimiento pero no son universales ni necesarios. En realidad son juicios particulares, referidos a seres concretos, y contingentes, en el sentido de que su negación es perfectamente posible. Sólo podemos comprobar estos juicios acudiendo a la experiencia, pero además su verdad es siempre revisable. En el ejemplo anterior, podríamos encontrar un nativo que midiera más de 1, 90. Los juicios sintéticos a priori son aquellos juicios sintéticos en los que la conexión entre el sujeto y el predicado es independientemente de la experiencia. Estos juicios son universales y necesarios, en el sentido de que se aplican a todos los casos de experiencia posible y se aplican necesariamente (la negación de estos juicios no es concebible) pero en la medida en que son juicios sintéticos amplían nuestro conocimiento.
Clasificación de los juicios según Kant:
- Juicios analíticos: son juicios universales necesarios basados en el principio de no contradicción y a priori, pero no amplían nuestro conocimiento.
- Según Hume (relaciones entre ideas, son como los juicios analíticos, pero incluyen conocimientos como las matemáticas, que según Kant amplían nuestro conocimiento).
- Según Kant los juicios sintéticos a priori: son universales, necesarios y ampliativos, son por tanto los juicios propios del conocimiento. Según Hume no son posibles.
- Según Kant los juicios sintéticos a posteriori: son particulares, contingentes y ampliativos. Su veracidad debe ser comprobada en la experiencia y puede ser revisable. Según Hume las cuestiones de hecho, en realidad su conocimiento se basa en la creencia.
Los juicios sintéticos a priori son la base del conocimiento científico y por ello las leyes y verdades científicas tienen esas propiedades: universalidad y necesidad estricta al mismo tiempo que amplían nuestros conocimientos.
Por lo tanto el problema de cómo es posible el conocimiento científico se convierte en el problema de cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en las ciencias. El problema de si es posible la Metafísica como ciencia se convierte en el problema de si son posibles juicios sintéticos a priori en la Metafísica.
El Giro Copernicano
Para que sean posibles los juicios sintéticos a priori, debemos cambiar nuestra hipótesis sobre el proceso de conocimiento. Dado que no es posible derivar la universalidad y necesidad de la experiencia, como demostró Hume, si todo nuestro conocimiento procediera de la experiencia estos juicios no serían posibles.
Kant considera que hasta ahora los filósofos habían interpretado el proceso de conocer como el intento de adecuación de los sujetos a los objetos de conocimiento, pero esta hipótesis haría imposible obtener juicios ampliativos que fueran universales y necesarios. Por esta razón él propone invertir esta suposición: No es el espíritu el que se adecúa pasivamente a los objetos, sino que son los objetos los que tienen que adecuarse a nuestro conocimiento.
Kant compara esta propuesta con la que realizó Copérnico en Astronomía. La gran mayoría de los astrónomos habían tratado de explicar los movimientos de los astros suponiendo que la tierra era inmóvil y los astros giraban en torno a ella, pero Copérnico pensó que los fenómenos celestes podrían explicarse mejor, si era la tierra la que giraba alrededor del Sol. Copérnico logró de hecho explicar más y mejor los fenómenos celestes de este modo.
El giro copernicano de Kant consiste por tanto en suponer que los objetos han de adecuarse a los sujetos para ser conocidos. Es decir: las cosas no pueden ser conocidas más que en la medida en que se someten a ciertas condiciones a priori del conocimiento puestas por el sujeto.
Con esta hipótesis, el sujeto no es un mero receptor pasivo de impresiones, sino que es un sujeto activo que impone a la materia proporcionada por la experiencia unas formas cognoscitivas sin las que los objetos no pueden ser conocidos. De este modo es posible el conocimiento a priori, ya que todos los posibles objetos de conocimiento lo son porque están sometidos a las formas cognoscitivas del sujeto.
Diagrama explicativo (el diagrama explica de manera muy simplificada la idea del giro copernicano: los objetos de conocimiento no son tales si a la materia proporcionada por las impresiones de los sentidos, el sujeto no proporcionase una formas a priori)
Materia proporcionada por los sentidos + formas cognoscitivas del sujeto = objetos de la experiencia.
