El Barroco Español: Crisis y Esplendor en el Siglo XVII

Introducción

El Barroco, periodo que sucede al Renacimiento, se desarrolló en Europa y en los países hispanoamericanos durante el siglo XVII. Originalmente, el término, proveniente de las artes plásticas, tenía una connotación peyorativa al asociarse con la extravagancia, la exageración y el movimiento, contrastando con el equilibrio y orden renacentistas. Sin embargo, el Barroco representa una continuidad y evolución del Renacimiento.

Contexto Histórico Español

El Barroco español es una época paradójica. Mientras que en la cultura (literatura, pintura, música…) se vive un “Siglo de Oro”, la realidad histórica revela una profunda crisis:

  • Demográfica: La población disminuyó drásticamente debido al hambre, las epidemias y las guerras. La expulsión de los moriscos agravó el despoblamiento del campo.
  • Económica: España se encontraba en bancarrota debido a las guerras exteriores, los conflictos internos, la pérdida de población campesina, la disminución del oro de América, la mala gestión financiera y el despilfarro de la Corte, así como la ausencia de una burguesía emprendedora.
  • Social: La sociedad, estamental, se dividía en:
    • Nobleza privilegiada: Apenas pagaba impuestos.
    • Clero: Con enorme influencia social y cultural.
    • Militares: Formados por nobles, burgueses y desvalidos, con una creciente imagen de indisciplina.
    • Plebeyos: Burgueses y campesinos castigados con fuertes impuestos y afectados por las crisis económicas.
    • Miserables: Mendigos, pícaros, bandidos y ladrones, cuyo número aumentaba con la llegada de campesinos sin trabajo a las ciudades.
  • Política: La monarquía era autoritaria, pero el rey delegaba su gobierno en validos, como el Conde Duque de Olivares.
  • Religiosa: Se asumieron los principios católicos de la Contrarreforma, cuyo cumplimiento vigilaba la Inquisición. A la intolerancia religiosa se sumaba la obsesión por la “limpieza de sangre”, es decir, no tener ascendientes judíos o musulmanes.

Lírica del Barroco

En esta época, la desconfianza en la naturaleza humana era generalizada. Los sentidos engañan, la vida se percibe como un sueño, un engaño. El hombre, rodeado de falsas apariencias, transita hacia la muerte, mientras el tiempo lo destruye todo y conduce a la decadencia. Estos temas, propios de la literatura barroca, desembocan en una tendencia a la desproporción y al contraste: se presentan lo bello y lo feo, lo sublime y lo vulgar, buscando la sorpresa y la originalidad. Es una intensificación del Renacimiento.

Movimientos Literarios

En la poesía del siglo XVII destacan dos movimientos estéticos que buscan la originalidad y la admiración del lector mediante el ingenio: el conceptismo y el culteranismo. Esta literatura, elitista y dirigida a una minoría, busca un lector cómplice e inteligente, capaz de desentrañar su sentido. Aunque estudiados como contrapuestos, ambos movimientos expresan el descontento y desengaño del siglo.

Conceptismo

En el conceptismo, el contenido predomina sobre la forma. Se busca el concepto, utilizando juegos de palabras, antítesis, condensación de pensamiento y palabras con doble significado. Las figuras retóricas fundamentales son la elipsis y el laconismo. Los escritores conceptistas exprimen las posibilidades del lenguaje, relacionando realidades aparentemente dispares a través del concepto.

Características del conceptismo:

  • Sintaxis: Frase breve y sintética. “Lo bueno, si breve, dos veces bueno” (Gracián).
  • Vocabulario: Juego con los significados y dobles o triples sentidos de las palabras.
  • Recursos retóricos: Oxímoron, antítesis, paradojas, hipérboles, juegos de palabras (polisemias, dilogías, ambigüedades), elipsis.
  • Juegos fonéticos: Paronomasia, calambur, aliteración, onomatopeya.
  • Procedimientos intensificadores: Composición, derivación y neologismos.

Uno de sus máximos exponentes es Francisco de Quevedo.