2.4. Los primeros núcleos de resistencia cristiana. Principales etapas de la Reconquista. Modelos de repoblación
Los primeros focos de resistencia surgieron en la franja cantábrica y los Pirineos y llegarían a formar los grandes reinos cristianos peninsulares. Sirvieron de contención a una posible expansión islámica hacia el Norte y recibieron apoyo del Imperio de Carlomagno. La fundación del reino
Astur suelen situarse en el 718 con la proclamación como rey de Pelayo, noble visigodo victorioso en la batalla de Covadonga (722). Alfonso II “el Casto” establecíó su capital en Oviedo y durante su reinado fueron hallados los restos del apóstol Santiago en Compostela. Alfonso III lo transformó en el reino de León. En el siglo X el conde
Fernán González reunirá varios territorios dispersos y formó el condado de Castilla. El reino de Pamplona, futuro reino de Navarra, surgíó en el siglo IX; una política de enlaces matrimoniales permitíó la incorporación del condado de Aragón. El máximo prestigio y expansión se alcanzará en el Siglo XI con Sancho III, el Mayor. En torno a Jaca, a comienzos del Siglo IX surgíó el condado de Aragón, que tras la citada uníón con Navarra y a la muerte de Sancho III, surgirá como reino con Ramiro I en el Siglo XI. Un conjunto de condados vasallos de la monarquía carolingia desde el siglo VIII (Marca Hispánica) serán el origen del Condado de Barcelona bajo el mando de Wifredo el Velloso; Borrell II en el Siglo X aprovechó el final de la dinastía carolingia para ganar autonomía. El matrimonio del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV con Doña Petronila, hija del rey de Aragón en el Siglo XII constituye el origen de la Corona de Aragón y Cataluña.
La reconquista fue un proceso de expansión territorial de los reinos cristianos a expensas del Al-Ándalus, estimulados por las exigencias económicas de los señores feudales que necesitaban nuevos espacios.
1.- Del siglo VIII al X. Superioridad militar islámica, los reinos cristianos se limitaron a ocupar territorios casi despoblados –tierra de nadie- en el valle del Duero.
2.- En el Siglo XI el califato entró en crisis y se fragmentó en reinos de taifas. Alfonso VI, rey de Castilla y León conquista Toledo en 1085. Los musulmanes reclaman la ayuda de los almorávides que frenan el avance cristiano con victorias como las de Sagrajas, Consuegra y Uclés. Aragón se extiende hasta el valle medio del Ebro, tomando Zaragoza en el 1118.
A mediados del Siglo XII coincidiendo con la decadencia almorávide se culmina la conquista del Valle del Tajo, tomando Lisboa y del valle del Ebro hasta Tortosa.
3.- En la 2ª mitad del Siglo XII, el poder de los almohades y las disputas entre los reyes cristianos frenaron el avance conquistador que se limitó a los cursos altos de los ríos Turia, Júcar y Guadiana.
4.- En el Siglo XIII los reinos cristianos se unen en un ejército que derrota a los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (1.212) y despeja el camino hacia el valle del Guadalquivir. En Aragón Jaime I, el Conquistador, se anexiona Mallorca, Ibiza y el reino de Valencia. Portugal conquista Faro; y Castilla culminó con Alfonso X el Sabio, la conquista de de Andalucía y se incorporó el reino de Murcia. Sólo siguió el estado musulmán en el reino nazarita de Granada.
La repoblación fue un fenómeno paralelo a la reconquista que consistíó en la ocupación y explotación económica de los territorios conquistados por los cristianos al Al-Ándalus.
Del siglo VIII al X en los territorios casi despoblados al Norte del Duero y al pie del Pirineo se repobló mediante la presura o aprisio. Consistíó en la ocupación de una tierra despoblada por quien la iba a explotar. Como resultado surgíó una zona de pequeñas y medianas propiedades de hombres libres.
2.5. Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, régimen señorial y sociedad estamental
En la Edad Media, los reyes ocupaban la cima del poder feuda y, por tanto, era el señor de todos los habitantes de reino y la principal representación del poder político. Aunque, en realidad, su poder estaba limitado por la autonomía de los señoríos y los privilegios de la nobleza y el clero.
El rey era la figura fundamental del gobierno, pero en torno a él fue creándose un grupo de personas que le ayudaban en estas tareas, al que se denominó corte o curia regia
. A partir del Siglo XIII surgieron nuevas instituciones como los Parlamentos o las Cortes. Su origen está en las reuniones extraordinarias de la corte real, en la que se integró el grupo o brazo de los ciudadanos, formado por representantes de las ciudades, miembros todos ellos de la oligarquía urbana. Ante situaciones graves, el rey convoca reuniones de Cortes para debatir los temas propuestos. En estas reuniones los participantes se agrupan en función de las tres categorías sociales medievales (brazos o estamentos): nobleza, clero y estado llano o ciudades.
El principal cometido de las cortes era discutir y votar las peticiones económicas que realizaba el rey fundamentalmente la aprobación de recursos económicos para las campañas militares (subsidios), a cambio el rey se comprometía a tener en cuenta las peticiones de los diferentes estamentos. Por ello le interesaba contar con la burguésía, ya que la nobleza estaba en parte exenta de pagar impuestos. Empezaron a formalizarse a raíz del crecimiento de las ciudades y del auge de una rica burguésía que el rey deseaba incorporar a los órganos de gobierno, al lado de la nobleza.
Las primeras Cortes que se crearon en la Península fueron las del reino de León en 1188, y más adelante las del reino de Castilla en 1217. Con la uníón de ambos, las Cortes comenzaron a convocarse juntas, aunque también se reunieron por separado hasta el Siglo XV. Las Cortes castellanas mantuvieron siempre un carácter consultivo y de aprobación de los subsidios. Los poderes de las cortes de Castilla eran muy limitados, concretándose en el poder presentar quejas y hacer peticiones al rey, además de conceder impuestos y subsidios y aceptar la leyes.
En la Corona de Aragón, cada reino tenía sus propias Cortes (Cataluña 1214, Aragón 1247 y Valencia 1283). A diferencia de las de Castilla, gozaban de cierta función legislativa y votaban los impuestos. A partir del Siglo XIV se creó en Cataluña una delegación permanente de las Cortes, la Generalitat, cuya función era recaudar impuestos y vigilar por el cumplimento de las leyes.