Dictadura de Primo de Rivera, Autonomías y Bienio Negro: Claves Históricas

Dictadura de Primo de Rivera: Consolidación y Problemas

Directorio Militar: En una primera etapa provisional, Primo de Rivera, convertido en presidente del Directorio Militar, preparó una serie de reales decretos que configuraron el nuevo régimen:

  • Confirmó el Estado de guerra, suspensión de garantías constitucionales, disolvió las Cortes, prohibió los partidos políticos y censuró la prensa.
  • Sustituyó a los gobernadores civiles por gobernadores militares.
  • Creó la figura del delegado gubernativo.
  • Disolvió todos los ayuntamientos y diputaciones provinciales, sustituidos por Juntas de vocales.
  • Creó la Unión Patriótica, único partido político legal que consolidaría su proyecto, buscando colaboradores para la administración. Su medio de propaganda fue el diario La Nación.

Se propuso solucionar los principales problemas que habían conducido al fracaso del sistema anterior:

  • El orden público, mediante la imposición de la Ley Marcial, abolición de las libertades públicas, censura de prensa, etc. La represión alcanzó fundamentalmente a la CNT, los nacionalismos, la prensa y los intelectuales.
  • El regionalismo: Inicialmente fue bien recibido por los catalanes, sin embargo, Primo de Rivera cambió radicalmente de postura hacia el más estricto centralismo.
  • Rechazó cualquier forma de autonomía regional, suprimiendo manifestaciones culturales propias de las regiones. Consecuencia de esto sería la ruptura con el catalanismo.
  • Marruecos: Tras el desastre de Annual, Primo de Rivera era partidario de abandonar la contienda. Viajó a Marruecos e inició una política de semiabandono con disminución de tropas y recursos. En 1925, la colaboración franco-española y el desembarco de Alhucemas fue una operación con un rotundo éxito, siendo pacificado el territorio en 1927. El problema de Marruecos se convertiría en el mayor éxito de la Dictadura, e hizo creer a Primo de Rivera que su fórmula de gobierno funcionaba y que no sólo había que prolongarla, sino también institucionalizarla.

Autonomías durante la Segunda República

La organización territorial del Estado era uno de los problemas fundamentales de la política española. La reacción de las regiones periféricas ante el Estado centralizado fue crear partidos nacionalistas fuertes, tanto en el País Vasco como en Cataluña. La solución dada por la República a esta demanda de autonomía se recogió en la Constitución de 1931, que reconocía la posibilidad de que algunas regiones pudieran elaborar sus estatutos de autonomía y organizar su propio gobierno, dentro de un Estado definido como Integral, ni unitario ni federal. La aplicación fue llevada a cabo en Cataluña, País Vasco y Galicia. Los procesos estatuarios fueron impulsados por partidos políticos de carácter nacionalista, aunque de desigual implantación social.

Cataluña

La autonomía catalana fue liderada por Esquerra Republicana. La organización comenzó con el estatuto de autonomía en agosto de 1931. La aprobación del proyecto de Estatuto se demoró hasta septiembre de 1932. La oposición parlamentaria era muy fuerte, sin embargo, la defensa estatutaria que hizo Azaña en las Cortes sirvió para que dieran vía libre a su elaboración. Comenzaron a funcionar las instituciones autonómicas catalanas: un Gobierno autonómico, la Generalitat, con facultades legislativas y ejecutivas. En casos especiales, las facultades de orden público serían asumidas por el poder central. En las primeras elecciones triunfaron las izquierdas, republicanos y autonomistas.

País Vasco

Existió oposición de la coalición azañista al nacionalismo vasco por su carácter foralista y católico. En 1931 se elaboró un anteproyecto de Estatuto tomando como motor la religión. A pesar del empeño del PNV, el estatuto no logró ser aprobado en todas las provincias, y el proyecto quedó paralizado. De nuevo fue retomado tras la victoria del Frente Popular en 1936.

Galicia

La autonomía gallega no llegó a concretarse durante la II República, a pesar de haber sido aprobado por los ayuntamientos un texto estatutario.

El Bienio Negro: Contrarreformas y Radicalización

Se abre un periodo en el que predomina la imposibilidad de un gobierno estable con un solo partido. Se abren negociaciones entre la CEDA y el partido radical. Se forma un Gobierno radical con el apoyo parlamentario de la CEDA, presidido por Lerroux. El nuevo gobierno presidido por Lerroux se inicia con una crisis. El gobierno realizó una contrarreforma legislativa, paralizó la reforma agraria, dio un presupuesto para el culto y el clero, se redujo el presupuesto para la educación, recortaron la autonomía… La ley de Amnistía fue presentada por la CEDA en abril, originándose un conflicto entre el gobierno y el presidente de la República, que se negó a aceptarla. Lerroux dimite obligando a formar un nuevo gobierno, con Samper como presidente. Las leyes aprobadas, eliminando las reformas de la IRA, provocaron una radicalización en la actuación de los obreros.

El conflicto también estalló con la Generalitat de Cataluña. El Parlamento catalán aprueba una ley de contratos que facilita el acceso a la propiedad de los rabassaires ante las nuevas leyes restrictivas. Con esta ley se oponen a los propietarios y al gobierno central, que reacciona declarando inconstitucional la ley, generando huelgas. Hubo intentos de negociación con la Generalitat y el gobierno de Samper, pero la CEDA se niega y pide entrar en el gobierno. El PSOE y UGT se radicalizan y prometían la revolución si entraban en el gobierno miembros de la CEDA. Samper dimite, vuelve Lerroux. El nuevo gobierno de Lerroux se forma el 5 de octubre de 1934. La CEDA se niega a apoyar al nuevo gobierno si no obtiene cargos en el mismo. El PSOE y las fuerzas de izquierda lo consideran una amenaza, y preparan una huelga general en caso de entrar la CEDA en el gobierno. Finalmente, se forma un nuevo gobierno presidido por Lerroux con tres carteras para la CEDA, lo que desencadena la preparación de la huelga general.