El árbol de la ciencia: Resumen y estudio de la obra de Pío Baroja

El árbol de la ciencia

Resumen y estudio de la obra de Pío Baroja

El árbol de la ciencia, novela cumbre de Pío Baroja escrita en 1911, se erige como uno de los máximos exponentes de la literatura española del 98. Presenta una estructura definida, a pesar del característico estilo de Baroja, aparentemente descuidado en la forma. La obra está marcada por la incertidumbre y la crisis existencial de fin de siglo, influida por el pesimismo de Schopenhauer.

La novela se divide en partes que narran las experiencias vitales de Andrés Hurtado, el protagonista. Las dos primeras partes se centran en sus primeras vivencias, culminando con la muerte de su hermano Luis, un evento decisivo que representa el primer fracaso de la ciencia en la búsqueda de la felicidad. Tras una parte intermedia de reflexión, las partes posteriores muestran la búsqueda de sentido de Andrés en Alcolea y Madrid. La séptima parte concluye con la muerte de Lulú, su esposa, que simboliza el segundo fracaso de la ciencia y lleva a Andrés al suicidio.

Análisis temático y estilístico

El árbol de la ciencia posee un carácter autobiográfico, reflejando las experiencias de juventud del propio Baroja en la figura de Andrés. Además, ofrece una visión crítica de la España de la época, denunciando el caciquismo y la ignorancia, representados en el microcosmos de Alcolea.

Andrés, el protagonista, encarna el arquetipo del personaje barojiano: un vanguardista decepcionado por la falta de propósito en la vida. Su destino trágico y su pesimismo lo conducen a una búsqueda infructuosa de la felicidad, que termina con la muerte de Lulú y su posterior suicidio. La novela también explora la incapacidad de la ciencia para proporcionar la felicidad, una tesis central en la obra de Baroja, expuesta en la cuarta parte, titulada “Inquisiciones”. Andrés, como personaje reflexivo, encarna esta visión desencantada del mundo.

En cuanto al estilo, la novela se caracteriza por la economía de medios y la agilidad del lenguaje, que permiten una narración fluida y dinámica, a pesar de las reflexiones intercaladas. Baroja utiliza un lenguaje preciso y directo, evitando artificios retóricos, para transmitir la angustia existencial de sus personajes y su visión crítica de la realidad.