El Despertar del Arte: La Prehistoria y sus Manifestaciones

TEMA: 1. “El Despertar del Arte: La Prehistoria” / Fundamentos Artísticos 2º.

NOCIÓN-CLAVE: Las primeras manifestaciones artísticas estuvieron

íntimamente relacionadas con el pensamiento mágico-religioso, fundamento de su deseo de supervivencia.

La prehistoria es el período artístico que precede a la civilización clásica, con una duración de unos 30.000 años. Es el arte propio de las edades de la piedra:

Paleolítico, Mesolítico y Neolítico. La Edad de los Metales sucede a la Edad de Piedra en la evolución humana y constituye la etapa final de la Prehistoria: Edad de Cobre (III milenio a.C.); Edad de Bronce (II milenio a.C.) y la Edad de Hierro (I milenio a.C.).

El hombre del Paleolítico, entregado a la caza, gustó de unas representaciones artísticas basadas en la captación de las siluetas y del movimiento. La pintura del Paleolítico, denominada Pintura Franco-Cantábrica (sur de Francia y norte de España: Lascaux y Altamira, respectivamente), se inicia en el 30.000 a.C. y se caracteriza por el dominio de la técnica pictórica, acercándose a su modo de vida y a sus creencias mágicas. También es conocido como arte parietal (aparece en las paredes-arte mural) de las grutas o cuevas.

  1. TEMÁTICA: temática animal, bisontes, caballos, ciervos…
  2. TÉCNICA, MATERIALES E INSTRUMENTOS: procedimiento graso que se adhería en la roca porosa. Sencillez de ejecución y larga perdurabilidad. Utilizaban los dedos, pinceles elaborados con cerdas (pelo de animal); buril de sílex (piedra) para esgrafiado…
  3. SOPORTE: muro de la cueva, piedra caliza.
  4. AGLUTINANTE: grasa animal, añadiendo pigmentos para su coloración.
  5. COLORES: óxido de manganeso (tonalidades negro-violáceas); óxido de hierro (tonalidades entre rojo-ocre); carbón, sangre…
  6. RECURSOS: aprovechar los salientes rocosos (texturas) aumentando la sensación de volumen, degradación tonal… Alto grado de verosimilitud, naturalismo.
  7. PERSPECTIVA: perspectiva torcida, exige diferentes puntos de vista: bisontes de perfil y cuernos de frente.
  8. COMPOSICIÓN: la composición no existe, no existen.

SIGNIFICADO: no tienen un carácter narrativo ni decorativo, sino mágico-religioso (ritual).

El ejemplo más significativo lo tenemos en las cuevas de Altamira (Santander, Cantabria), descubiertas en 1875-79 por Marcelino Sanz de Sautuola, destacando las bóvedas de las grutas (100 m²), una pintura mural con bisontes: técnica grasa, trazos lineales en negro-carbón, complementados con otros trazos, más amplios, en la gama de la tonalidad marrón-ocre, produciendo una degradación tonal que sugiere volumen y también el saliente de las rocas como recurso. Proporciones adaptadas a las medidas reales dan sensación de naturalismo. En cuanto a la profundidad, no existe, ya que no interesa representar un fondo paisajístico. Los bisontes se sitúan “flotando” sobre la bóveda, sin una referencia espacial concreta. Significado mágico-religioso, a modo de ritual.

La Pintura Levantina

Su denominación se debe a la ubicación de sus obras, repartidas por diferentes zonas del Levante español (Lérida, Teruel, Castellón, Valencia, Almería…), manteniendo todas ellas unas características similares, datadas entre el 6000 y el 1500 a.C.

Representan escenas humanas y de animales. Ya no pintan en el interior de las grutas, sino en abrigos rocosos abiertos al exterior, porque la vida en aquella época postglacial se realizaba ya en poblados al aire libre y no dentro de las cuevas. La temática abandona el sentido mágico para tratar asuntos de carácter narrativo, que cuentan la vida de la tribu, escenas de humanos solos u hombres con animales:

  • cacerías,
  • desfiles,
  • luchas,
  • danzas o rituales

que componen escenas con personajes colocados en un espacio que sugiere ser real.

