El Franquismo: De la Dictadura a la Transición en España

La victoria del bando nacional en la Guerra Civil supuso la instauración de una dictadura personal, autoritaria y de base militar encabezada por Francisco Franco, que desmanteló toda la obra política, social y cultural de la II República (1931-1936) y persiguió a sus defensores, manteniéndose en el poder hasta 1975, año de la muerte del dictador. Tras el aislamiento internacional que sufrió España al terminar la Segunda Guerra Mundial, con la llegada de la década de 1950 y el estallido de la Guerra Fría, Estados Unidos vio en Franco un firme aliado anticomunista. El franquismo sobrevivía así a la Segunda Guerra Mundial y se afianzaba con el apoyo de las potencias vencedoras.

Las firmas del Concordato con la Santa Sede y de los pactos con Estados Unidos en 1953 fortalecieron al régimen, que consiguió el reconocimiento exterior. España ingresó en distintas organizaciones internacionales, pero el franquismo continuó instalado en el inmovilismo político.

El Gobierno de los Tecnócratas y la Apertura Económica

Ante esta nueva situación, Franco remodeló su gobierno en 1957 (Gobierno de los Tecnócratas), nombrando ministros a algunos miembros del Opus Dei, personas aperturistas en materia económica y conservadoras en asuntos políticos. Fueron ellos quienes le convencieron de que la economía no podía estar subordinada a la política, ni aislada del entorno europeo, ni dirigida por el Estado.

Con este cambio se inició en 1959 el Plan de Estabilización, que puso fin a la autarquía y dio paso a la liberalización económica, lo que actuó como motor de desarrollo hasta la crisis de 1973. Las medidas integradas en este plan favorecieron la expansión de la economía durante la década de 1960, cuyo crecimiento fue conocido como desarrollismo económico. El plan estableció medidas para lograr la estabilidad y el equilibrio de la balanza comercial.

En 1965 se pusieron en marcha tres planes de desarrollo con un marcado carácter industrial. El objetivo de los planes de desarrollo era superar las deficiencias estructurales y favorecer las zonas menos industrializadas. Sin embargo, los recursos se invirtieron preferentemente en las zonas más seguras y rentables del país, adecuándose con frecuencia a los intereses de los grupos políticos y económicos más influyentes.

La ejecución de los planes impulsó el crecimiento económico sin alcanzar los resultados esperados, y las desigualdades interregionales y sociales crecieron.

El Milagro Español y sus Consecuencias

En los años 1960-1970, el país alcanzó un mayor nivel de vida debido a las medidas liberalizadoras que transformaron el sistema productivo y a la buena marcha de la economía de los países europeos, que absorbieron la mano de obra excedente, invirtieron capital y aportaron divisas y turistas. El ritmo de crecimiento fue excepcional hasta el fin del régimen, por lo que fue calificado de “milagro español”.

Las mejores condiciones económicas favorecieron a su vez el aumento de la natalidad, el descenso de la mortalidad y el crecimiento demográfico (“Baby Boom”), así como una mayor esperanza de vida. Se favoreció la emigración exterior como solución a las tensiones laborales y al descontento social. Asimismo, el éxodo rural influyó en el desarrollo urbanístico, y la demanda de viviendas dinamizó el sector de la construcción, que creció de forma desordenada y con escaso control oficial.

El tránsito de una economía agraria a otra industrial y de servicios cambió la estructura social, con la formación de una influyente burguesía urbana. El movimiento obrero se hizo más reivindicativo. La España rural, con sus jornaleros, pequeños propietarios y caciques, dio paso a una España urbana más abierta, plural y libre.

El desarrollo económico hizo posibles las mejoras sociales, como una ampliación de la cobertura de la Seguridad Social, y cambiaron también las costumbres. Se fomentó un tipo de mujer más formada, se modificaron comportamientos morales y aumentó la demanda de productos de consumo, entre otros.

La Oposición al Régimen Franquista

A pesar de todo, las mejoras en la sociedad también despertaron movimientos de oposición que tambalearon la estabilidad del régimen. Destacaron dos tipos de oposición: la oposición social y la oposición política.

