Devaluación Salarial Interna y su Impacto en la Economía
La devaluación o desinflación salarial interna busca reducir los costes salariales para disminuir los costes de producción y ganar competitividad. Se trata de una desregulación del mercado laboral (reforma estructural) al no contar con la flexibilidad de la política presupuestaria ni monetaria. De este modo, el país con menores salarios mejora su competitividad respecto al resto de países europeos. Sin embargo, esta estrategia presenta inconvenientes:
- Los salarios como fuente de demanda: Reducir los salarios puede mejorar la oferta (menor coste de producción y, por lo tanto, menor precio), pero esto resulta en una rentabilidad potencial, porque también reduce el poder adquisitivo de las familias, dañando la demanda que sustenta la oferta.
- Salarios: coste de producción y fuente de demanda: Los salarios son a la vez un coste de producción y una fuente de demanda y de recaudación fiscal. El consumo de los hogares representa el 60% del PIB, mientras que el saldo neto de importaciones y exportaciones, un 2%. La pregunta es: ¿compensa la devaluación salarial?
- Pérdida de ventaja relativa: Si todos los países realizan las mismas reformas, se pierde la ventaja relativa y se ahoga aún más a las familias.
Política de Rentas
La política de rentas se refiere a cuando los gobiernos intentan fraguar un consenso con los agentes sociales para consensuar una desindexación salarial radical. Es el conjunto de acciones llevadas a cabo por el gobierno para influir sobre los ingresos de los agentes económicos (rentas) para que sean compatibles con la estabilidad de precios.
- Desindexación salarial: Los salarios se ajustan respecto a la inflación prevista en lugar de a la pasada. Pero, ¿qué ocurre si el crecimiento real es mayor del previsto? Se pierde poder adquisitivo, de ahí la cláusula de revisión.
- La desindexación salarial puede ser radical o parcial.
- Indexación: Aumento de salarios acorde a la subida de los precios (IPC).
En España, se aplicó durante la Transición, un momento crítico (el pacto de rentas quiebra y la industria se está reestructurando). Se forjó un consenso para desvincular los salarios de la inflación pasada y vincularla a la prevista, añadiendo una cláusula de revisión. Así, no se podía decir que la inflación se debía a mayores salarios, de esta manera ni se perdía poder adquisitivo ni se empujaba la dinámica inflacionista.
Desindexación salarial radical: Cuestiona la cláusula de revisión salarial, ya que actúa como factor inflacionista y entorpece el ajuste de la economía. Si se elimina la cláusula de revisión o salvaguarda, los salarios nominales crecen menos que el IPC. La inflación ya no repercute en los salarios: en el mejor de los casos, el salario real se mantiene, pero no mejora, y las mejoras de productividad repercuten en el capital, no en los salarios. Así se evita una dinámica inflacionista.
Desintermediación y Titulización en el Sistema Financiero
La desintermediación es la tendencia a que los intermediarios actúen como simples mediadores, pasando los flujos financieros directamente desde los oferentes a los demandantes de fondos. Es decir, que el ahorro fluya directamente del ahorrador al inversor, sin pasar por una institución financiera. En España, el proceso de desintermediación tiene dos características particulares:
- a) El peso preponderante del sistema bancario dentro del sistema financiero ha retrasado la desintermediación.
- b) La desintermediación ha afectado fundamentalmente a la financiación del Tesoro, siendo menos significativa en la canalización de recursos al sector privado.
La principal consecuencia del proceso de desintermediación es el aumento de la titulización: proceso que transforma los créditos bancarios (principalmente créditos hipotecarios) y no bancarios, así como otros contratos financieros no comerciables, en títulos negociables. Los fondos de inversión y fondos de pensiones, ante los bajos tipos de interés, buscan rentabilidad en la especulación con bonos y acciones. Mientras que las empresas normalmente acuden a créditos bancarios para financiarse, las grandes empresas acuden al mercado corporativo (mercado de capitales) y se financian directamente mediante la venta de bonos.
El Sistema Monetario Europeo y la Convergencia de Precios
Se erigió un mercado interno donde se estableció la libre circulación de mercancías, sin distorsiones monetarias. El problema era el tipo de cambio: si se devaluaba la peseta, no se podía comprar en Alemania porque salía más caro. Así, las devaluaciones se convertían en los antiguos derechos de aranceles.
Se buscó crear un sistema monetario que eliminara estas dificultades, eliminando las variaciones cambiarias. El Plan Werner (1969) planteaba a Europa como zona de unificación monetaria, eliminando oscilaciones cambiarias entre monedas europeas (CEE).
Los años 70 fueron un periodo transitorio con cambio fijo entre monedas europeas, y en los 80 habrían desaparecido las monedas nacionales, sustituidas por una moneda única: Unión Monetaria y Económica. Se atisbaba un sistema de tipos de cambio flexibles. Si se quería una Unión Europea con libre circulación, había que eliminar la devaluación competitiva, que perjudicaba a Alemania y otros países exportadores. Esta devaluación era llevada a cabo sobre todo por los franceses, italianos… (España no estaba aún en la CEE). La devaluación era soportada por Alemania solo a corto plazo. Se producía un desvío de comercio causado por el encarecimiento de su exportación y abaratamiento de la importación. La devaluación no era una solución completa, por lo que los alemanes querían acabar con los problemas estructurales.
El Sistema Monetario Europeo (SME) y sus Objetivos
El SME se basaba en un sistema de cambios fijos pero ajustables, con tres razones principales:
1. Leve oscilación: Permitía una pequeña fluctuación de las monedas.
2. Pérdida de autonomía monetaria: Los países perdían autonomía monetaria, produciéndose una disciplina en las políticas monetarias (no acumular diferencial de inflación). Las políticas debían ser convergentes para mantener la estabilidad del tipo de cambio. El SME podía recurrir a un realineamiento de las paridades.
3. Acuerdo entre socios: Se necesitaba el acuerdo de los socios porque la devaluación de un país afectaba a los demás. Lo ideal era que los participantes tuvieran convergencia en los precios. El debate se centraba en cuáles eran los determinantes de la inflación: ¿el salario?
¿Qué se pretendía con el SME? Lograr la estabilidad comercial mediante la convergencia de precios, única y exclusivamente. Esta convergencia era a la baja, ya que se establecía el marco alemán como moneda ancla.
- El SME pretendía que los países menos disciplinados históricamente importaran credibilidad antiinflacionista. Si la moneda se anclaba en el marco, el objetivo era que el tipo de cambio fuera el mismo.
- Beneficios:
- Efecto de primera ronda: Importaciones más baratas, el IPC sube menos.
- Efectos de segunda ronda: Si el tipo sube poco, los salarios también subirán poco. La negociación de convenios era IPC más algo en épocas de expansión. Así, se arrastra menor inflación.
Por estos efectos, se dice que el SME quería importar credibilidad antiinflacionista.