El Drago de Óscar Domínguez: Obra Surrealista Canaria

El Drago de Óscar Domínguez: Un Icono del Surrealismo Canario

El Drago es un óleo sobre lienzo de 82,5 x 61,5 cm pintado en 1933 por Óscar Domínguez, pintor canario surrealista. Actualmente, la obra pertenece a la colección de arte de la Fundación Caixa Galicia.

Óscar Domínguez y su Contribución al Surrealismo

Domínguez fue el único artista canario que, debido a su participación en el grupo surrealista francés, alcanzó celebridad internacional. Su máxima aportación a este movimiento, que otros autores utilizaron posteriormente, fue la de un nuevo procedimiento pictórico conocido como decalcomanía. Esta técnica consiste en aplicar otro papel sobre una superficie cubierta de color muy diluido y, al desprenderlo, se obtiene una huella y una mancha irregular dejada por el azar del color.

Descripción y Simbolismo de El Drago

En El Drago, el protagonista es un majestuoso ejemplar de drago que ocupa el centro del cuadro. Sobre su copa descansa un león, símbolo del deseo. El árbol hunde sus raíces en un piso de lava incandescente que vemos en corte estratigráfico. A la derecha, la tierra se ondula tomando la forma de una pierna de mujer sobre la que hay un piano de cola negro, metáfora del arte. En el lado izquierdo, un elemento parecido a un abrelatas, muy recurrente en su obra, parece cortar el drago. Esta obra responde a la visión idealizada que el autor tenía de Canarias después de tantos años viviendo en París.

El Drago: Un Árbol Mítico

Pocos árboles están tan envueltos en una aureola mítica como el drago. Su aspecto ha contribuido a que haya sido objeto, desde la más remota antigüedad, de leyendas, simbolismos y atribuciones anímicas sorprendentes. La sangre de drago, conocida por sus propiedades tintóreas y farmacológicas, era ya conocida en la Roma Imperial hace 2.000 años. Sin embargo, no sería hasta después de la conquista cuando comenzó la exportación masiva de la valiosa savia a Europa.

Influencia de André Bretón y el Surrealismo

André Bretón, en su viaje a Canarias en 1935, relacionó el drago con los términos mágico y ancestral que tanto interesaban a los surrealistas. De hecho, Bretón denomina a Domínguez en su Diccionario Surrealista como Le Dragonnier, quedando el artista identificado para siempre con este árbol. Bretón escribió sobre su viaje a Canarias: “Hay un cuadro de Óscar Domínguez que representa un drago, el árbol sagrado que sólo se da allí, cuya savia es del color de la sangre humana, y que tiene a su pie un piano de cola. Me sorprendió. Es la forma de la isla”.

En la parte inferior del cuadro, un cuerpo femenino, situado bajo el piano en actitud explícitamente sexual, se funde con las raíces del árbol, creando claras imágenes surrealistas impregnadas de erotismo. El piano es un objeto muy usado por los pintores surrealistas y por Domínguez en particular, tanto por su romance con la pianista Roma como por ser la única posesión que el pintor mantuvo en su casa lagunera cuando su familia se arruinó. Sobre el drago se posa oníricamente un león, una de las figuras surrealistas más recurrentes, que se entiende como una metáfora del propio autor. El cuadro debe entenderse como un conjunto de imágenes oníricas.

Biografía de Óscar Domínguez

Óscar Domínguez nació en Tacoronte. Su padre era un terrateniente con extensas propiedades agrícolas. En 1927, su padre lo envió a París a casa de su hermana y su marido, el pintor Álvaro Fariña, para organizar la exportación del negocio platanero familiar. Aunque tuvo que regresar en 1928, al volver a París entró en contacto con el movimiento surrealista, y sobre todo con André Bretón. Este grupo marcó su trayectoria hasta que fue expulsado al acercarse a la pintura de Picasso.

Su primera exposición individual fue organizada por el grupo surrealista tinerfeño de Gaceta de Arte en 1933. Por entonces, sostenía una relación con una pianista polaca que lo acompañó a las islas y aparece en algunos de sus cuadros, como Retrato de Roma, El piano o Paisaje de Canarias. De esa época es también su famosa Máquina de coser electrosexual.

Últimos Años y Legado

Durante la Guerra Civil española, Domínguez se escondió en su isla natal y logró posteriormente marchar a París en un barco de fruta. Allí pasó la mayor parte del resto de sus días. Emprendió entonces su llamado “periodo cósmico”, uno de los más interesantes de su carrera, y estrechó su relación con Picasso. Durante la Segunda Guerra Mundial, se refugió de los nazis en Marsella, regresando posteriormente a París con Maud Bonneaud, quien años después se casaría con Eduardo Westerdahl.