Sensibilidad, Entendimiento y Razón
El siguiente paso de Kant será estudiar cuáles son esas formas cognoscitivas que se imponen a la materia de la experiencia para constituir los objetos de conocimiento. Kant considera que los seres humanos tienen tres facultades que nos permiten el conocimiento de objetos, a cada una de las cuales dedicará una parte de la Crítica de la razón pura: sensibilidad, entendimiento y razón.
Facultades humanas:
- Estética trascendental: estudia la sensibilidad, que impone unas formas y estructuras a priori a las impresiones proporcionadas por los sentidos. Gracias a la sensibilidad los objetos nos son dados.
- La lógica trascendental: estudia las condiciones trascendentales del entendimiento y la razón, dividiéndose por tanto en dos partes:
- a) La analítica trascendental: que estudia el entendimiento que es la facultad de pensar mediante conceptos, organizando lo dado por la sensibilidad de acuerdo a las formas a priori del pensamiento. Gracias al entendimiento los objetos son pensados.
- b) La dialéctica trascendental: que estudia el uso de la razón que es la tendencia del espíritu humano de unificar los conocimientos en busca de principios incondicionados, tendencia que nos conduce a las grandes ideas de la metafísica: Dios, el alma y el mundo.
Cada una de estas partes de la “Crítica” estudia los elementos trascendentales o condiciones de posibilidad de las tres facultades humanas. La palabra trascendental en Kant se refiere a los elementos a priori de las estructuras previas a la experiencia, que a su vez son la condición de posibilidad de que haya experiencia.
Estética Trascendental: Las Formas a priori de la Sensibilidad
La estética trascendental se ocupa de los elementos a priori de la sensibilidad, que son las condiciones de posibilidad de que haya objetos.
El único medio por el que nuestro conocimiento puede relacionarse con los objetos es la intuición. Kant considera que los seres humanos tenemos únicamente intuiciones sensibles (sólo Dios podría tener una Intuición Intelectual) y de acuerdo con su planteamiento la Intuición sensible no se reduce únicamente a la afección de los sentidos por las cosas.
Kant llama apariencia al objeto de una Intuición sensible y en la apariencia podemos distinguir dos elementos: la materia de la Intuición, que es lo que corresponde a la sensación y la forma, que es lo que permite que la multiplicidad de la apariencia se disponga según ciertas relaciones. Mientras que la materia está dada a posteriori, depende de la afección de nuestros sentidos, la forma es a priori y es aportada por el sujeto. Estas formas a priori de la sensibilidad son el espacio y el tiempo.
El espacio es la forma de todas las apariencias de los sentidos externos, de modo que todos los objetos que percibimos como externos a nosotros tienen que ser representados en el espacio.
El tiempo es la forma de todas las apariencias del sentido interno, por lo que nuestros estados psíquicos se conciben como sucesivos o simultáneos en el tiempo. Sin embargo, dado que toda afección de los sentidos externos provoca una afección del sentido interno, el tiempo es una forma a priori de todas las intuiciones y no sólo de las del sentido interno.
El espacio y el tiempo son intuiciones puras, a priori, que no pueden ser derivadas de la experiencia; son las condiciones necesarias de la percepción de cualquier objeto.
La existencia de las formas a priori de la sensibilidad justifica el que puedan darse juicios sintéticos a priori en la Geometría y en la Aritmética.
La geometría es una ciencia basada en el estudio de la intuición pura del espacio. Al tratarse de una intuición pura, que no requiere por tanto la materia de la apariencia, los juicios que formamos sobre ella son universales, necesarios y ampliativos. De este modo la Geometría queda justificada como ciencia.
La Aritmética es una ciencia basada en la intuición pura del tiempo. Esto le permite proporcionar juicios sintéticos a priori, que son independientes de cualquier experiencia, de cualquier afección de nuestros sentidos.
La conclusión de la estética trascendental es por tanto, que en las intuiciones sensibles hay una sensación o materia de la intuición, que procede de la afección de nuestros sentidos y unas formas a priori de la sensibilidad, sin las que no puede haber intuiciones. Estas formas a priori son el espacio y el tiempo, que son la garantía de que podamos establecer juicios sintéticos a priori en la Geometría y en la Aritmética.