Oposición Social

  • Movimiento Obrero: El crecimiento económico no fortaleció al régimen como esperaban sus defensores, y muchos españoles pasaron de la aceptación a la contestación desafiante del sistema. El movimiento obrero creció y se hizo fuerte en los principales centros industriales en torno a las Comisiones Obreras (CCOO) de inspiración comunista, que fue perseguida y declarada ilegal. La conflictividad laboral aumentó.
  • Estudiantes Universitarios: Los estudiantes universitarios reivindicaron tanto la democratización de la sociedad española como la de la propia universidad. El aumento del número de estudiantes, su mayor conciencia política y la ausencia de libertades, convirtieron a la Universidad en un foco de constantes movilizaciones antifranquistas.
  • Sectores Eclesiásticos: Algunos sectores eclesiásticos comprometidos con la libertad y los derechos humanos participaron en organizaciones políticas y sindicales. Las relaciones con la jerarquía eclesiástica se enfriaron y en ocasiones fueron muy tensas. Parte del episcopado demandaba más respeto a los derechos humanos. La situación fue muy tensa en el territorio vasco, Madrid y Cataluña. El movimiento vecinal también se manifestó.

Oposición Política

  • Partidos Políticos: Partidos y formaciones políticas protagonizaron la oposición al régimen en el exilio y en organizaciones clandestinas del interior. El PCE fue el más activo y organizado. Surgieron además organizaciones terroristas como el FRAP.
  • Congreso de Múnich: En el IV Congreso del Movimiento Europeo de Múnich, al cual fueron invitados los opositores al franquismo, se elaboró una declaración a favor de la democracia en España y de condena al régimen. El gobierno actuó con dureza contra los participantes españoles.
  • Nacionalismos Periféricos: Los nacionalismos periféricos también fueron un referente de la oposición. En el territorio vasco, a las manifestaciones se unió la actividad terrorista de ETA, que nació en 1959 y comenzó a actuar a nivel estatal, donde cometió atentados sangrientos.

Los Últimos Años del Franquismo y la Transición

Franco formó un nuevo gobierno con ministros de talante renovador, pero la ejecución de Julián Grimau (político comunista encarcelado por crímenes relacionados con la Guerra Civil), la represión y los estados de excepción restaron credibilidad a los intentos renovadores.

Franco nombró heredero del trono a Don Juan Carlos de Borbón. El príncipe juraba fidelidad a Franco, a las leyes fundamentales y a los principios del Movimiento. Franco quería dejar todo atado para la continuidad del régimen.

Factores que llevaron al Final de la Dictadura

  • Tensiones Internas: La evolución del régimen provocó tensiones internas entre las distintas familias políticas. Los aperturistas consideraban que era necesario adaptar el régimen a la realidad social. Los inmovilistas, llamados el búnker, pretendían mantener intacto el régimen nacido de la Guerra Civil.
  • Corrupción: Los enfrentamientos por el poder entre tecnócratas y falangistas sirvieron para airear escándalos financieros. De este modo se descubrió la corrupción del franquismo y se transmitió la sensación de inestabilidad política.
  • Incapacidad para Evolucionar: En 1970, el proceso de Burgos contra miembros de ETA culminó con la condena a muerte de seis etarras, lo que levantó una oleada de protestas en el país y en el exterior. Franco, finalmente, conmutó la pena capital por la de cadena perpetua para evitar un nuevo aislamiento internacional.
  • Coordinación de la Oposición: Esta inestabilidad facilitó la coordinación de la oposición política a través de la Junta Democrática de España, dirigida por el PCE, y la Plataforma de Convergencia Democrática, impulsada por el PSOE.
  • Asesinato de Carrero Blanco: Con el objetivo de estabilizar la situación, en junio de 1973, Franco separaba por primera vez la jefatura del gobierno de la del Estado y nombraba a Luis Carrero Blanco presidente del gobierno. Poco después fue asesinado por ETA, desapareciendo así la única figura capaz de mantener la unidad del sistema y darle continuidad.
  • Críticas desde la Iglesia y el Ejército: La oposición y crítica a la dictadura de una parte de la Iglesia provocó la tensión entre Franco y la que había sido uno de sus principales apoyos. También hubo críticas dentro del propio Ejército, y surgió la UMD, Unión Militar Democrática.