1. El Auge de las Derechas Autoritarias y el Fascismo
1.1 Contexto de las Derechas Autoritarias
A comienzos del siglo XX, la sociedad europea sufrió una serie de catástrofes: la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y la Gran Depresión. Estas crisis desacreditaron el sistema liberal del siglo XIX, incluyendo instituciones como los parlamentos y los gobiernos representativos. En este contexto, surgieron movimientos políticos y sociales de derecha con carácter autoritario que rechazaban la democracia y buscaban la imposición del Estado sobre las masas. Estos movimientos, apoyados por diversas clases sociales y utilizando la propaganda política, dieron origen al fascismo, con ejemplos representativos como la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler.
1.2 Características de las Derechas Autoritarias
- Rechazo del mundo burgués: Sentían nostalgia por sociedades del pasado con mayor jerarquía, rechazaban la democracia parlamentaria y culparon al liberalismo de la decadencia nacional.
- Represión del marxismo: Perseguían, encarcelaban e incluso asesinaban a militantes de partidos políticos de izquierda, sindicatos y otras agrupaciones consideradas extremistas.
- Fuerte nacionalismo: Combinaban el nacionalismo con la xenofobia y el racismo, persiguiendo a las minorías culturales que consideraban una amenaza para la identidad nacional.
- Militarismo: Se apoyaban en los cuerpos armados del Estado, ejercían la violencia física para reprimir cualquier atentado contra el orden social e imponían valores militares a la sociedad civil.
1.3 Peculiaridades de los Movimientos Fascistas
Los movimientos fascistas se diferenciaban de otras derechas autoritarias por ser modernos y autodefinirse como revolucionarios. Sus rasgos distintivos incluían:
- Movilización de las masas a través de partidos modernos y el uso de propaganda y demagogia.
- Liderazgo carismático ajeno a los grupos sociales conservadores.
- Combinación de ideas irracionales, mitos y creencias con una fe ciega y casi religiosa.
2. El Nazismo en Alemania
2.1 La República de Weimar y la Ascensión del Nazismo (1918-1933)
Tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, Alemania adoptó un régimen democrático parlamentario conocido como la República de Weimar. Diversos problemas, como la derrota, el desorden económico, la debilidad del régimen, la división del parlamento y la crisis de 1929, permitieron el desarrollo del nazismo.
2.1.1 La Derrota en la Gran Guerra
El Tratado de Versalles, considerado humillante por muchos alemanes, impulsó el resentimiento y el auge de partidos nacionalistas y militaristas. En este ambiente, Adolf Hitler refundó el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán en Múnich en 1921.
2.1.2 El Desorden Económico
La hiperinflación y la crisis económica de 1923 afectaron gravemente a la población alemana. El antisemitismo se intensificó, con los judíos como chivos expiatorios de la crisis.
2.1.3 La Debilidad del Régimen
La República de Weimar enfrentó intentos revolucionarios, separatismos y golpes de Estado. La tolerancia hacia los golpistas de derecha y la represión del movimiento obrero crearon un clima de terror.
2.1.4 Las Milicias del Partido Nazi
Las SA (tropas de asalto) y las SS (policía militarizada) fueron instrumentos clave para la represión y el control social. Las SS, bajo el mando de Himmler, se encargaron de la seguridad y la administración de los territorios ocupados, así como de los campos de concentración y el exterminio judío.
2.1.5 La División del Parlamento
El sistema electoral alemán propició gobiernos de coalición inestables. El Partido Nazi, inicialmente rechazado, se integró en coaliciones de derecha gracias a su antimarxismo.
2.1.6 La Crisis de 1929
La crisis económica mundial benefició a los comunistas y a los nazis. En 1932, el Partido Nazi se convirtió en el más votado, y Hindenburg invitó a Hitler a dirigir el gobierno.
2.2 Los Nazis en el Poder (1933-1945)
Hitler consolidó su poder mediante una serie de acciones para suprimir la democracia, eliminar la oposición, imponer una economía de guerra y emprender una política exterior agresiva. Tras el incendio del Reichstag, Hitler decretó el estado de excepción, suprimiendo derechos democráticos y encarcelando a miembros del Partido Comunista. Prohibió todos los partidos políticos excepto el nazi, se autoproclamó Führer y controló todas las instituciones.
3. Alternativas Democráticas
3.1 Gran Bretaña
A pesar de los problemas económicos y la agitación obrera, Gran Bretaña mantuvo su sistema parlamentario gracias a su larga tradición democrática, un sistema electoral mayoritario, partidos políticos que aceptaban el sistema, un movimiento obrero organizado y un vasto imperio.
3.2 Francia
Francia también sufrió las consecuencias de la guerra, pero evitó el autoritarismo gracias a un sistema electoral mixto, la unión de la izquierda y los intentos de potenciar el poder adquisitivo.
3.3 Estados Unidos
Estados Unidos, relativamente aislado de los problemas europeos, experimentó prosperidad en la década de 1920. La Gran Depresión llevó a la presidencia a Franklin Delano Roosevelt, quien implementó el New Deal, un conjunto de políticas económicas y sociales que marcaron el inicio de la intervención estatal en la economía.
4. Balance de la Guerra
4.1 Las Víctimas
La Segunda Guerra Mundial causó entre 40 y 50 millones de muertos, incluyendo 6 millones de judíos exterminados.
4.2 Los Desplazamientos Masivos
Millones de personas fueron desplazadas, incluyendo prisioneros de guerra y trabajadores forzados.
4.3 La Represión Política y la Tortura
La guerra se caracterizó por la represión política, la tortura y el internamiento en campos de concentración y exterminio. Tras la guerra, se llevaron a cabo juicios contra los criminales de guerra nazis en Nuremberg.
4.4 Consecuencias Económicas
Europa quedó devastada y endeudada, mientras que Estados Unidos se convirtió en la principal potencia económica mundial.
4.5 El Nuevo Equilibrio del Poder
La guerra debilitó a las potencias europeas, Gran Bretaña perdió su imperio, Alemania fue dividida y Europa oriental quedó bajo la influencia soviética.