Analítica Trascendental: Las Categorías del Entendimiento
El entendimiento es la facultad de producir espontáneamente representaciones a través de las intuiciones sensibles. El conocimiento humano nace de la cooperación de la sensibilidad con el entendimiento. La intuición sensible nos proporciona los datos y el entendimiento nos permite pensar los datos por medio de conceptos.
En palabras del propio Kant “Sin la sensibilidad no nos sería dado objeto alguno, sin el entendimiento ningún objeto sería pensado. Los pensamientos sin contenido son vacíos, las intuiciones sin conceptos son ciegas”.
Algunos conceptos del entendimiento son empíricos y tienen su origen en la experiencia, pero la analítica trascendental trata de los conceptos puros del entendimiento. Es decir: la analítica trascendental estudia aquellos conceptos a priori del entendimiento que son la condición necesaria para que los objetos puedan ser pensados.
Del mismo modo que el espacio y el tiempo eran las condiciones para que los objetos pudieran ser intuidos, existen unos conceptos puros en el entendimiento que son las condiciones para que los objetos puedan ser pensados. Estos conceptos puros del entendimiento son las categorías. Kant no realizó una tabla arbitraria de categorías como había hecho Aristóteles, sino que trató de deducirla sistemáticamente, utilizando como hilo conductor la facultad de juzgar. En efecto: juzgar o pensar es reunir diferentes representaciones para formar un conocimiento por medio de conceptos. Dado que los lógicos han determinado los tipos posibles de juicios, podemos deducir a partir de ellos los diferentes modos de sintetizar la información que posee el entendimiento.
La tabla de las categorías representa los doce conceptos puros del entendimiento que hacen posible que los objetos puedan ser pensados. De hecho no es posible pensar un objeto si no es por medio de las categorías. De este modo, por ejemplo, todo objeto del que tenemos una intuición sensible ha de ser pensado por medio de la categoría de causa (es causa o efecto de algo), por la categoría de unidad (pertenece a uno o a otro conjunto), etc. Las categorías del entendimiento son por tanto la condición de la experiencia.
Las categorías hacen posibles los juicios sintéticos a priori en la Física, ya que ahora es posible derivar una serie de principios directamente de las categorías y que son por tanto a priori, como el principio de causalidad. Kant no quería decir que la Física fuera una ciencia pura a priori, pues consideraba que tenía un fuerte contenido empírico, sino que en ella, hay además de conocimientos empíricos una serie de principios que se aplican a todos los objetos de la experiencia y que pueden ser conocidos a priori.
El Idealismo Trascendental: Fenómenos y Noúmenos
Las categorías del entendimiento, tomadas en sí mismas no nos proporcionan conocimiento de objetos. Las categorías sólo nos pueden dar conocimiento de las cosas en la medida en que se aplican a la intuición empírica. Es decir: las categorías son la condición de la experiencia, pero su uso y el uso de los principios a priori derivados de ellas (como el principio de causalidad) sólo es legítimo cuando se aplican a objetos de la experiencia.
Nuestro conocimiento de los objetos se restringe por tanto a la realidad fenoménica, pero aunque no podamos atravesar los límites de la realidad empírica o fenoménica y conocer lo que se encuentra más allá de ellos, no tenemos derecho a afirmar que no haya más que fenómenos. Kant introduce aquí la idea de noúmeno. Mientras el fenómeno se refiere a aquello que constituye nuestra experiencia, el noúmeno es el lado negativo del fenómeno, lo que no se manifiesta, la realidad de las cosas en sí mismas.
El concepto de noúmeno tiene un sentido negativo y otro positivo.
En sentido negativo el noúmeno se refiere a una cosa en la medida en que no es objeto de nuestra intuición sensible. Es decir el noúmeno sería aquello no podemos intuir, lo que no se manifiesta ni puede manifestarse como fenómeno.
En sentido positivo el noúmeno sería el objeto de una intuición intelectual, que los seres humanos no tenemos, lo que hace referencia a seres inteligibles inaccesibles para la sensibilidad humana, las cosas en sí.