La técnica posee una cierta continuidad con lo franco-cantábrico en cuanto a la utilización de colores al óxido de hierro (rojizos) y de manganeso (negros), pero su exposición al aire libre y los destrozos de visitantes han contribuido a una

conservación. El aspecto formal olvida la captación realista del Paleolítico para desarrollar una concepción esquemática de las figuras, arte esquemático a partir de siluetas principalmente. Pintura monócroma con una muy reducida gama de colores.

Estudio del movimiento y del espacio ya que componen una escena. Ej. Arqueros disparando a animales, guerreros desfilando o luchando… En algunos casos se observa un rudimentario tratamiento de la perspectiva. Por otro lado, aunque su grado de esquematización es alto en las figuras humanas, el estudio del movimiento y su ubicación en un espacio sugerido, proporciona a estas pinturas un elevado grado de naturalismo.

La identificación hombre-mujer también es posible en las pinturas levantinas bien por el tipo de ropaje o los atributos sexuales. En numerosas representaciones humanas es posible identificar la jerarquización del jefe por el tamaño frente al resto de los componentes del grupo. Las luchas entre ellos nos indican que la sociedad se está haciendo cada vez más compleja.

Los Orígenes del Arte Mueble: Las Primeras Esculturas

Durante el período del Paleolítico Superior, las pinturas rupestres fueron acompañadas de un nuevo modo de representación plástica: la escultura. Se trata de pequeñas tallas en materiales óseos (huesos, asta, marfil) o piedra. Destacamos los bastones de mando con una decoración esgrafiada de uso simbólico, expresando socialmente el poder del jefe de la tribu. Ej. Bastón de mando en asta de reno, Dordoña (Francia).

Las obras escultóricas propiamente dichas están compuestas por un conjunto de figurillas femeninas, denominadas venus, de un tamaño que oscila entre los cinco y los veinte centímetros. Destacaríamos el relieve de la venus de Laussel en Francia y la venus de Willendorf en Austria, datada en el 23.000 a.C. Esta pequeña obra de bulto redondo, de tan solo once cm de altura, está tallada en piedra de caliza como material. Su tratamiento formal se caracteriza por la exageración de los rasgos femeninos,

las caderas, los muslos o los pechos. Estructura anatómica siguiendo la ley de la simetría, propia del arte primitivo, eliminando cualquier rasgo facial. A pesar de su tamaño, la masa tiende a la pesantez. Su significado tiene un sentido mágico-religioso, serían exvotos para propiciar mágicamente la fecundidad de la tribu, tratando de evitar el envejecimiento y extinción, y con un sentido similar al de los animales preñados de las pinturas rupestres. Esa exageración de los atributos femeninos y el anonimato de su rostro dan a entender que no estamos ante una representación puramente naturalista de una mujer, sino ante una estatua-símbolo que contenía el concepto abstracto de la fecundidad-maternidad.

  1. MENHIR: monumento megalítico de tipología sencilla compuesto por una sola pieza de piedra, alargada y clavada verticalmente en el suelo. Su significado se relaciona con un alma errante o para limitar un campo sepulcral. Algunos superan los 20 metros de altura.
  2. CROMLECH: agrupación de menhires con dos disposiciones, en línea y en círculo. Se han relacionado con el culto al sol y a rituales mágico-religiosos.

Destacamos el de Stonehenge (Reino Unido) cuya construcción remonta entre el 1800 al 1700 a.C., remodelado hacia 1500 a.C. Los círculos de menhires se complementan con estructuras adinteladas de tipo dolmen.

3.- DOLMEN: monumento megalítico cubierto, con función funeraria y donde se han encontrado sepulturas colectivas con restos de ajuar. Construidos para evitar la venganza del muerto, proporcionándole el descanso eterno. Su tipología corresponde a una construcción con varias piedras verticales y, generalmente, una horizontal. Ej. Pedra Gentil (Barcelona).

4.- CUEVAS: en la Península Ibérica se dan unas originales formas evolutivas del dolmen, las denominadas cuevas. Construcciones megalíticas cubiertas por tierra, con un corredor o largo pasillo con muros de piedra irregular y cubierta adintelada a modo de dolmen. El corredor conducía a una o varias cámaras sepulcrales cubiertas con falsa bóveda por aproximación de hiladas. Ej. Cuevas de Menga y El Romeral (Antequera, Málaga) y Los Millares (Almería).