La Nochevieja de 1957, se suicidó en París, abriéndose las venas en el baño de una fiesta que daba su amiga, la Vizcondesa de Noailles. El final de su vida estuvo marcado por una enfermedad que hacía crecer su cabeza de manera poco natural. Sus restos descansan en el cementerio de Montparnasse, junto a otros artistas.

El Surrealismo en Canarias

El Surrealismo completa el panorama de las vanguardias artísticas en Canarias, y sus fundamentos ideológicos encontraron un sustento válido en las páginas de la revista tinerfeña Gaceta de Arte. Esta publicación proclamaba los intereses de un arte vanguardista y constituyó un vehículo transmisor de gran significación en el concierto cultural de las islas.

El movimiento surrealista estuvo bastante vinculado a Tenerife, pues en esta isla se celebró en 1935 la Exposición Internacional de Surrealismo. Además, Bretón, después de su visita a la isla, publicó El Castillo estrellado, narración poética inspirada en la subida al Teide, donde se expone la estrecha relación alquímica existente entre el paisaje y el amor. Los dos representantes del surrealismo plástico en Canarias fueron Juan Ismael y Óscar Domínguez.

Características de la Pintura Surrealista

La pintura surrealista desdeña el arte producido por el pensamiento consciente y por la planificación racional de la obra. El artista no planea su creación, sino que la deja surgir llevado por lo irracional y por unos estados anímicos que liberan lo más profundo de sí mismo. Propugnan métodos pictóricos como el automatismo plástico conseguido a través de gestos inmediatos, por ejemplo, el frottage o la decalcomanía.

Las imágenes pintadas por los surrealistas son insólitas, sórdidas, absurdas, cómicas, trágicas, eróticas, con una prevalencia clara de la simbología sexual, de formas libres, incongruentes y enigmáticas que sorprenden y escandalizan. El ropaje o forma es figurativo, aunque no siempre. Usan otros procedimientos no exclusivamente pictóricos como la fotografía y el collage.

Principales Exponentes del Surrealismo

A los pintores surrealistas se les suele clasificar entre los que desarrollaron su trabajo en la figuración:

  • Dalí (La persistencia de la memoria, Las tentaciones de San Antonio)
  • Magritte
  • Tanguy
  • Delvaux

Y aquellos que llegaron a la abstracción:

  • Ernst (Los amantes)
  • Miró (Pájaro)
  • Masson

A la segunda generación del surrealismo pertenecen Óscar Domínguez, Brauner, Matta, Picasso, Chagall y Klee.

Influencias y Contexto Histórico

El precedente más claro de la obra de Domínguez, junto con Picasso, más importante al final de su carrera, es Dalí, del que toma la presencia de determinados elementos como el piano y los relojes, la imagen doble, las perforaciones, mutilaciones o el alargamiento de los miembros del cuerpo. Se diferencian en que Dalí es más racional y la pintura de Domínguez más poética. Dalí está preso de las formas y Domínguez del sueño. Domínguez es, en esto, más torpe. Dalí acaba las obras y Domínguez las realiza con prisa.

En cuanto a las referencias de los surrealistas en general, ellos se inspiran en los artistas que se interesan por el subconsciente: El Bosco, Brueghel, Goya o Arcimboldo. Además del arte, son fundamentales para comprender el movimiento las teorías de Freud y el psicoanálisis, así como el precedente del Dadaísmo.

El surrealismo es heredero directo del Dadaísmo y una respuesta del arte a la situación europea. Después de la Primera Guerra Mundial, el mundo había quedado totalmente destrozado y el surrealismo debe entenderse como una manifestación artística de reacción a un mundo en el que todo pierde sentido. Canarias quedó al margen de la situación europea por su aislamiento.

La década de los años 30, en la que Domínguez pinta sus cuadros más conocidos, es una época muy tumultuosa por varias razones. Primero, porque Europa vive la preparación a la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi de Francia, de la que él huye emigrando al sur del país. En segundo lugar, por la situación española, por el estallido de la Guerra Civil española; su padre había sido alcalde republicano de Tacoronte y, por sus ideas, él debe esconderse primero y luego huir en un barco a París.

La mayor parte de la carrera del pintor se desarrolla en París, convertida desde finales del siglo XIX en capital cultural del mundo. Sin embargo, esta capitalidad cultural terminará con la Segunda Guerra Mundial, desplazándose posteriormente a Estados Unidos.