El Ascenso y Caída de la Dictadura de Primo de Rivera y su Impacto en España (1923-1931)

El Golpe de Estado de Primo de Rivera y la Suspensión de la Constitución (1923)

El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera ejecutó un golpe de Estado en Barcelona, suspendiendo la Constitución de 1876, disolviendo las Cortes y gobernando mediante decretos. Se prohibió la actividad de todos los partidos políticos y sindicatos. Los golpistas justificaron su acción por la inestabilidad y el bloqueo del sistema político parlamentario, el desprestigio del mismo debido al fraude electoral, el miedo de las clases acomodadas a una revolución social ante el auge de la conflictividad obrera y campesina, el aumento de la influencia del republicanismo y de los nacionalismos periféricos, y el descontento del ejército tras el desastre de Annual (1921).

Algunos historiadores sugieren que Primo de Rivera no buscaba acabar con un régimen corrupto, sino evitar su democratización. El cierre del Parlamento impidió esta vía. La dictadura fue una solución inconstitucional para frenar la reforma del sistema, que amenazaba a ciertas clases sociales.

El golpe, aceptado por el rey Alfonso XIII, apenas encontró oposición, salvo el PCE y algunos sectores de la CNT. La mayoría de la población se mostró indiferente. Durante más de seis años, el rey y el dictador compartieron el poder. Cuando la dictadura cayó (debido a la erosión del sistema, la edad del dictador, la oposición organizada y la crisis de 1929), la monarquía la siguió poco después. Fue una “dictadura con rey”, según el historiador Santos Juliá. Alfonso XIII llegó a decir a Víctor Manuel III: “Ya tengo a mi Mussolini”.

Se distinguen dos etapas en la dictadura:

El Directorio Militar (1923-1925)

Inicialmente, Primo de Rivera planteó una dictadura provisional para solucionar los problemas del régimen de la Restauración. En su primer manifiesto, reivindicó, con lenguaje regeneracionista y populista, la figura del “cirujano de hierro” de Joaquín Costa, expresando su voluntad de restablecer el orden público, solucionar el problema de Marruecos, acabar con la inestabilidad política y el caciquismo, y limitar las reclamaciones del nacionalismo catalán.

  • Se declaró el estado de guerra y se militarizó el orden público.
  • Se persiguió al comunismo y al anarquismo, logrando reducir atentados y huelgas.
  • En Marruecos, tras el desembarco de Alhucemas (1925) en alianza con Francia, Abd-el-Krim fue derrotado. En 1927, se completó la ocupación del protectorado.
  • La prometida regeneración política quedó en nada. Se redactaron Estatutos Municipales y Provinciales para erradicar el caciquismo, pero solo se cambiaron unos caciques por otros.
  • La política anticatalanista (disolución de la Mancomunidad de Cataluña en 1925) debilitó al nacionalismo moderado y fortaleció al radical, como Esquerra Republicana.

El Directorio Civil (1925-1930)

A partir de 1925, Primo de Rivera intentó institucionalizar su régimen. Sustituyó a militares por civiles en el gobierno y justificó su continuidad por la buena marcha de la economía (“felices años veinte”) y las Exposiciones Universales de Sevilla y Barcelona. El Estado implementó una política económica intervencionista, con un fuerte nacionalismo económico (creación de monopolios estatales como Campsa o Telefónica) y fomento de la industria y obras públicas (carreteras, ferrocarriles, embalses, etc.), creando empleo y modernizando el país.

Se crearon instituciones inspiradas en el fascismo italiano:

  • Un partido único: la Unión Patriótica.
  • La Asamblea Nacional Consultiva: un intento de Parlamento corporativo sin poderes reales.
  • La Organización Corporativa Nacional: agrupaba a patronos y obreros en corporaciones (sindicalismo vertical), sustituyendo a los sindicatos ilegalizados.

La dictadura tuvo una política diferente hacia las organizaciones obreras. Intentó atraerse a los socialistas, provocando una división interna entre los partidarios de la colaboración (Julián Besteiro, Francisco Largo Caballero, Manuel Llaneza) y los opositores (Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos). Los primeros ganaron, y los socialistas se integraron en el Consejo de Trabajo. Largo Caballero llegó a ser miembro del Consejo de Estado, provocando la dimisión de Prieto de la ejecutiva del PSOE. La UGT colaboró con el régimen. En cambio, la CNT fue reprimida y pasó a la clandestinidad.

La Caída de la Dictadura y la “Dictablanda” de Berenguer (1930-1931)

La dictadura enfrentó una creciente oposición de intelectuales, estudiantes, republicanos, anarquistas y parte de los socialistas. La crisis económica de 1929 fue el golpe de gracia. A esto se sumaron las divisiones entre los militares y las dudas del Dictador.

Sin apoyos, Primo de Rivera dimitió en enero de 1930 y se exilió en París.

El general Dámaso Berenguer lo sustituyó, con la misión de celebrar elecciones. Fue una transición poco autoritaria, llamada la “dictablanda”. La oposición se organizó: republicanos, catalanistas de izquierda y el PSOE firmaron el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930), un programa para presentarse a las elecciones y formar un comité revolucionario que sería el gobierno provisional de la futura República.

Berenguer fue incapaz de preparar las elecciones y fue sustituido por el almirante Aznar en febrero de 1931. Se convocaron elecciones municipales para el 12 de abril de 1931. Se intentaba volver a la normalidad, pero Alfonso XIII se había comprometido con la dictadura, y las elecciones se convirtieron en un plebiscito sobre la monarquía. Aunque ganaron los candidatos monárquicos en general, en las grandes ciudades (donde el caciquismo era menor) triunfaron los republicanos. El rey abandonó el país y el 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española.