El arte de la Prehistoria conecta con diferentes manifestaciones artísticas posteriores como el Land Art de Robert Smithson, “Spiral Jetty”, 1970; Richard Long, “Huellas de un Nómada: Six Stone Circles”, 1981; Andy Goldsworthy, “Semilla”, 2000.

El Land Art (arte de la tierra), la naturaleza y sus elementos se convierten en objeto artístico.

En la historia del diseño gráfico se hace referencia a las pinturas rupestres levantinas con su concepción esquemática, simplificada, a modo de silueta como pictogramas conectando con el ámbito de la señalética en el diseño, etc.


TEMA 2: “El Próximo Oriente: Mesopotamia, Persia y Egipto” / Fundamentos Artísticos 2º B. Artes.

Las culturas del Próximo Oriente se extendieron en una amplia área geográfica que tuvo su núcleo central en Mesopotamia (entre el río Tigris y Eúfrates) y cuyo radio de acción abarcará a sumerios, acadios, asirios, babilonios y persas que serán algunas de estas primeras civilizaciones históricas que, junto a Egipto, nos cedieron su excepcional legado artístico.

Evolución de Mesopotamia:

  1. Sumerios y acadios (3500 a.C): construyeron los primeros diques (muro grueso para contener la fuerza del agua, embalsarla o reconducirla) y las ciudades Estado. Inventaron la escritura (cuneiforme sobre tablillas de arcilla). Inventaron la rueda. Surgen un conjunto de ciudades-estado: Uruk, Ur, Uma…
  2. Babilonios y asirios (1950 a.C.): crece, domina y crea el Imperio Babilónico (Hammurabi, rey babilónico). Asirios conquistan Babilonia (Asurbanipal, rey asirio).
  3. Persas y griegos (539-331 a.C.): persas conquistan el Imperio Babilónico y en el 331 a.C. los griegos conquistan la zona con Alejandro Magno.

La aparición de estas culturas agrarias obligó a combinar el fervor religioso con la exaltación real, surgiendo un fuerte poder político, imprescindible para la organización del campo y el gobierno de las ciudades.

Noción-clave: el arte mesopotámico estuvo desde sus orígenes ligado a la religión que guiaba la vida del pueblo y orientaba las decisiones de los.

Arquitectura: Templos y Palacios

Para la construcción de la casa de los dioses o de los soberanos, en una zona donde la piedra escasea, se utilizó un nuevo material, el ladrillo, superando las dificultades técnicas que supuso la arquitectura megalítica. El más utilizado era el ladrillo crudo o sin cocer (adobe); el auténtico ladrillo cocido solía emplearse en el revestimiento exterior de los edificios; para su unión se utilizaba el betún (mezcla de sustancias orgánicas que funcionaba como pegamento impermeable) en algunas construcciones.

Los elementos constructivos estaban compuestos por gruesos muros de carga, arcos de medio punto y sistemas adintelados y bóvedas como cubiertas.

Entre la tipología de edificios, destaca el templo, que los sumerios denominaban eanna o “casa del cielo”; del templo dependían los campesinos, que pagaban un impuesto para su mantenimiento. Ej. Templo de la diosa de Uruk, 3700-2900 a.C.: planta rectangular en la que se inscribe un espacio en forma de.

La tipología arquitectónica más conocida es la del zigurat, construcción compuesta por varias terrazas superpuestas, en cuya cima se eleva un templo. Ej. Zigurat de Ur, época Neosumeria (2150-2015 a.C.) y se asienta sobre una planta de 60 m de lado por 45 de ancho, con una altura estimada en 21 m en tres pisos (parcialmente en ruinas). Materiales: adobe en los volúmenes internos, mientras los paramentos murales iban revestidos con ladrillos cocidos unidos con asfalto (mezcla de sustancias orgánicas). Su diseño se estructura en un conjunto de terrazas con los muros en talud reforzados con anchos contrafuertes. Grandes rampas escalonadas dan acceso a la puerta de entrada, y en el tercer nivel se levantaba el templo, de planta cuadrangular. Su objetivo es acercar el templo al cielo. Función religiosa aunque también se haya aludido a la observación astronómica.

Babilonia (2300 a.C) fue una antigua ciudad de la Baja Mesopotamia y durante varios siglos fue considerada un importante centro de comercio, arte y aprendizaje.

