El Franquismo y la Transición Española: De la Dictadura a la Democracia

T10-1. Introducción

La cúpula militar golpista de julio de 1936 planeaba que, tras derrocar al gobierno republicano, el líder del Estado fuera el general José Sanjurjo. Sin embargo, diversos acontecimientos, como la muerte de este, llevaron a Francisco Franco a convertirse en jefe absoluto de este nuevo gobierno el 1 de octubre del mismo año. Su régimen se perpetuó hasta noviembre de 1975.

El Franquismo tuvo dos periodos diferenciados. El primero, basado en modelos totalitarios y autárquicos, se desarrolló hasta 1959, aunque desde 1945 se vio cierta evolución. En este periodo, y tras las derrotas de la Italia fascista y la Alemania nazi, España sufrió un aislamiento internacional impulsado por las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial (Francia, Reino Unido, Estados Unidos y la URSS).

El segundo periodo coincide con la Guerra Fría. Estados Unidos levantó el bloqueo, lo que benefició a Franco, cuya política económica había fracasado, para que el país prosperara y, así, evitar la conflictividad social. El carácter fascista del régimen se atenuó y España avanzó social y económicamente (desarrollismo), preparando el camino para la democracia.

T10-2. Fundamentos Ideológicos

El franquismo, surgido como una dictadura tras un golpe de Estado e impuesto por las armas, no tuvo una ideología del todo clara:

  • Aunque se le encasille dentro de los totalitarismos, como Italia, Alemania y la URSS, con Mussolini, Hitler y Stalin respectivamente, el “Movimiento Nacional” no tuvo una ideología definida. Tomó modelos fascistas, donde el culto al líder y el nacionalismo eran superlativos, así como la represión a los opositores y el control de los medios de comunicación. Franco se convirtió en autoridad política y militar.
  • Catolicismo: la necesidad de encontrar apoyos para la Guerra Civil, hizo que los sublevados se acercaran a la Iglesia, cuyos privilegios perdidos y maltratos sufridos en la época republicana la habían vuelto hostil al régimen. A cambio de su apoyo, Franco otorgó la confesionalidad católica del Estado, se autoproclamó caudillo “por la gracia de Dios”, y cedió el control del sistema educativo a la Iglesia.

En resumen, fue un sistema antidemocrático, antiparlamentario y con libertades restringidas. Se organizó en torno a las siete “Leyes Fundamentales del Estado”, derogadas por la Constitución de 1978.

  • Fuero del Trabajo (1938): basado en la fascista “Carta di Lavoro”. Estableció sindicatos verticales, prohibió huelgas y dificultó el despido (estabilidad laboral).
  • Ley Constitutiva de Cortes (1942): ante la previsible derrota de Hitler, para dar apariencia de parlamentarismo. Regulaba quién podía ser procurador del Estado (diputados) y su acceso al cargo.
  • Fuero de los Españoles (1945): señalaba derechos y deberes de los españoles, aparentando libertad y democracia para evitar represalias de los aliados (Francia, Reino Unido, Estados Unidos y URSS).
  • Ley de Referéndum Nacional (1945): establecía este instrumento para aprobar leyes importantes. El censo incluía hombres y mujeres mayores de 21 años, pero el gobierno podía modificarlo. Esta ley permitió el referéndum de la Ley de Reforma Política, que inició la Transición.
  • Ley de Sucesión en la Jefatura de Estado (1947): para contentar a los monárquicos, Franco declaró España como reino, con él como jefe de Estado vitalicio. Se crearon el Consejo de Regencia y el Consejo del Reino.
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): establecía los principios del régimen (Patria, familia y religión). Sustituyó a la Falange como partido único.
  • Ley Orgánica del Estado (1967): separó Jefatura de Estado y de Gobierno. Pertenece a la última fase del franquismo (gobierno de tecnócratas, con gran peso del Opus Dei).

T10-3. Bases Sociales

El régimen de Franco se apoyó en:

3.1. El Ejército

Se consideraba defensor del régimen, con ideales anticomunistas, de unidad de España y amor al orden tradicional. Controlaba las fuerzas de seguridad (Guardia Civil y Policía Armada). Su influencia política fue decisiva en todos los gobiernos de Franco. Incluso, a través de consejos de guerra, supervisaban los delitos políticos.

