Diógenes el Cínico: El Filósofo Excéntrico que Desafió las Normas

Vida

  • Vivió en los siglos V y IV a.C.
  • Nació en Sínope, hijo de un banquero
  • Se dedicaban a hacer monedas falsas: fueron desterrados. Esto marcó su carácter excéntrico
  • Llegó a Atenas, discípulo de Antístenes (fundador de la escuela cínica y pupilo de Sócrates)
  • Se dice que fue capturado por piratas y puesto a la venta como esclavo. Lo compró un tal Jeníades procedente de Corinto y le dio la libertad a cambio de ser el tutor de sus dos hijos.
  • Pasó el resto de su vida en Corintio, donde se dedicó a predicar sus doctrinas.

Filosofía

Cínicos:

  • Escuela cínica: los cínicos creían que lo moralmente bien era vivir una vida errante: sin lujos. Los cínicos se desprendían incluso de lo necesario.
  • La pobreza como virtud

Diógenes:

  • Diógenes no dejó escritos
  • Criticó la superficialidad de su época.
  • “Nos pasamos gran parte del día viviendo como los demás quieren que vivamos o cómo queremos? Consumimos lo que todos consumen, soñamos lo que todos sueñan, queremos más de una vez el aplauso y el reconocimiento de la gente.”
  • Señalaba a los que no opinaban como él: de ahí su comportamiento

Condiciones de vida

  • Vivió como un vagabundo, Predicaba con el ejemplo:
  • Caminaba descalzo y medio desnudo (solo con una manta), tanto en verano como en invierno
  • Se dice que vivía en una tinaja con perros.
  • Solo tenía un manto, un zurrón, un báculo y un cuenco: el cuenco lo tiró cuando vio que un niño bebía de él con las manos, pues se dio cuenta de que no hacía falta para beber y que el cuenco era un lujo innecesario
  • Defecaba al aire libre: decía que ninguna actividad humana es tan vergonzosa como para requerir privacidad.

Anécdotas

Sus historias caminan entre el mito y la realidad

– ESCLAVO: Se dice que fue capturado por piratas y puesto a la venta como esclavo. Cuando le preguntaron que sabía hacer, él dijo: sé mandar, ve y pregunta quien quiere comprar un amo.

– ÁGORA: Una de las costumbres que tenía Diógenes y que molestaban sobremanera a la sociedad griega de su época era su manía de masturbarse en público. Tal cual. Un día, mientras lo hacía en mitad del ágora rodeado de gente, unos hombres le recriminaron su actitud, a lo que él respondió sin reparo alguno: “¡Ojalá pudiera matar también el hambre frotándome el vientre!”. Diógenes no veía nada malo en su actitud. Es más, se enorgullecía de no necesitar a nadie para calmar sus ansias sexuales.

BANQUETE: En una ocasión, en un banquete de la élite ateniense, algunos comensales empezaron a tirarle huesos diciendo que parecía un perro. Diógenes no dijo nada; sólo se levantó, levantó la pata y meó sobre ellos.

ESCUPITAJO: Un día fue invitado a casa de un hombre rico, que no paró de hacer referencia al lujo y la limpieza de su hogar. Ni corto no perezoso, Diógenes le soltó un escupitajo en toda la cara y, como defensa, arguyó que era el único sitio sucio que había visto para hacerlo.

TIRO CON ARCO: En otra ocasión, asistió a un certamen de tiro con arco, en el que participaba un joven realmente malo que no conseguía dar nunca en la diana. Diógenes decidió que lo mejor era sentarse junto a esta, después de manifestar que le parecía que era el sitio más seguro.

PLATÓN: Cuando Diógenes escuchó la definición de Sócrates del hombre como un “bípedo implume”, apareció en medio de la academia y soltó a un gallo al que le había arrancado las plumas diciendo “¡Te he traído a un hombre!”

– ALEJANDRO MAGNO I: En una ocasión, Alejandro Magno sintió curiosidad por conocerle y fue a visitarle. Lo encontró tomando el sol en una plaza y se puso a hablar con él. Alejandro le dijo: pídeme lo que quieras y será tuyo. A lo que Diógenes dijo, quítate de donde estás que me tapas el sol. Más tarde Alejandro Magno dijo: de no ser Alejandro, habría deseado ser Diógenes. Cuando Diógenes lo escuchó dijo: si yo no fuera Diógenes, también quisiera ser Diógenes.

– ALEJANDRO MAGNO II: En otra ocasión que se encontró Alejandro Magno con él, estaba inspeccionando una montaña de huesos humanos y cuando él le preguntó que qué hacía este dijo: estoy buscando los huesos de tu padre, pero no puedo distinguirlos de los de un esclavo.

Muerte

  • Murió a los 89 años en Corintio.
  • De su muerte hay muchas versiones: una de ellas dice que murió de un cólico al comerse un pulpo vivo, otras de una pata de buey cruda. Otra versión sostiene que murió de la rabia por una mordedura de uno de sus perros. Pero la más conocida dice que murió por su propia voluntad, reteniendo la respiración hasta morirse.
  • Dicen que antes de morir dijo: cuando me muera echadme a los perros, ya estoy acostumbrado. En contra de su voluntad, le hicieron una estatua en la entrada de Corintio, y está ahí debajo enterrado