Dentro de estas ciudades se encontraban los templos, destacando el de Babilonia. Se trataba de una ciudad amurallada con puertas cerámicas. Ej. Puerta de Ishtar, s. VI a.C. Se trata de una de las ocho puertas monumentales que daban entrada a la ciudad de Babilonia. Construida en el 575 a.C. Descubierta por las campañas arqueológicas alemanas entre 1902 y 1914. Consta de tres cuerpos, dos laterales en forma de tetraedros (cuadrados), y un cuerpo central con un vano cubierto por una bóveda de cañón y coronada por almenas. Materiales: adobe y cerámica vidriada, destacando el color azul elaborado a partir de lapislázuli, el dorado, el blanco y el negro. Decoración geométrica y animal: leones, cabras, seres fantásticos… Función y significado: dar entrada a la ciudad de Babilonia a través de su muralla, además de cumplir una función.

La Escultura Mesopotámica: Las Imágenes del Poder

La escultura (bulto redondo/relieve) nace con la civilización mesopotámica, entroncando con las de la Prehistoria pero abandonando ahora su carácter votivo para convertirse en verdaderas imágenes del poder.

En la escultura exenta o de bulto redondo destacan:

  1. Administrador Ebih-Il: 2900-2330 a.C. época sumeria. Escultura sedente (sentada). Realizada en mármol de alabastro. Alto dignatario en actitud orante que responde a convencionalismos como la ley de frontalidad y simetría. Esquematización en el rostro y barba, ojos almendrados, nariz aquilina (curvada), torso desnudo, de aspecto solemne. Simplificación en la indumentaria con falda imitando lana y siguiendo un ritmo.
  2. Príncipe Gudea de Lagash: 2150-2015 a.C. época neosumeria. Escultura sedente tallada en diorita negra. Exaltación del príncipe-sacerdote. Características parecidas a la anterior. Hay un intento de naturalismo pero muy incipiente (pliegues en el ropaje, muy plano). Esgrafiado en la falda con inscripciones en escritura cuneiforme.
  3. Cabeza de Naram-Sin: 2350-2200 a.C. época acadia. Técnicas de fundición en bronce. Rey de labios prietos y ojos rasgados. Expresa carácter fuerte y vigoroso.

Gorro ceremonial y barba ornamentada (porte regio).

Los Lamassus o Toros Alados: Escultura Monumental Asiria

Escultura monumental de época asiria hacia el siglo VIII a.C. Muro de piedra decorado con pareja de toros alados androcéfalos de grandes proporciones llamados Lamassus. Guardianes de las puertas de muchas ciudades y palacios. Cabeza de hombre-androcéfalo – ahuyentaban al enemigo y a los espíritus maléficos. Iconografía de divinidades mitológicas con muchos mensajes: cuerpo de toro asociado al poder; cabeza humana que podría reproducir al rey que gobernaba con corona en forma de tiara; garras de toro o de león y alas de águila o halcón (vinculadas al sol como en el antiguo Egipto).

Añadían o esculpían cinco patas para conseguir un doble efecto visual, de frente parece quieto; de perfil dan la impresión de movimiento. Su función atiende a la divinidad protectora de los asirios. Ejemplo significativo en el Palacio de Sargón II llamado de Jorsobad.


TEMA 3: “El Legado Egipcio: La Figura del Faraón” / Fundamentos Artísticos.

Noción-clave: La creencia en la figura del faraón como un dios viviente y el deseo de alcanzar la vida de ultratumba, a través de complicadísimos rituales, conllevaron las bases sobre las que se fundamentó el arte egipcio.

La cultura egipcia fue una de las primeras sociedades urbanas, localizada junto al río Nilo, mayoritariamente en el extremo noroeste de África. Sistema de gobierno dominado por el faraón, hijo del dios Ra. Un arte teocrático, al servicio del soberano y la religión (politeísta). Creencia en la vida de ultratumba. La vida sedentaria dio lugar a obra civil en ciudades: urbanismo e infraestructura.