3.2. La Iglesia

Aunque la idea inicial era un Estado aconfesional, los sublevados buscaron el apoyo católico. A finales de 1936, Franco y el cardenal Gomá firmaron un acuerdo: el Estado legislaría según la doctrina de la Iglesia, a cambio del apoyo de la Conferencia Episcopal (que declaró la guerra como cruzada) y el reconocimiento del Vaticano.

En 1953, Franco y el Vaticano firmaron un concordato: España sería confesional, se prohibieron el matrimonio civil y el divorcio, y la Iglesia obtuvo amplias competencias en educación.

3.3. Capital y Clases Medias

La clase financiera, la aristocracia latifundista y los pequeños agricultores propietarios de la Meseta, en su mayoría falangistas, apoyaron al régimen por temor a perder su estatus. Se estima que, sumando militares, sacerdotes, capitalistas, clases medias y sus familias, los partidarios del franquismo eran unos 10 millones (menos del 30% de la población total, que en 1970 era de 34 millones). Cerca de 24 millones eran considerados clases trabajadoras, ajenas, contrarias o no, al Régimen.

T10-4. Resistencia al Régimen

Al finalizar la Guerra Civil, miles de republicanos se exiliaron, principalmente a Francia, Reino Unido e Hispanoamérica. Allí continuaron los gobiernos republicano, catalán y vasco, pero sin lograr apoyos internacionales, debido a sus divisiones internas y al alejamiento de la realidad española.

El PCE mantuvo cierta actividad clandestina. Muchos comunistas y de izquierdas participaron en el maquis, con acciones guerrilleras. Su apogeo fue en 1945, en zonas de Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha o Aragón. El episodio más destacado fue la invasión del Valle de Arán en 1944.

La posible intervención aliada en España promovió cierta unidad entre los opositores. Monárquicos liberales se unieron en torno a Juan de Borbón (Manifiesto de Lausana, 1945). Socialistas, anarquistas y republicanos fundaron la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas. Otros siguieron con conspiraciones armadas.

Hacia 1950, surgió malestar entre las clases trabajadoras, apoyadas por sectores de izquierdas (PCE) o conservadores (HOAC), que creció hasta desembocar en anhelos de democracia. Aunque silenciados, los nacionalismos mantuvieron su actividad en el exilio. En 1958 nació ETA.

T10-5. Política Exterior: Persistencia del Régimen

La política exterior franquista cambió según las circunstancias internacionales.

T10-5.1. Fases Pro-Eje (1939-1942)

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, Franco declaró la neutralidad de España, pasando luego a “no beligerancia”. Estuvo dispuesto a apoyar a Hitler a cambio de territorios africanos. Se reunieron en Hendaya (1940), pero Hitler declinó la ayuda. Franco también se reunió con Mussolini (1941). Con la invasión de la URSS, los falangistas formaron la División Azul (145.000 hombres).

T10-5.2. Cambio de Signo (1945-1947)

Ante la derrota nazi, Franco volvió a la neutralidad. Repatrió la División Azul y suavizó los rasgos fascistas, potenciando el carácter católico y anticomunista, abriendo la puerta a una monarquía parlamentaria.

T10-5.3. Aislamiento Internacional (1945-1947)

Tras la guerra, los vencedores condenaron al régimen español. En Potsdam (1945), España fue rechazada en la ONU, se retiraron los embajadores de Madrid, y España quedó excluida del Plan Marshall y la OTAN.

T10-5.4. Reconocimiento Internacional (1947-1975)

La Guerra Fría modificó la posición internacional de España. Su anticomunismo pesó más que la falta de democracia. Se revocó la retirada de embajadores, se firmaron acuerdos defensivos y económicos (bases de Morón y Rota), España recibió material bélico y dinero, se regularizaron las relaciones con Europa, e ingresó en la UNESCO y la ONU.

En 1962, no ingresó en la CEE (luego UE) por no ser democrática. En 1970, se logró un acuerdo preferencial.

T10-6. Conclusión

El franquismo, tras la Guerra Civil, duró casi 40 años. Aunque el panorama internacional apuntaba a su caída, la Guerra Fría permitió su durabilidad. El auge europeo ayudó a España a crecer económica y socialmente, desembocando en la democracia.