Kant llamó a esta teoría idealismo trascendental. De acuerdo con ella todo lo que conocemos es una realidad fenoménica que consta de intuiciones sensibles, pensadas por medio de las categorías del entendimiento, pero este conocimiento no implica que no exista una realidad nouménica, el mundo de las cosas en sí, de las que no podemos tener conocimiento ni sobre las que podemos pensar, porque esto implicaría aplicar las categorías a objetos de los que no tenemos intuición sensible. Sin embargo, Kant creía que el noúmeno era algo real, al menos como concepto límite del fenómeno.
Dialéctica Trascendental: Crítica de la Metafísica
La última parte de la Lógica trascendental es la dialéctica trascendental, que estudia la actividad de la razón.
La Ilusión Trascendental
Si el entendimiento se ocupaba directamente de los fenómenos, unificándolos en juicios, la razón acepta los principios del entendimiento e intenta unificarlos a la luz de un principio superior. Es decir la razón se ocupa de la relación deductiva entre juicios suministrados por el entendimiento progresando siempre a un principio superior que unifique a esos juicios.
La máxima lógica según la que actúa la razón es pues buscar una unificación cada vez mayor del conocimiento hasta llegar a lo incondicionado, pero aunque esta máxima pueda ser correcta, el uso de la razón nos conduce a pensar lo incondicionado como algo «realmente existente» y a tratar de establecer un conocimiento, ya que esto implicaría aplicar las categorías del entendimiento a objetos que no se corresponden con intuiciones sensibles.
Las ilusiones y los errores en los que cae el espíritu humano cuando va más allá de la experiencia tienen una lógica específica, constituyen lo que Kant llama ilusión trascendental y la dialéctica trascendental es la disciplina que estudia estos errores.
Las Ideas de la Razón Pura
De acuerdo con Kant hay tres tipos posibles de razonamiento silogístico: categórico, hipotético y disyuntivo, que se corresponden con las tres categorías de la relación (sustancia, causalidad y comunidad).
Cada uno de estos tipos de razonamientos nos conducen a una totalidad incondicionada diferente:
- La serie ascendente de los silogismos categóricos tiende hacia algo que represente un sujeto y nunca un predicado, un sujeto pensante, concebido como sustancia, lo que corresponde a la Idea de Alma.
- La serie ascendente de razonamientos hipotéticos nos lleva una unidad incondicionada que es concebida como la suma de todas las secuencias causales, naciendo así la Idea de Mundo.
- La serie ascendente de los razonamientos disyuntivos nos lleva a una unidad incondicionada como unión de todo lo pensable, naciendo así la Idea de Dios como suma de todas las perfecciones.
Las ideas de Dios, el Alma y el Mundo son pues las ideas de la razón pura y el propósito de obtener conocimiento sobre estas realidades suprasensibles constituye el núcleo de las tres disciplinas de la Metafísica: la Psicología Racional, la Cosmología Especulativa y la Teología Racional.
La Psicología Racional
Trata de encontrar y conocer aquel sujeto incondicionado del que proceden todos los fenómenos psíquicos. Sin embargo, al construir la Idea de alma, la razón cae en una ilusión trascendental, que se caracteriza por paralogismos.
Los paralogismos son silogismos defectuosos cuyo término medio se utiliza con dos significados diferentes, por lo que no permiten una deducción correcta de la conclusión.
En la Psicología Racional por qué se parte del “yo pienso” y de la “autoconciencia” y se la trasforma en una unidad ontológica sustancial. Sin embargo, la categoría de sustancia puede aplicarse a las intuiciones sensibles, pero no al “yo pienso”, que es una actividad formal de la que dependen las categorías.
Los seres humanos somos conscientes de nosotros mismos como seres pensantes, pero no conocemos el sustrato nouménico de nuestro yo y el intento de obtener conocimiento de esa realidad, el alma, por medio de las categorías conduce a razonamientos erróneos.
La Cosmología Especulativa
La segunda idea de la razón pura es el Mundo, entendido como totalidad ontológica de todas las cosas unidas por nexos causales. Al tratar de pasar de la realidad fenoménica, en la que observamos causas y efectos, a la realidad nouménica (ese todo incondicionado) la razón se ve envuelta en antinomias.
Las antinomias son dos tesis opuestas que la razón defiende para resolver un problema. Estas antinomias son insolubles, ya que la razón tiene argumentos para defender cada una de las tesis contradictorias.