Este arte se vio condicionado por toda una serie de factores que van desde lo religioso hasta lo social y ambiental. El antiguo Egipto se constituyó en una teocracia (sistema político en el cual los sacerdotes o los príncipes, en su calidad de ministros de Dios, ejercen el poder político) cuya cabeza era el faraón, hijo de Ra, convertido así en un verdadero dios viviente, en torno al cual giraba la mayor parte de la producción artística. Una creencia religiosa determinante para el desarrollo artístico fue la vida de ultratumba. Para poder iniciar el viaje al “más allá”, los dos principios constitutivos del ser humano, el ba – reflejo inmaterial o alma – y el ka – fuerza vital – deberían permanecer unidos. Este requisito se cumplía mediante la momificación del propio cuerpo y la elaboración de una escultura del mismo o doble del difunto, en un mismo espacio. Cumplido el rito, el difunto podía subir a la barca del Sol-Ra y, al ponerse en el ocaso, descender al mundo inferior, pues creían que la tierra era plana y el sol pasaba por debajo – mundo de ultratumba – para volver a salir.

Las Obras Funerarias

La primera forma arquitectónica funeraria en Egipto es la mastaba (Época Tinita, 3100-2682 a.C. e Imperio Antiguo, 2686-2181 a.C.). De base rectangular, techo plano (adintelado) y muros laterales en talud (muros laterales inclinados). Los primeros casos se realizaron en ladrillo, sustituido después por sillares perfectamente labrados en piedra. Utilizadas en primer lugar por los faraones y después por los altos dignatarios. La momia se encontraba en la cámara mortuoria a modo de pozo excavado; otra estancia era el serdab (habitáculo generalmente sin acceso donde se guardaba la escultura del doble del difunto, junto a diversas estatuillas y símbolos funerarios); también destacamos la capilla de las ofrendas donde se realizaban los cultos de atención al difunto. Las mastabas solían agruparse en conjuntos, dispuestos geométricamente formando calles, lo que daba lugar a auténticas ciudades de los muertos o necrópolis. Ej. Mastaba de Ti (Saqqara, necrópolis de la ciudad de Menfis a unos 30 Km de El Cairo).

La pirámide será la forma típica de enterramiento real durante el Imperio Antiguo (2686-2181 a.C.). Perfecta ejecución de la obra y grandiosidad de sus proporciones matemáticas. Como material se utilizó la piedra, trabajada en grandes sillares sin dejar fisuras en sus uniones. La tipología piramidal será una evolución de la mastaba que prolonga sus aristas hasta concluir en un vértice. Sus estancias serán las mismas que en la mastaba: cámara mortuoria, serdab y capilla de ofrendas, aunque su disposición interna sea más compleja (largos corredores salpicados de trampas que evitaran la profanación del rito de ultratumba). Estos edificios estaban precedidos por templos funerarios, dedicados al culto del difunto. Algunas pirámides fueron concebidas bajo artificios numéricos como la de Keops que recoge ciertas medidas astronómicas. Las cuatro aristas simbolizan los rayos del Sol-Ra, protegiendo a su hijo el faraón. Su forma apuntada y su gran elevación las hacía visibles desde lejos, conformando el símbolo del poder político, plasmado en la magnificencia constructiva del rey.

Es a partir de la III Dinastía cuando los reyes deciden sustituir la mastaba por la pirámide con el faraón Zoser quien levantó la pirámide escalonada. Los casos más significativos son las pirámides de Gizeh, levantadas por los reyes denominados “grandes constructores de pirámides” de la IV Dinastía. Se trata de tres edificaciones con sus respectivos templos funerarios, destacando la de Keops con 146 m de altura; Kefrén (143 m de altura y acompañada por la famosa esfinge que representa al propio faraón junto a su templo funerario), y a Micerinos (65 metros).

Las Formas Escultóricas en el Arte Egipcio

La escultura egipcia llegó a tener dos modos de expresión un tanto diferentes según se representara a personajes sobrenaturales o a mortales humanos. Los faraones llegaron a ser considerados como seres sobrenaturales, hijos del Sol-Ra y, por tanto, dioses vivientes; de ahí su tratamiento formal con sus características, incluso haciéndose extensivos a otros miembros de su familia.

