El Franquismo (1939-1975): Construcción y Evolución de una Dictadura

La Guerra Civil Española (1936-1939) culminó con la consolidación del régimen dictatorial franquista, instaurado por los sublevados contra la República. Este régimen perduró hasta la muerte de Franco en 1975. Durante sus casi cuarenta años de existencia, el franquismo se mantuvo como una férrea dictadura, caracterizada por la represión de sus opositores, aunque sus instituciones evolucionaron y se adaptaron a las diversas coyunturas.

Consecuencias de la Guerra Civil y Características del Régimen

Las consecuencias de la guerra fueron devastadoras: un millón de muertos y numerosos exiliados, impactando profundamente la vida económica y cultural española. Las pérdidas económicas retrasaron el crecimiento del país. El franquismo se legitimó a través de la victoria en la Guerra Civil, estableciendo un Estado autoritario con las siguientes características:

  • Totalitarismo: Inspirado en el fascismo italiano y alemán, suprimió la Constitución de 1931, clausuró el Parlamento y prohibió partidos políticos y sindicatos, imponiendo un partido único y un sindicato vertical.
  • Caudillismo: Franco concentró el poder como Jefe de Estado, Presidente del Gobierno, Generalísimo de los Ejércitos y Jefe Nacional del partido.
  • Centralismo: Abolió los estatutos de autonomía y promovió la españolización de Cataluña, País Vasco y Galicia.
  • Represión: La persecución sistemática y planificada de los simpatizantes republicanos se mantuvo a lo largo del régimen.
  • Control de los Medios: Sujetos a una rígida censura, los medios de comunicación se convirtieron en un aparato de propaganda franquista.

El Papel de la Falange y la Iglesia

La Falange Española Tradicionalista y de las JONS, partido único, proporcionó la base ideológica del régimen, controló los medios de comunicación y ocupó cargos en la administración. Para obtener apoyo social, creó organizaciones como el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, el Sindicato Español Universitario (SEU) y la Central Nacional Sindicalista (CNS).

La Iglesia Católica desempeñó un papel crucial en el Estado confesional franquista, recibiendo generosa financiación pública, controlando el sistema educativo e imponiendo la moral católica en la sociedad.

Evolución Política y Económica

A pesar de la evolución económica y social, no se produjeron reformas políticas profundas. El franquismo se mantuvo como una dictadura inmovilista, incapaz de democratizarse. Contó con el apoyo de las élites económicas y sociales, que recuperaron su poder tras la II República, así como de pequeños y medianos propietarios agrícolas del norte de España.

Grupos de Influencia y Represión

Dentro del franquismo coexistieron diversas familias o grupos de influencia: falangistas, carlistas, ultracatólicos y monárquicos alfonsinos. La represión se implementó a través de leyes como la Ley de Responsabilidades Políticas y la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería. El ejército, mediante Consejos de Guerra, fue el principal ejecutor de la represión, caracterizada por la ejemplaridad y el terror.

Contexto Internacional y Adaptación del Régimen

La victoria alemana sobre Francia en la Segunda Guerra Mundial llevó al franquismo de la neutralidad a la no beligerancia, implicando apoyo diplomático y económico al Eje. Sin embargo, la evolución del conflicto obligó al régimen a distanciarse del fascismo, presentándose como católico, conservador y anticomunista, con una posible evolución hacia la monarquía.

El fin de la Segunda Guerra Mundial trajo aislamiento internacional para el franquismo. La crítica situación económica, el aumento de la protesta social y las nuevas relaciones internacionales forzaron cambios de gobierno. En 1957, Franco incorporó al gobierno a tecnócratas del Opus Dei, quienes protagonizarían el intenso crecimiento económico de la década de 1960. Se priorizaron inversiones en defensa, creando empresas como Iberia, Endesa y SEAT.

Oposición y Desarrollo Económico

La represión provocó el exilio de miles de republicanos. En el interior, la oposición se reorganizó con extrema dificultad. Entre 1959 y 1973, España experimentó un crecimiento económico sin precedentes, utilizado como propaganda por el régimen. Este desarrollo generó nuevas actitudes y pautas de comportamiento, así como una nueva conflictividad social.