La Teología Racional
El objeto de la Teología Racional es la Idea de Dios, el ser absolutamente incondicionado, que es la condición de todas las cosas. Dios es el ser del que dependen de todos los seres, la perfección absoluta. Sin embargo este ideal de la razón requiere una demostración de la existencia de este incondicionado.
La metafísica ha tratado de suministrar estas pruebas, pero Kant trata de demostrar que estas pruebas son erróneas. De acuerdo con Kant las vías para demostrar la existencia de Dios son básicamente tres:
- La prueba ontológica. Esta prueba trata de demostrar a priori la existencia de Dios, partiendo simplemente del concepto puro de Dios como ser absolutamente perfecto. Sin embargo, la prueba ontológica cae en el error de sustituir el predicado lógico por el real: de la idea de ser sumamente perfecto no se puede deducir la existencia, porque la proposición que afirma la existencia no es analítica sino sintética. Sólo podemos afirmar la existencia de un objeto a través de una intuición sensible.
Kant creía que la existencia no es un predicado, ya que cuando atribuimos la existencia a un objeto no cambiamos sus predicados, sino que simplemente lo afirmamos con todos sus predicados. Por lo tanto al negar la existencia de Dios no se anula un predicado, sino que se niega un sujeto con todos sus predicados.
- La prueba cosmológica. Esta prueba parte de la experiencia e infiere a Dios como causa última de esa experiencia. De acuerdo con Kant esta prueba contiene numerosos errores.
Uno de estos errores es que la categoría de causalidad sólo puede aplicarse a intuiciones sensibles, por lo que la aplicación de éste principio a realidades que están fuera de la experiencia no tiene sentido. Además el argumento cosmológico presupone el argumento ontológico. En efecto: una vez hemos llegado al ser necesario como causa queda por demostrar su existencia real, que no podemos obtener de modo analítico, porque la existencia de algo sólo puede afirmarse en un juicio sintético.
- La prueba físico teleológica. Esta prueba parte del orden y la belleza del mundo para concluir que éste debe ser obra de un Ser último y supremo, que es la suma de todas las perfecciones. Esta prueba podría demostrar como mucho la existencia de un “arquitecto del mundo”, cuyas acciones estarían limitadas a las propiedades de la materia elaborada por él, pero no un creador del mundo a cuya idea se someta todo. Para demostrar un ser como ése tenemos que recurrir a la prueba cosmológica y a través de ella a la prueba ontológica.
Las pruebas de la existencia de Dios han fracasado por tanto en probar la existencia de este incondicionado supremo. Por tanto la Teología Racional tampoco es una ciencia.
La Función Regulativa de las Ideas de la Razón Pura
La dialéctica trascendental ha puesto de manifiesto las ilusiones y errores de la razón cuanto trata de extender nuestro conocimiento más allá de la experiencia. Las ideas trascendentales de la razón pura no pueden ser por tanto principios constitutivos de conocimiento (no pueden aportar conocimiento sobre sus objetos) y no es posible la metafísica como ciencia, ya que no pueden establecerse juicios sintéticos a priori sobre realidades que no pertenecen al mundo fenoménico.
Sin embargo, Kant se pregunta de dónde procede entonces la fuerza de la ilusión trascendental. ¿Tendrán las ideas de la razón pura otro uso y finalidad diferente del constitutivo, que justifica su importancia para la razón humana?
Kant considera que esto es efectivamente así: las ideas de la razón pura tienen una función regulativa: son reglas que se utilizan para unificar la experiencia y sistematizar nuestro conocimiento de los fenómenos.
De este modo nuestra comprensión de los fenómenos psíquicos es mayor si en las investigaciones psicológicas actuamos como si todos estos fenómenos se unifican en un sólo sujeto permanente, como se plantea con la idea de alma.
La idea de mundo también tiene una importante función regulativa en la medida en que nos incita a encontrar nuevas conexiones causales entre los fenómenos.
Finalmente la idea de Dios también tiene un valor heurístico en la investigación de la naturaleza, en la medida en que ésta es la creación inteligente de un ser inteligente. La idea de Dios nos permite interpretar la realidad natural como algo inteligible y por tanto como algo que podemos conocer.