La escultura real hizo uso de la piedra como material con el que se esculpían piezas exentas, casi de bulto redondo, pero adheridas a muros o altos tronos, consiguiéndose así obligatoriamente su contemplación frontal, convirtiéndose en un arte estereotipado y lleno de convencionalismos, tales como la ley de la simetría y la ley de la frontalidad. El estudio anatómico, aunque proporcionado, no entra en detalles, produciendo una visión superficial e idealizada del representado. Los paños suelen ser escasos de pliegues y dan una sensación de rigidez en las figuras masculinas, mientras que en las femeninas se adaptan al cuerpo. En cuanto al tratamiento psicológico, sus rostros son inexpresivos, con la vista perdida al infinito, dando lugar a imágenes distantes, frías, alejadas del espectador, hieráticas (solemnes e inexpresivas) ya que su función es presentar al faraón como un dios, distinguiéndolo de los mortales. Esta ausencia de movimiento, estatismo, sugiere atemporalidad y, por consiguiente, eternidad. Ejemplos significativos: “El faraón Kefrén”; la “Triada de Micerinos”… En el caso del príncipe “Rahotep y su esposa Nofret”. Aunque siguen las características citadas, la policromía de los cuerpos los dota de una apariencia más naturalista.

  1. La Triada de Micerinos: talla en piedra que representa al faraón del mismo nombre, de la IV Dinastía, acompañado de la diosa Hathor, a su derecha y de su esposa a su izquierda. Las figuras se encuentran sobre un pedestal unido a un muro en el que se apoyan. Esto se explica por la técnica de talla utilizada, propia de los egipcios ya que esculpen las piezas a partir de bloques cúbicos en los que, previamente, se diseñaba el frente y el perfil de las obras.
  2. El estudio anatómico se caracteriza por la ejecución proporcionada de los cuerpos, aunque de apariencia sintética e idealizada. El tratamiento de los paños es convencional, faldellín del faraón, como en los ajustados vestidos de sus acompañantes, entreviendo su topografía corporal. Los rostros, a pesar de su leve sonrisa, resultan inexpresivos. La frontalidad queda asegurada por la composición.
  3. Convencionalismos evidentes de la estatuaria egipcia: posición de brazos, pegados al cuerpo, atendiendo a una composición cerrada. Estatismo aunque se aprecie un incipiente movimiento del faraón con una pierna adelantada. La barba postiza es también típica de las representaciones faraónicas así como los puños cerrados.

El estudio iconográfico nos muestra al faraón como hijo del Sol-Ra, situado entre lo divino y lo humano, la diosa Hathor como diosa de la fecundidad cuyo atributo es la vaca, de la que porta sus cuernos y el símbolo divino del disco solar; a su izquierda se encuentra otra figura, expresión de lo terrestre e identificada como su esposa o como una provincia. En definitiva, la obra en cuestión es un exponente claro del arte real, rígido, hierático y estereotipado, que representa al faraón como un ser superior, distinto a los mortales.


La pintura egipcia se valió de una técnica mixta para la ejecución de sus murales y consiste en la utilización del fresco en primer término (técnica de pintura mural que consiste en la aplicación de colores disueltos en agua) y temple (aglutinante que se añadía a un pigmento en polvo). Los recursos expresivos por el relieve son similares a los de la pintura y están ligados a estereotipos y convencionalismos: arte rígido que experimentó muy pocos cambios en su larga trayectoria. Predomina el dibujo sobre el color, una línea constructiva mediante contornos y dintornos, creando zonas posteriormente coloreadas con tintas planas (sin degradación tonal). Disposición de las figuras siguiendo un convencionalismo en su disposición: cuerpo de frente, cabeza y piernas de perfil. La profundidad no existe ya que las figuras aparecen en un solo plano. Se usa el primitivo recurso de la repetición de perfil, sugiriendo la superposición de una figura sobre otra para intentar crear la sensación de que hay varios planos de profundidad. Las escenas se estructuran por registros, bandas con filas de personajes en un solo plano. Movimiento muy limitado, la ausencia de volumen y profundidad hacen que estas representaciones sean planas no realistas.

La pintura y el relieve poseen una rica iconografía con una doble temática:

  • imágenes de la vida de ultratumba
  • escenas de la vida real.

Ubicadas en las tumbas, se quería dar una muestra de cómo era la vida del difunto en la tierra (representaciones de siervos y sirvientes con sus tareas en agricultura, pesca, etc.), y cómo será en el “más allá” (faraones acompañados de sus dioses, Osiris, Anubis, la Barca de Ra, la realización de la psicostasis -peso del alma-, etc.).

Ejemplos significativos: pinturas de la tumba de Ramsés I (Imperio Nuevo, XIX Dinastía).