El Culteranismo en la Literatura Barroca: Exuberancia y Belleza Formal

El Culteranismo en la Literatura Barroca

En este movimiento, la belleza formal es primordial, manifestándose en una ornamentación exuberante. Se trata de una poesía de la imaginación y los sentidos, que pretende crear un mundo de belleza absoluta trascendiendo la realidad. El asunto, aunque nimio, se reviste de un estilo esplendoroso. Se busca la belleza absoluta con la intención de llamar la atención sobre la propia lengua, utilizando numerosos recursos retóricos, especialmente la metáfora con asociaciones insospechadas, la metonimia, imágenes brillantes y recursos fónicos que buscan la musicalidad, como aliteraciones, paronomasias y palabras esdrújulas. La sintaxis también es compleja, con hipérbatos, enumeraciones, encabalgamientos y cultismos léxicos latinos.

Características del Culteranismo

  • Preocupación por la belleza formal.
  • Tendencia a la idealización de la realidad.
  • Ornamentación exuberante.
  • Búsqueda del esplendor estilístico.
  • Lengua literaria bella, artificiosa, sensual y colorista.
  • Sintaxis latina: hipérbatos, encabalgamientos, perífrasis, correlaciones y plurimembraciones.
  • Vocabulario: incorporación de cultismos y de voces coloristas y sonoras.
  • Recursos semánticos: metáforas, metonimias, imágenes.
  • Recursos fónicos: aliteraciones, paronomasias, palabras esdrújulas que dan musicalidad al verso.

Métrica

En cuanto a la métrica, se utilizan composiciones renacentistas de origen italiano: el soneto, la octava real, la silva, los versos endecasílabos y heptasílabos, cuyo uso se perfecciona e intensifica. También se cultivan estrofas propias de la lírica popular: romances, letrillas (composición poética amorosa, festiva o satírica, dividida en estrofas, con un estribillo que repite el concepto general) y poemas con formas y temática populares, como cantos de segadores, de vendimia, de bodas, que también se introducen en el teatro. Los romances de esta época, firmados por autores conocidos, constituyen el llamado Romancero nuevo. Tanto las estrofas cultas como las populares se utilizan para temas diversos y muestran una gran complicación formal, lograda mediante la acumulación de elementos.

Temas

En el Barroco, se retoman los temas del Renacimiento: amorosos, mitológicos, el carpe diem, el beatus ille, religiosos, patrióticos; aunque, en general, con una visión de desengaño, que lleva a actitudes y planteamientos pesimistas. Un mismo poeta puede abordar un tema de forma estilizada e idealista o rebajarlo hasta lo grotesco o paródico. Estos contrastes, presentes en un mismo autor o texto, buscan causar asombro. La obra de arte debe ser artificiosa, no una copia de la naturaleza. Los temas se cargan de ideas contrapuestas, las figuras se retuercen y exageran, los poemas se llenan de retórica y cultura, la historia y la mitología conducen a ingeniosas asociaciones.

El Amor

Sigue los presupuestos petrarquistas. Se expresa en caprichos galantes, sutilezas sentimentales de gran sensualidad y con una expresión típicamente barroca. Es una pasión recargada de extrema melancolía o dolorosa desesperación, asociada a la muerte. Se conserva la visión cortesana de la divinización de la dama. El poeta, en humilde sumisión, soporta la indiferencia de la dama y se hunde en profundo sufrimiento, debatiéndose entre el deseo y la razón, expresado en imágenes contradictorias (hielo abrasador, dulce llama). El amor no es efímero, sino eterno, perdura más allá de la muerte (Quevedo).

La Naturaleza

Pierde las resonancias platónicas y toma formas extremas con una profusión decorativa de frutos, flores y pájaros, creando una literatura brillante y colorista. Deja de ser el lugar idílico del Renacimiento. El artista barroco recrea entornos artificiales llenos de exuberancia, con el exceso formal propio de la época. También es el lugar donde los escritores buscan sosiego y huida de las intrigas cortesanas, reflejado en el tópico renacentista del beatus ille, renovado en el Barroco con el Menosprecio de corte y alabanza de aldea.

La Mitología

Los escritores aluden a personajes o sucesos mitológicos o recrean fábulas y poemas mitológicos completos (propio del Barroco), entendidos solo por una minoría culta. La mitología funciona como asunto noble que se convierte en belleza o como juego retórico que, por contradicción expresiva, puede convertirse en parodia. El culteranismo muestra predilección por los motivos clásicos, especialmente la mitología.