La Antigua Grecia
En la antigua Grecia, se creía que la vida humana solo podía alcanzar la plenitud mediante el contacto con los demás. Es decir, para ser felices necesitábamos crecer como personas en sociedad. Para ellos, la ética y la política estaban enlazadas, ya que tenían la misma finalidad: la felicidad y el bienestar de las personas.
Platón y la Sociedad Ideal
Platón tenía un modelo de sociedad ideal. Según él, los humanos podían llegar a desarrollarse plenamente según sus características personales. Platón clasificaba a los seres humanos en tres tipos de alma, según la que predominara en cada cual, y dependiendo del alma, debían desempeñar una función que se les ajustara.
- Alma Concupiscible: Dominada por el apetito. Estas personas se preocupan por sus bienes materiales, por lo cual deberían dedicarse a la producción de bienes (agricultura, ganadería).
- Alma Irrascible: Caracterizada por ser apasionada y combativa. Según Platón, deberían ser soldados y dedicarse a proteger y defender a los demás, ya que sus principales intereses son el honor y la pasión.
- Alma Racional: Interesada por el conocimiento y la sabiduría. Por su superioridad intelectual, pueden llegar a comprender la filosofía y, después de un largo camino, pueden apreciar la verdadera realidad y sabiduría. Para Platón, los filósofos deberían gobernar.
Aristóteles y las Formas de Gobierno
Aristóteles, discípulo de Platón, no compartía la misma filosofía política. Él quería mostrar cómo funcionaba realmente la sociedad. Aristóteles reconoció que hay muchas formas de gobierno diferentes. Estas maneras de organizar la sociedad son justas cuando se busca el bien común y son injustas cuando buscan el bien particular.
Según Aristóteles, hay tres formas de gobierno justas:
- Monarquía: El mando lo lleva un individuo.
- Aristocracia: El gobierno depende de un grupo de personas.
- Democracia: El poder lo tiene la mayoría del pueblo.
Sin embargo, estas formas de gobierno pueden ser corrompidas cuando en lugar del bien común se persigue el bien particular:
- Tiranía: El rey se interesa en su beneficio individual y no en el del pueblo.
- Oligarquía: El gobierno solo beneficia los intereses de su grupo.
- Demagogia: La democracia corrupta hace que el grupo de mayoría abuse de su poder y no respete a las minorías.
La Edad Media y el Surgimiento de un Nuevo Pensamiento
En la Edad Media, la política y la fe estaban estrechamente enlazadas, no solo en la filosofía, sino también en la organización social. La religión y el Estado dependían entre sí. Existían dos órdenes: la espiritual, promovida por la Iglesia y con el Papa como máximo exponente, y la mundana, que se ocupaba de cosas más materiales como la justicia. A finales de la Edad Media, surgió una revolución del pensamiento político, y la religión y el Estado comenzaron a separarse.
La Edad Moderna y las Teorías Contractualistas
En la Edad Moderna, la mayor preocupación era encontrar una forma de gobierno a seguir. Por esto, se inician las teorías contractualistas, donde se formula una hipótesis (estado de naturaleza, pacto y sociedad civil) para determinar cuál forma de gobierno utilizar.
Siglo XIX: Interpretaciones Antropológicas
Las interpretaciones filosóficas confían en la razón para desentrañar la clave del comportamiento humano. Sin embargo, no todos los autores coincidían con esa perspectiva. En el siglo XIX, surgieron interpretaciones antropológicas interesadas en estudiar los elementos oscuros que influyen en las personas. Los maestros de la filosofía fueron los primeros en “sospechar” que las interpretaciones tradicionales eran insuficientes. Ellos también pensaban que existen elementos ocultos que influyen decisivamente en nuestro comportamiento.
Marx y el Trabajo
Marx le otorga una gran importancia al trabajo humano. Lo que diferencia a los seres humanos de los animales es la capacidad de transformar la naturaleza de manera creativa. En el trabajo, los seres humanos empleamos la creatividad, la razón y la imaginación; por eso, el trabajo es una actividad liberadora y creativa que manifiesta nuestra verdadera condición humana. En la sociedad industrial, el obrero siente un curioso malestar. El obrero que trabaja en una sociedad capitalista es esclavizado y tratado como una máquina; así, se experimenta la alienación. El obrero no puede ver satisfecho el producto, ya que no es de su propiedad.
Nietzsche y la Afirmación de la Vida
Todo el pensamiento de Nietzsche es una afirmación del valor irrepetible de la vida individual. Para comprender al ser humano, el punto de partida debe ser la vida. El vitalismo de Nietzsche afirma la importancia de la vida, entendida como una experiencia individual llena de intensidad y plenitud. Nietzsche criticó la filosofía occidental por no reconocer la importancia de la vida humana. Siempre han insistido en el valor ultramundano de los elementos espirituales, considerando así al alma como la parte noble y valiosa de nosotros, mientras que a lo material lo tratan con desprecio y rechazo. Según Nietzsche, el principal causante fue Platón con sus dualismos, dejando en un lugar superior la parte espiritual. El segundo causante fue el cristianismo con el concepto de pecado.