El existencialismo de Sartre: La condena a ser libre

Jean-Paul Sartre: La condena a ser libre

Introducción

Jean-Paul Sartre fue un pensador existencialista que mantuvo un profundo compromiso político y un inconformismo que marcaron su trayectoria personal e intelectual. En 1964, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, galardón que rechazó por motivos ideológicos. Entre sus obras filosóficas destacan El ser y la nada, El existencialismo es un humanismo y Crítica de la razón dialéctica.

Ideas principales

  • El hombre no se ha creado a sí mismo, no ha elegido existir, pero es responsable de todo lo que hace (es libre).
  • Para el existencialista, la pasión nunca es la causa última de nuestros actos; el hombre es responsable de su pasión.
  • Tampoco hay signos que nos orienten, pues somos los humanos los que interpretamos tales signos.
  • El hombre está solo y condenado a elegir cómo ser en cada momento.

Desarrollo

El texto presenta una estructura circular, comenzando y concluyendo con la idea de que el ser humano está solo, condenado a ser libre. Sartre plantea dos posibles causas de nuestras acciones: la pasión, que con su fuerza arrastra al ser humano, y los signos que podemos encontrar y que nos orientan a la hora de actuar. Ninguna de las dos es aceptable para el existencialista, quien piensa que el hombre es responsable de su pasión y también es el que descifra por sí mismo los signos.

La afirmación de que estamos condenados a ser libres significa que, para el existencialismo, los seres humanos no tenemos una esencia común a toda la especie; lo único que nos define es nuestra libertad. A lo largo de nuestra vida, nuestras decisiones y nuestras elecciones van concretando cómo somos. Así pues, el hombre se encuentra con su existencia -nadie se crea a sí mismo- y, por tanto, está condenado a ser libre.

Nuestra soledad a la hora de tomar decisiones -para las que no podemos recurrir a normas o valores universales- provoca angustia. Nunca podemos estar seguros de haber tomado la decisión correcta. La angustia surge de nuestra conciencia de libertad; nos sentimos inseguros, solos ante la responsabilidad de nuestras decisiones. De ahí que no sea extraño que busquemos excusas para ocultarnos que somos libres.

Una de las excusas más habituales es recurrir a las pasiones, que nos arrastran sin que podamos evitarlo. Pero Sartre subraya que el ser humano es responsable de su pasión; es decir, nosotros elegimos libremente seguir o no nuestras pasiones.

Otra posible excusa para evitar la soledad de nuestras decisiones sería la existencia de signos externos que nos indican cómo actuar. Esto no es creíble para Sartre, puesto que somos responsables de la interpretación de tales signos.

Estas excusas son, según Sartre, fruto del autoengaño, que define con la expresión mala fe. Para evitar sentir la angustia de la libertad, procuramos creer que hay circunstancias o pasiones que nos obligan; otras veces recurrimos a normas y valores ajenos para justificarnos, el más común es Dios como origen de la norma moral. Todo ello es fruto de un intento de huida de lo que somos: libres. De ahí que estamos condenados a inventarnos constantemente; nada nos obliga ni nos determina.

Ortega y Gasset: La vida como realidad radical

Introducción

José Ortega y Gasset, filósofo español de la primera mitad del siglo XX, partidario de asimilar algunos rasgos de la cultura europea para superar la crisis que reinaba en España. Su pensamiento se vio influido por ciertas corrientes de la filosofía alemana de la época, como el neokantismo. Su filosofía puede calificarse como vitalista, pues parte de la vida como realidad radical. Algunas de sus obras son La rebelión de las masas, El tema de nuestro tiempo, Ideas y creencias.

Ideas principales

  • La vida humana es la única realidad radical porque a ella se refieren todas las demás realidades.
  • El rasgo más importante de la vida humana es que siempre debemos estar haciendo algo.
  • La vida nos es dada, pero nos es dada sin determinar; nosotros tenemos que hacerla.
  • Antes de actuar debemos decidir qué vamos a hacer, puesto que somos libres y no se nos impone ningún quehacer.

Desarrollo

El texto comienza definiendo la vida humana como la realidad radical que da sentido a todo. A continuación, se centra en otro rasgo fundamental de nuestra vida: para existir debemos estar haciendo algo, de ahí que también la defina como quehacer. En la última parte del texto se precisan las características de este quehacer: no está determinado, es decir, somos libres y, en consecuencia, antes de actuar hemos de decidir cómo hacerlo.

Según Ortega, la realidad más inmediata e indudable es la vida y no el sujeto pensante de Descartes. Como se expresa en el texto, la primera definición de la vida humana es que es la realidad radical. Cualquier otra realidad ha de referirse a ella para tener sentido; desde nuestra vida dotamos de sentido a todo cuanto existe. Es importante tener en cuenta que, según Ortega, la vida incluye no solo al sujeto, sino también al mundo; de ahí su famosa frase: “Yo soy yo y mi circunstancia”. Ahora bien, la circunstancia, el mundo, no es una realidad fija y determinada, depende de la perspectiva de cada persona.

El hombre siempre ha de estar haciendo algo para existir. El yo no es pasivo, sino que es precisamente su actividad la que lo define; por el contrario, la muerte se identifica con la ausencia de toda actividad. Nuestras acciones persiguen una finalidad que cada uno hemos elegido; la naturaleza no fija de manera determinante el proyecto vital que somos. El ser humano no está determinado a ser de una u otra forma; la circunstancia presenta siempre al sujeto varias opciones.

Mientras los seres inanimados siguen las leyes de la física o los animales obedecen a sus instintos, los seres humanos no están determinados por leyes ajenas a su propia voluntad. Somos libres para escoger, si bien las posibilidades de elección no son ilimitadas, se mueven dentro del margen de la circunstancia.

En conclusión, el yo, el sujeto, construye su vida, realiza su proyecto dentro de la circunstancia en la que se encuentra.