El uso regulativo de la razón pura es la disposición natural del ser humano a la metafísica y tiene un valor importante mientras no pretenda un uso constitutivo. Un contemporáneo de Kant llamó a esta forma de pensar filosofía del “como si”, en el sentido de que no podemos afirmar por ejemplo nada sobre el alma (no podemos tener conocimiento sobre el objeto de esa idea), pero debemos proceder a la investigación psicológica “como si” el alma existiese.
Definiciones
- Antinomia: Una antinomia es para Kant un conflicto en el que entra la razón cuando pretende pensar lo incondicionado.
- Paralogismo: Razonamiento formalmente erróneo que, a diferencia del sofisma o de la falacia no requiere voluntariedad de engañar. Su apariencia de validez induce a error.
- Juicio analítico: Aquellos en los que el predicado está contenido, al menos implícitamente, en el concepto del sujeto. Son universales y necesarios, pero también explicativos y no ampliativos. Ej: todos los triángulos tienen 3 ángulos.
- Juicio sintético: Aquellos en los que se afirma o niega de un sujeto un predicado que no está contenido en el concepto del sujeto. Son ampliativos y proporcionan nuevo conocimiento. Ej: todos los cuerpos son pesados.
- Juicio a priori (sintético): Aquellos en los que la conexión entre el sujeto y el predicado es independiente de la experiencia. Son universales y necesarios pero amplían nuestro conocimiento.
- Juicio a posteriori (sintético): Aquellos en los que la conexión entre el sujeto y el predicado sólo puede establecerse partiendo de la experiencia. Son ampliativos pero no necesarios ni universales. Ej: todos los nativos del pueblo x miden menos de 1,90 metros.
- Sensibilidad: La capacidad (receptividad) de recibir representaciones, al ser afectados por los objetos.
- Crítica de la razón pura: la crítica de la razón pura dedica cada una de sus partes a cada una de las tres facultades que tiene el ser humano que nos permiten el conocimiento de los objetos. Esta crítica tiene tres partes: sensibilidad, entendimiento y razón.
- Estética trascendental: estudia la sensibilidad que impone unas formas y estructuras a priori a las impresiones materiales proporcionadas por los sentidos. Gracias a la sensibilidad los objetos no son dados.
- Lógica trascendental: estudia las condiciones trascendentales del entendimiento y la razón, dividiéndose por tanto en dos partes: la analítica trascendental (que estudia el entendimiento, que es la facultad de pensar mediante conceptos, organizando lo dado por la sensibilidad de acuerdo a la formas a priori del pensamiento. Gracias al entendimiento los objetos son pensados) y la dialéctica trascendental (que estudia el uso de la razón que es la tendencia del espíritu humano de unificar los conocimientos en busca de principios incondicionados, tendencia que nos conduce a las grandes ideas de la metafísica: Dios, el alma y el mundo).
- La palabra trascendental: la palabra trascendental en Kant de refiere a los elementos a priori de las estructuras previas a la experiencia, que a su vez son la condición de posibilidad de que haya experiencia.
- Ideas de la razón pura: Kant considera que las ideas de la razón pura tienen una función regulativa: son reglas que se utilizan para unificar la experiencia y sistematizar nuestro conocimiento de los fenómenos.
- Categorías: del mismo modo que el espacio y el tiempo eran condiciones para que los objetos pudieran ser intuidos, existen unos conceptos puros del entendimiento que son las condiciones para que los objetos puedan ser pensados. Estos conceptos puros del entendimiento son las categorías.
- Formas a priori: Kant llama apariencia al objeto de una intuición sensible y en la apariencia podemos distinguir dos elementos: la materia de la intuición y la forma. Estas formas a priori de la sensibilidad son el espacio y el tiempo. El espacio es la forma de todas las apariencias de los sentidos externos y el tiempo es la forma de todas a las apariencias del sentido interno.
- Función regulativa: las ideas de la razón pura tienen una función regulativa, son reglas que se utilizan para unificar la experiencia y sistematizar nuestro conocimiento de los fenómenos.
- Fenómenos: se refiere a aquello que constituye nuestra experiencia.
- Noúmeno: es el lado negativo del fenómeno, lo que no se manifiesta, la realidad de las cosas en sí mismas. El concepto de noúmeno tiene un sentido negativo y otro positivo.