T11-1. Introducción

Tras 40 años de dictadura, con la muerte de Franco (20 de noviembre de 1975) y Juan Carlos I como rey, se abrió una etapa democrática con dos momentos: la Transición y la consolidación democrática. La Transición fue un paso pacífico, integrador y dialogante de la dictadura a la monarquía parlamentaria. Se distinguen dos periodos: el gobierno inmovilista de Arias Navarro y el reformista de Adolfo Suárez, durante el cual se elaboró la Constitución de 1978.

Tras la Transición, España se ha consolidado como una economía desarrollada, ha ingresado en la OTAN y la UE, y adoptado el euro. Aún tiene problemas, como el alto paro.

T11-2. El Final del Franquismo: Arias Navarro (1975-1976)

El 22 de noviembre de 1975, las Cortes proclamaron rey a Juan Carlos I, quien ratificó a Arias Navarro. Su programa fue continuista, restringiendo derechos. La oposición democrática se unió, con huelgas y manifestaciones (invierno 1975-1976), destacando las huelgas generales en Cataluña y País Vasco. Ante su inmovilismo, el Rey forzó su dimisión (30 de junio de 1976). Torcuato Fernández Miranda logró que Adolfo Suárez fuera designado sucesor.

T11-3. El Primer Gobierno de Adolfo Suárez (1976-1977)

Juan Carlos I, Suárez y Fernández Miranda querían desmontar el franquismo desde la legalidad. Suárez presentó la Ley de Reforma Política, que permitía al Rey someter a referéndum una opción política (resultados vinculantes). Se garantizó a los franquistas su estatus, una amnistía y que no se legalizaría el PCE. El Congreso la aprobó (noviembre de 1976) y el referéndum la ratificó (15 de diciembre de 1976: 81% a favor). Se declaró la libertad sindical, una amnistía y se legalizaron los partidos (excepto el PCE, legalizado en 1977).

T11-4. El Segundo Gobierno de Adolfo Suárez (1977-1979)

Tras las elecciones, Suárez formó gobierno con figuras clave: el general Gutiérrez Mellado, Enrique Fuentes Quintana y Francisco Fernández Ordóñez. Los objetivos eran resolver la crisis económica y dotar a España de una Constitución, abordados desde el consenso (Pactos de la Moncloa, octubre de 1977). Se intentó reducir la inflación, devaluar la peseta, racionalizar el consumo energético, moderar salarios y reformar el sistema fiscal (creando el Impuesto Extraordinario sobre el Patrimonio y el IRPF).

T11-5. La Constitución de 1978

Suárez buscó el consenso para la Constitución, invitando a todos los partidos (excepto el PNV). Se negociaron los puntos más problemáticos. Los “padres de la Constitución” fueron Gabriel Cisneros (UCD), Miguel Herrero (UCD), José Pedro Pérez Llorca (UCD), Manuel Fraga (AP), Gregorio Peces-Barba (PSOE), Miquel Roca i Junyent (Minoría Catalana) y Jordi Solé Tura (PCE). La Constitución fue aprobada en referéndum (6 de diciembre de 1978: 88% de votos, 60% de participación). Establece una monarquía parlamentaria, un Estado social, democrático y de derecho, con la Corona con funciones representativas y el ejército subordinado al poder civil. Declara un Estado aconfesional, con amplios derechos y libertades, libertad de mercado (con posibilidad de planificación económica), reconocimiento de lenguas cooficiales (catalán, castellano, vasco) y derecho a la autonomía (título VIII). Se establecieron dos mecanismos para la autonomía: el artículo 143 y el 151 (más rápido, usado por Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía).

Tras la Constitución, Suárez convocó elecciones (marzo de 1979), finalizando el periodo constituyente e iniciando el legislativo.

T11-6. Conclusión

Tras Calvo Sotelo y las elecciones de 1982 (consideradas el final de la Transición), el PSOE logró una victoria arrolladora (202 escaños), inaugurando un periodo de hegemonía socialista. Accedió al gobierno un partido de izquierdas, culminando el proceso democrático y la derrota definitiva del franquismo.